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Brecha de Roldán, Camino de Santiago, Durandarte, Excalibur, Montesiepi, Rey Artú, Rocamadour, Roldán, Roncesvalles, San Amadour, San Galgano
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Nadie sabe dónde se encuentra Excalibur, la famosa espada que el rey Arturo extrajo de la roca. Claro, diréis vosotros, ¡es una leyenda! Sin embargo algunos estudiosos todavía están intentando determinar la historicidad del personaje.
Por otro lado, de espadas en la roca ya tenemos dos. De una de ellas ya he hablado en un artículo anterior. Me refiero a la de San Galgano en Montesiepi, Toscana. Sigue allí, metida dentro de la roca. Algunos dicen que la leyenda de San Galgano ha sido inspirada por el ciclo artúrico, pero hay otras teorías que sostienen lo contrario, es decir que la leyenda nació en la Toscana.
La segunda espada visible es la de Rocamadour, en Francia. Se trataría nada menos que de la espada de Roldán, Durandarte que, además de ser una espada, también era un relicario porque contenía, en la empuñadura, un diente de San Pedro, sangre de San Basilio, algunos cabellos de San Dionisio y un trocito de la veste de la Virgen, como ya indiqué en otro artículo.
Roldán, antes de morir en la batalla de Roncesvalles, intentó partir la espada para evitar que terminara en manos de los enemigos musulmanes. Con este gesto creó la famosa ‘Brecha de Roldán’; pero la espada no se rompió, porque era indestructible. Por este motivo la escondió debajo de su cuerpo.
Pero existe también otra versión: Roldán, viendo que no conseguía partir la espada, invocó a San Miguel para que le diera fuerzas y arrojó la espada tan lejos que llegó hasta Rocamadour, clavándose en una pared rocosa. Y allí está, aun visible, muy arriba.
Rocamadour se encuentra en el Sur de Francia, en la preciosa región de Quercy, y fue probablemente fundada en el siglo XII por un grupo de ermitaños, entre los cuales un cierto Amadour, San Amadour, cuyo cuerpo fue hallado incorrupto por los monjes benedictinos en 1162 y desde entonces es objeto de veneración.
Rocamadour es actualmente visitado por muchísimos peregrinos, entre los cuales los que hacen el Camino de Santiago. En este magnífico burgo medieval, encaramado en la pared rocosa, hay un santuario con una Virgen negra a la que se debe la respetable cifra de 126 milagros, según un listado del siglo XII. También hay que hacer mención de una campana muy singular, en la capilla de la Virgen, que tocaba cada vez que algún marinero en peligro conseguía salvarse.
Independientemente del fervor religioso, Rocamadour merece ser visitado porque está considerado como uno de los burgos medievales más bonitos y sugerentes. Por este motivo, y porque se encuentra en el Camino de Santiago de Compostela, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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