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Y, sin embargo, se mueve… Las reliquias de Galileo Galilei

30 sabato Nov 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Tag

Angelo Maria Bandini, Anton Francesco Gori, Basílica de Santa Croce, Copérnico, Galileo Galilei, Gian Gastone de’ Medici, Museo de la Historia y de la Ciencia de Florencia, Museo Galileo, reliquias, Teoría heliocéntrica, Vincenzo Capponi, Vincenzo Viviani, Y sin embargo se mueve

Eppur si muove…. Le reliquie di Galileo Galilei.   Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

El 8 de enero di 1642 murió Galileo Galilei uno de los más grandes científicos de todos los tiempos, después de haber sido obligado en 1633 ante el Tribunal del Santo Oficio a renegar de la teoría heliocéntrica, ya formulada por Copérnico, que sostiene que la Tierra y los planetas giran alrededor del sol.

Su sepulcro monumental está en la Basílica de Santa Croce de Florencia, lugar que alberga las sepulturas de muchos famosos personajes de la cultura y del arte. Galileo dejó escrito en su testamento su expreso deseo de ser sepultado en este lugar, siendo ésta también la voluntad del Gran Duque de Toscana.

Pero, debido a la fuerte oposición e intransigencia de la Iglesia, que aún lo consideraba como un hereje, fue sepultado en Santa Croce, esto sí, pero en un cuartito al lado de la capilla de los Novicios, en la misma basílica. Vincenzo Viviani, su discípulo predilecto, invirtió todos sus bienes, toda su ciencia y el resto de su vida en dar a conocer y perpetuar las obras del maestro y para que le construyeran un mausoleo digno. Éste fue finalmente inaugurado en el 1737, fecha en la que la Iglesia finalmente consintió, aún con ciertas reticencias, a que trasladasen los restos del genio desde el cuartito donde aún se hallaban al nuevo sepulcro. Pero no fue un gesto de reconciliación entre Iglesia y Estado, o entre Curia y Ciencia. Al nuevo sepulcro fueron llevados también los restos de Viviani, que murió en el 1703 sin poder haber visto cumplirse el fruto de su incesante labor.

La ceremonia se desarrolló en presencia de muchos importantes exponentes de la sociedad de la época pero con total ausencia de representantes de la Iglesia que, todavía casi un siglo después de su muerte, seguía considerando las teorías de Galileo como una amenaza al orden preestablecido.

Pero cuando fue abierto el ataúd para el reconocimiento del cadáver, sucedió algo extraño: algunos hombres ilustres allí presentes, es decir Anton Francesco Gori, anticuario florentino, Vincenzo Capponi, marqués y Superintendente de la Academia Florentina, y Antonio Cocchi, médico, literato y primer Masón de la Toscana, “extirparon” del cuerpo de Galileo, utilizando un cuchillo, tres dedos de la mano derecha, o sea pulgar, índice y medio, la quinta vértebra lumbar y un diente, con el fin de guardarlos para sí.

Esto demostraba cuánto fuera apreciado y estimado Galileo en los ambientes cultos de la época, hasta tal punto que a menos de un siglo de su muerte ya se había convertido en un mito, un ‘monstruo sagrado’ de la ciencia y por consiguiente se consideraba que sus reliquias tenían un gran valor simbólico.

– Sepulcro de Galileo. 1737 . Basílica de Santa Croce, Florencia

El dedo medio, sustraído por Gori, pasó, alrededor de 1760, a Angelo Maria Bandini, quien lo hizo exponer en la biblioteca Laurenziana de la que era director. En 1841 fue trasladado a la Tribuna de Galileo en el Museo de Física e Historia Natural de Florencia y finalmente, en 1927, al el Museo de la Historia y de la Ciencia, donde se encuentra actualmente.

– Dedo medio de Galileo
 – Relicario en madera con las reliquias de Galileo: los dedos índice y medio de la mano derecha y un diente. Está coronado por un pequeño busto de Galileo. Museo Galileo, Florencia
-Quinta vértebra lumbar de Galileo. Universidad de Padua

La vértebra cogida por el Doctor Cocchi llegó en 1823 a la Universidad de Padua, donde Galileo había enseñado durante veinte años, y donde está actualmente expuesta. El pulgar, el índice y el diente, cogidos por el marqués Capponi pasaron por diferentes manos hasta que en 1905 se perdió su rastro. Fueron descubiertos fortuitamente en 2009 en una subasta pública. Se puso a la venta un extraño relicario de madera, rematado por un busto en miniatura, también de madera, que contenía una ampolla de vidrio con dos dedos y un diente. El comprador, un coleccionista florentino, se dio cuenta de la semejanza del pequeño busto con Galileo y sospechó de lo que podía tratarse. Una vez adquirido, se puso en contacto con la Superintendencia del Patrimonio Histórico que, después de muchos estudios, confirmó que se trataba de los restos perdidos de Galileo. Ahora están expuestos junto con el dedo medio y al resto de otros objetos de Galileo, en el Museo de la Historia y de la Ciencia de Florencia, rebautizado en el 2010 con el nombre de Museo Galileo, en una sala dedicada al gran científico, la Sala VII, “El nuevo mundo de Galileo”. Reporto, a continuación, el texto que describe esta sala:

“La sala dedicada al científico pisano constituye el corazón del Museo Galileo. Aquí están expuestos los únicos dos catalejos que nos han llegado; la lente objetiva del catalejo con el cual, en enero de 1610, el científico observó por primera vez los satélites de Júpiter; el compás geométrico y militar que puso a punto en los años paduanos; ejemplares de otros instrumentos ideados por él y modelos didácticos para ilustrar los resultados fundamentales adquiridos en sus investigaciones de mecánica. A lo largo del eje central de la sala se encuentra el busto de mármol esculpido por Carlo Marcellini por encargo de Cósimo III de Médicis. Se observan, además, algunas reliquias del Galileo santo laico de la ciencia: el pulgar, el índice y el dedo medio de la mano derecha, además de un diente, extirpados del cuerpo de Galileo en el momento de la traslación de sus restos al sepulcro monumental de Santa Croce”.1

– Museo Galileo, Florencia. Sala VII: El nuevo mundo de Galileo
-Relicarios con tres dedos y un diente de Galileo. Museo Galileo, Florencia

Pero si Galileo pudo tener una sepultura más digna después de casi un siglo desde su muerte se debió sobre todo al empeño del último de los Médicis, Gian Gastone quien, aconsejado por un grupo de influyentes intelectuales, estaba decidido a limitar el poder y la injerencia de la Iglesia a través de la laicización del Estado. Y también fue gracias a la influencia de la masonería, que llegó a la Toscana en 1735, que impulsó una modernización de la cultura y de la ciencia manteniendo una neta posición anticlerical. Por lo tanto, sepultar con todos los honores al ‘hereje’ Galileo significaba enviar un claro mensaje de desvinculación del poder de la Iglesia por parte del poder del Estado, además de rendirle homenaje, no solo por su gran contribución a la ciencia sino también por ser símbolo y mártir de la libertad de pensamiento. Como también lo era el gesto, por parte de los eruditos, de adueñarse de una práctica religiosa, la de la veneración de las reliquias, confiriéndole nuevos significados y diferentes valores.

Pero las verdaderas reliquias de Galileo, los verdaderos tesoros, son los instrumentos creados por él y sus obras que hablan de sus teorías y de sus descubrimientos.

Galileo fue rehabilitado por la Iglesia tan solo el 31 de Octubre del 1992, cuando Juan Pablo II anuló la condena infligida por el Santo Oficio al científico, es decir después de 360 años desde que fue condenado ‘al silencio’.

—–

1.- En el Museo Virtual de Galileo es posible ver todos los objetos expuestos en la Sala VII, con explicaciones y vídeo.

—-

Para saber más: A. Castronuovo. A indicare astri: Il dito di Galileo; en: Ossa, cervelli, mummie e capelli. Macerata 2016

También puede interesarte: Leonardo: en busca del ADN del genio

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