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¿Existe el Purgatorio?

30 domenica Nov 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Curiosità

≈ 4 commenti

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Almas del Purgatorio, Ánimas Pezzentelle, Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, Iglesia Santa María de las Almas del Purgatorio ad Arco, Museo de las Almas del Purgatorio, Purgatorio, Victor Jouët

Esiste il Purgatorio? Puoi leggere quet’articolo in italiano cliccando qui

Si no has sido un gran pecador, o si lo has sido y te has arrepentido, pero aún te queda algún que otro pecadillo, todavía tienes la posibilidad de ir al Paraíso pasando antes por el Purgatorio que, como su propio nombre indica, sirve para “purgar” el alma y dejarla pura y ligera, lista para presentarse ante la puerta de San Pedro y así vivir eternamente al lado de Nuestro Señor.

El concepto de Purgatorio, como tercer lugar del más allá donde se purifican los pecados menores, es el resultado de una lenta y progresiva transformación de las creencias medievales, que llega a su culminación hacia la segunda mitad del siglo XII, aunque de algún modo pretende basarse en algunos pasajes bíblicos (Mt. 12, 32; 1 Cor. 3, 11-15) y en la costumbre de orar por los muertos para aliviar su condición y reducir su tiempo de estancia (2 Mac. 12, 39-46). Pero fue ciertamente Dante Alighieri, en su Divina Comedia, quien lo hizo famoso, dándole además una forma concreta: una montaña que surge del mar, compuesta por cornisas concéntricas.

La Iglesia Católica lo incluye en su Catecismo, formulando la doctrina de la fe relativa al Purgatorio, establecida sobre todo en los Concilios de Florencia y de Trento.

– Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, Roma

Pero si eres escéptico y necesitas ver para creer, entonces el Museo de las Almas del Purgatorio es el lugar ideal para ti. Se encuentra en Roma, en el Lungotevere Prati, en un local adyacente a la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, la única iglesia neogótica de la capital. Más visitado por curiosos que por personas en busca de respuestas, este pequeño museo nació por iniciativa del padre Victor Jouët, misionero francés, quien en 1894 mandó construir una iglesia/oratorio en un terreno de su propiedad, con el fin de convertirla en la sede de la Asociación del Sagrado Corazón del Sufragio de las Almas del Purgatorio.

Un día del año 1897, en la capilla del Rosario se desató un incendio que misteriosamente no solo perdonó el cuadro del altar, sino que entre las llamas habría aparecido un rostro sufriente que quedó impreso en la pared. La fotografía de esta imagen puede verse en el museo.

Creyendo que se trataba de un alma del purgatorio que suplicaba ayuda y sufragio, el padre Jouët decidió buscar más testimonios de difuntos y de sus contactos con los familiares vivos. Así emprendió un largo viaje por Europa y reunió mucho material: huellas extraordinarias, fotografías, telas, hábitos, breviarios, testimonios de apariciones y manifestaciones de todo tipo.

El material recopilado fue expuesto en la sacristía de la iglesia para demostrar que las almas del Purgatorio intentan atraer la atención de los vivos para pedirles oraciones y misas con el fin de aliviar sus sufrimientos. Sin embargo, la colección sufrió una drástica reducción en 1921, algunos años después de la muerte del padre Jouët, ocurrida en 1912. Se eliminaron todos los objetos que no se consideraron absolutamente auténticos.

La colección expuesta actualmente está compuesta por una veintena de objetos distintos, entre los cuales se encuentran: un libro de oraciones con la huella de una mano en una página; la funda de una almohada impreso a fuego por el alma de una monja muerta de tisis en 1894; un camisón de noche con la quemadura de una mano impresa en la manga; un gorro de un viudo marcado por el alma de su esposa; y la fotocopia de un billete de diez liras parcialmente quemado, que el espíritu de un sacerdote fallecido habría dejado junto con otros billetes para exhortar a sus hermanos a ofrecerle una misa. También hay huellas marcadas a fuego en las vestiduras talares y en la camisa de Isabella Fornari, abadesa de las Clarisas de Todi en 1731, quien se habría aparecido a una hermana de su convento para convencerla de rezar por la salvación de su alma.

No investigaremos si este museo demuestra realmente la existencia del Purgatorio a los “escépticos e incrédulos”, pero hay que reconocer que es, cuando menos, singular.

– Iglesia de Santa Maria de las Almas del Purgatorio ad Arco, Nápoles

Quienes, en cambio, no tienen ninguna duda sobre la existencia del Purgatorio son los fieles de la iglesia de Santa María de las Almas del Purgatorio ad Arco, en Nápoles, también conocida como la Iglesia de las Almas “Pezzentelle” (mendigas), porque en este lugar se depositaban los cuerpos de numerosos difuntos sin nombre, indigentes o víctimas de la peste que no podían disponer de una sepultura digna.

Es una bellísima iglesia del siglo XVII que conserva diversas obras de arte que recuerdan el Purgatorio, pero que es sobre todo famosa por su hipogeo, al que se accede a través de una trampilla, y que alberga numerosos restos humanos como los mencionados, utilizados por los fieles como intermediarios para pedir la intercesión de las almas del purgatorio —especialmente los cráneos—. Podríamos decir que este espacio podría considerarse como “un pedazo” de Purgatorio.

El culto de las ánimas pezzentelle (del latín petere, “pedir”) era en aquellos tiempos muy fuerte, y aún hoy sigue siendo muy sentido. Consiste en adoptar un cráneo cualquiera —testimonio tangible de la presencia de un alma— entre los muchos sepultados en este lugar, limpiarlo y colocarlo en un pequeño altar, que se adorna con velas, rosarios, flores artificiales y otros objetos. Allí se reza por su alma para facilitarle el camino del Purgatorio al Paraíso.

Luego se espera que esa alma se aparezca en sueños y revele su nombre. A partir de ese momento se la considera “adoptada”, y se intensifican los cuidados y las oraciones, creando así una relación especial entre la persona que la cuida y esa alma.

Pero todo esto, ¿por qué? Porque cuando finalmente el alma logra liberarse del castigo del Purgatorio, una vez en el Paraíso cumplirá los deseos de la persona que la ha ayudado —normalmente relacionados con problemas de la vida cotidiana, pero también con matrimonios o descendencia—: do ut des (“te doy para que me des”).

¿Y qué ocurre si el alma no se revela en sueños a pesar de las atenciones recibidas y no concede las oraciones? El cráneo se devuelve al osario común de donde fue tomado, colocándolo con el rostro vuelto hacia la pared, y se adopta otro. Se recurre a las almas de los muertos desconocidos, llamadas precisamente pezzentelle (“mendigas”), para asegurarse mejor del buen resultado de la intercesión. Porque las almas abandonadas, pobres y desamparadas tienen una mayor necesidad de ser recordadas y de que alguien haga algo por ellas, y justamente por eso son las que mejor pueden comprender los sufrimientos de quienes las invocan, demostrando su gratitud al corresponder.

Cuando descendemos al hipogeo —a este pequeño Purgatorio— vemos a lo largo de las paredes nichos, pequeños altares y vitrinas dedicadas a estas ánimas pezzentelle. Cada cráneo tiene su nombre y su historia, nacidos de la imaginación de quien lo cuida. Entre todos, el más famoso es el cráneo de Lucía, con una preciosa corona y un velo de novia.

– Altar de Lucía
– Lucía

La pobre Lucía, quizá hija de un príncipe, fue obligada a casarse contra su voluntad y, después de la boda, se suicidó o, según otras versiones, murió de dolor o se ahogó. Las leyendas en torno a Lucía son muchas y variadas, pero ciertamente no era una persona sin nombre.

Entonces, ¿cómo podía encontrarse su cráneo entre las ánimas pezzentelle? ¿Será realmente el suyo? ¡Pero qué importancia tiene!

—–

1.- La construcción de la actual iglesia neogótica comenzó en 1910 según el proyecto del arquitecto Giuseppe Gualandi, y terminó en 1917, después de la muerte del padre Jouët.

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