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La colonna della flagellazione. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Sebastiano del Piombo (1485-1537). Iglesia de San Pedro en Montorio, Roma

“Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado”. (Mc 15,15)

En el Pretorio de Pilato Jesús recibió 39 latigazos, más precisamente 40 menos uno, para evitar errores, porque 40 era el máximo consentido por la ley mosaica y que los romanos probablemente respectaron. La flagelación, reservada a las clases más humildes y a los esclavos, normalmente era la antesala de la crucifixión.

Además del Evangelio de Marcos, también en los de los otros tres evangelistas se narra el episodio de la flagelación de Cristo (Mt 27,26; Lc 23,16; Jn 19,21) pero no existe ninguna referencia a la columna: ¿sería obvio? Y, por lo tanto, no nos permiten saber cuáles podrían ser sus características.

Una práctica bastante común en Roma, que da validez a la hipótesis de la columna conservada en esa ciudad, era que la persona fuera atada a una pequeña columna o a un pequeño palo de madera, para obligar al condenado a permanecer doblado, con el dorso curvado. De esta manera el flagelo golpeaba tanto el pecho como la espalda. Otros estudiosos sostienen1, sin embargo, que la columna debía ser más alta que la persona que iba a ser flagelada de manera que ésta podía ser sujetada a la columna con los brazos en alto y extendidos y las manos atadas. La columna tendría un saliente en cuyo extremo habría una anilla. En cualquier caso, era un castigo muy duro porque el flagelo no era una simple fusta, sino que estaba formado por tres tiras de cuero en cuyas extremidades había nudos, esferas metálicas, piedras o incluso garfios (flagellum taxellatum) que desgarraban la piel, a veces hasta hacerla caer en pedazos.

Columnas que se han asociado a la flagelación de Cristo porque consideradas auténticas, hay por lo menos tres: una en Roma, otra en Jerusalén y la tercera en Estambul, sin considerar la que está en la basílica del Santo Sepulcro de Bolonia2 .

Columna de la flagelación. Basílica de Santa Práxedes, Roma

En la iglesia de Santa Práxedes (probablemente la más antigua de Roma, con magníficos mosaicos de tipo bizantino), adyacente a la capilla de San Zenón, se conserva una columna de cuarzo-diorita, blanca y negra. Tiene la forma de columnita ornamental, que va estrechándose hacia la parte superior, con collarín y capitel. Tiene 63 cm de alto y su diámetro es de 40 cm en la base y 13 en el punto más estrecho. Faltan algunas partes, que fueron extraídas poco a poco para hacer obsequios, sobre todo una parte muy consistente fue donada por Sixto V en 1585 a los fieles de Padua. Según la teoría de la ‘columna pequeña’, esta tipología tenía una anilla en la parte superior a la que se ataba una cuerda. En esta columna es visible el punto en el que estaba sujeta dicha anilla, que fue donada al rey Luis IX de Francia a cambio de tres de las espinas de la corona que acababa de comprar.

Existen otros pequeños fragmentos de esta columna en varias iglesias de Roma y otros lugares.

Una placa explica claramente que fue traída de Jerusalén, en 1223, por el cardenal Giovanni Colonna (extraña coincidencia del apellido), en aquél entonces legado apostólico en Oriente durante la V Cruzada (1217-1221) quién, además, tenía órdenes del papa Honorio III (1216-1227) de traer a Roma todas las reliquias posibles para salvarlas de los infieles. A su vuelta a Roma la mandó custodiar en la iglesia de Santa Práxedes, de la cual era titular.

La columna fue vista por la peregrina Egeria, en el 383, y por Antonino de Piacenza, en el 570, en la iglesia de los Santos Apóstoles en el Monte Sion de Jerusalén, donde probablemente fue llevada por los cristianos después de la destrucción de la ciudad en el año 70. La iglesia fue destruida por los musulmanes en el 1009 y sucesivamente reconstruida en el siglo XII con el nombre de Santa María en Monte Sion. Difícil, si no imposible, saber dónde acabaron las reliquias contenidas en la primitiva iglesia y dónde exactamente se encontraba la columna que llevó a Roma el cardenal y quién se la dio. El tipo de mármol utilizado para esta columna proviene de Egipto, cerca de Bir Kattar, único lugar donde es posible hallar este mineral.

Esta columna sirvió de modelo a Bernini para la realización, aunque por parte de uno de sus discípulos, de uno de los ángeles del Ponte Sant’Angelo que sostienen cada uno un instrumento de la pasión de Cristo3. También está representada en dos obras presentes en Santa Práxedes, y en muchas otras.

Ángel che sostiene la columna de la flagelación, uno de los instrumentos de la pasión di Cristo. Ponte Sant’Angelo, Roma
Agostino Ciampelli (1526-1630). Basílica de Santa Práxedes, Roma
P.P Rubens (1577-1640). Iglesia de San Pablo, Amberes

En 1885, el poeta romano Gioacchino Belli le dedica su poema ‘Cristo en la columna’. El poeta, con su usual tono satírico, expresa sus dudas sobre la autenticidad de esta reliquia, y sobre todo ridiculiza el hecho de que sea tan pequeña.

En cuanto a la segunda columna, en el 333 a un peregrino anónimo de Burdeos le fue mostrada una columna de la flagelación, en el Cenáculo, en cuyas cercanías, según la tradición, estaría localizado el palacio de Caifás y donde, entre las ruinas, habría sido hallada. Esto dio lugar a pensar que Jesús habría sido flagelado no solo en el Pretorio por orden de Poncio Pilato, sino también en el palacio de Caifás, donde fue insultado y escarnecido. Pero es pura especulación.

Parte de la columna de la flagelación. Capilla de la Aparición. Basílica del Santo Sepulcro, Jerusalén

Bonifacio de Ragusa, que era custodio en Tierra Santa a mediados del siglo XVI la llevó, o lo que quedaba de la misma, a la iglesia del Santo Sepulcro, donde aún se conserva. Es un tronco de columna de pórfido rojo, no más alto de un metro. Puede verse en la capilla de la Aparición, propiedad de los franciscanos, y es venerada de manera particular el miércoles santo, cuando es besada por los fieles.

También sobre este tipo de columna existe mucha iconografía.

Luca Signorelli (1445-1523). Academia de Brera, Milán
Jacopo Tintoretto (1518-1594). Colección de arte del Castillo de Praga

La tercera columna, mucho menos famosa, se encuentra en la catedral de San Jorge, sede del patriarcado de Constantinopla, en Estambul. Habría sido traída a Constantinopla por Santa Elena, o por lo menos es lo que siempre se dice cuando no se dispone de más datos. Esta tampoco está completa. Es de piedra oscura, más estrecha que la de Jerusalén, y no tiene nada que ver con la de Roma.

Columna de la flagelación. Catedral de San Jorge. Estambul

Por lo tanto, como no existe ninguna evidencia sobre la autenticidad de ninguna de las tres (aunque la de Roma está considerada como la más verosímil) y que tampoco que la flagelación se llevara a cabo atando a Cristo a una columna (aunque es probable), podemos decir que es un objeto importante porque representa y recuerda el episodio narrado en los evangelios, más allá de cualquier otra prueba.

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1.- C. Testore, E. Lavagnino, Colonna della flagellazioneen Enciclopedia Cattolica, vol. V, Città del Vaticano, 1950, col. 1441-1443. 2.- La columna lleva el siva el siguente rótulo: “Questa colonna rappresenta quella alla quale fu flagellato N.S.G.C. e si acquistano 200 anni d’indulgenza ogni volta che si visita” 3.- Lee también mi artículo “Los instrumentos de la pasión de Cristo están en Ponte Sant’Angelo