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La columna de Simeón Estilita

27 sabato Set 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Curiosità, Storia

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Tag

Concilio de Calcedonia, Deir Sim’an, Estilitas, eulogias, Monofisismo, Qal'at Sim'an, reliquias, Simeón Estilita, Telanisso, Teodoreto de Ciro, Zenón

La colonna di Simeone Stilita. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– Resto de la columna de Simeón Estilita. Complejo monumental de Qal’at Sim’an (Siria)

A unos 30 km de Alepo, Siria, en un lugar antiguamente llamado Telanisso y hoy conocido como Deir Sim’an (Monasterio de Simeón) o también Qal’at Sim’an (Fortaleza de Simeón), se encuentran las ruinas de un gran complejo monástico paleocristiano que en 2001 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de la iglesia de San Simeón Estilita el Viejo (para distinguirlo de San Simeón el Joven). En el centro del complejo se halla una gran piedra blanca de unos dos metros que en realidad es lo que queda de una gran columna, la columna sobre la cual vivió San Simeón los últimos 37 años de su vida. Por este motivo recibió el apelativo de Estilita (del griego stylos, columna) y dio inicio a un tipo particular de ascetismo denominado precisamente estilismo, llamándose estilitas a quienes lo practicaban.

Pero ¿quién era Simeón Estilita?

Gracias a los escritos de Teodoreto1, obispo de Ciro, compatriota y contemporáneo de Simeón, sabemos que Simeón nació en Cilicia hacia el año 390, en el seno de una familia de pastores. Ya de joven sintió el deseo de llevar una vida religiosa y entró en un convento, donde durante 10 años vivió en oración y mortificación, comiendo solo una vez por semana, lo cual sorprendía a los demás monjes. Cuando llegó al extremo de ceñirse un cilicio de hojas de palma que le llenó el cuerpo de llagas, negándose a recibir cuidados, fue animado a abandonar aquella comunidad para evitar que otros monjes lo imitaran.

Después, Simeón se instaló en una cabaña en la ladera de un monte, donde permaneció encerrado tres años, alimentándose solo de pan y agua que le dejaban en la puerta, pasando las Cuaresmas enteras sin comer. Posteriormente, se aisló en esa misma montaña, atado a una piedra para no alejarse más de 20 metros. Su fama crecía y la gente acudía a él para pedir consejo o curaciones. Era especialmente conocido por ayudar en problemas de esterilidad, que le comunicaban por escrito o mediante terceros, pues no permitía que se le acercaran mujeres, ni siquiera su madre. Poco a poco fue considerado santo, no solo por los milagros que se le atribuían, sino también por su resistencia sobrehumana a las inclemencias del tiempo y a todo tipo de fatiga. Oraba de pie, con los brazos abiertos en forma de cruz, y solía inclinarse desde la frente hasta los pies más de mil veces seguidas.

En cuanto a los milagros, además de curaciones, se decía que dominaba fenómenos naturales (sequías, tormentas…) o incluso resolvía problemas sociales. Como la multitud no cesaba de crecer, Simeón hizo construir una plataforma con barandilla sobre una columna de unos cuatro metros hallada en las cercanías, y allí se trasladó. Cuanto más aumentaba la gente, más alta se hacía la columna, hasta alcanzar unos 16 metros. Quienes querían hablar con él debían subir por una escalera. Era alimentado por quienes le llevaban agua o dátiles.

La fama de Simeón se difundió por todo el Imperio bizantino y fue visitado por muchos personajes ilustres, incluso el emperador Teodosio II y su esposa Aelia Eudocia. También el emperador León I tuvo muy en cuenta el contenido de una de sus cartas. Llegó incluso a mantener una suerte de correspondencia con Genoveva de París2, a través de peregrinos que lo visitaban y que llevaron su fama a muchas partes de Europa, donde su imagen y la de su sucesor, Simeón el Joven, aparecían hasta en pequeñas ampollas procedentes de Oriente, llamadas ‘eulogias’, que contenían aceite bendito o polvo de lugares santos.

Simeón murió en 459, a los 70 años aproximadamente. Sus restos fueron disputados entre Antioquía y Constantinopla; finalmente, la mayor parte quedó en Antioquía, aunque algunas reliquias llegaron a Constantinopla y otras circularon por el Mediterráneo.

Este modelo de ascetismo, nacido y desarrollado en Siria, se extendió al resto de la Iglesia cristiana oriental y sobrevivió incluso después del gran cisma entre Oriente y Occidente, y en Rusia permaneció hasta el siglo XV. Los estilitas solían levantar sus columnas cerca de poblados y caminos comerciales; predicaban, daban consejo a los viajeros y guiaban a la gente en la oración. Teodoreto los llamó “candelabros de la fe”.

– Complejo monástico de Qal’at Sim’an. La columna está en la parte central que une las cuatro basílicas y que estaba coronada por una cúpula octogonal
– Complejo monástico de Qal’at Sim’an. Al fondo se entrevé el ábside de una de las basíliicas
Complejo monástico de Qal’at Sim’an. Fachada principal de la basílica

Pero no era el único modelo: las manifestaciones ascéticas de esta zona tomaron diversas formas, fruto de una auténtica explosión monástica entre los siglos IV y VI, con miles de comunidades e innumerables iniciativas individuales, como la de Simeón, que no seguían regla común alguna. Existían también los dendritas (que vivían en la copa de los árboles), los que se encerraban en cuevas o torres, los que permanecían siempre de pie en el mismo lugar, los que se cubrían con cadenas, o quienes simplemente vivían de modo salvaje, rechazando la comida cocida, la carne, las ropas y hasta el aseo.

En aquella época, dentro del cristianismo primitivo existían diversas doctrinas sobre la naturaleza de Cristo que no coincidían con la postura oficial (la unión en Cristo de las dos naturalezas, humana y divina) y que por ello fueron consideradas herejías. Las principales eran el nestorianismo3, el arianismo4 y el monofisismo5. A este último pertenecían los cristianos de Siria.

Y aquí volvemos a la columna: como se decía, se encuentra en el centro de un gran complejo mandado construir por el emperador bizantino Zenón y terminado en el año 490, como intento de apaciguar los ánimos exaltados por la disputa sobre el monofisismo, avivada tras el Concilio de Calcedonia. Cuatro edificios dispuestos en forma de cruz, orientados a los cuatro puntos cardinales, se unían en el centro mediante una cúpula octogonal que cubría la columna. Eran cuatro basílicas, una de ellas con tres ábsides semicirculares al final de sus naves, que en parte todavía se conservan. Junto a la basílica se construyó un gran convento, conectado a la iglesia por un claustro. En torno al siglo X el santuario fue fortificado para defenderlo de los musulmanes, pero en 1164 la zona cayó en manos de los selyúcidas.

Desde la muerte de Simeón, la columna se convirtió en meta de peregrinaciones, y con la construcción de la iglesia, estas aumentaron, favorecidas además por el emperador Zenón, convirtiéndose el lugar en un gran centro de culto.

La declaración de este monumento como Patrimonio de la Humanidad no fue suficiente para protegerlo de la guerra que ha devastado Siria. En esta zona han combatido kurdos, turcos y aviones rusos.

—-

1.- Teodoreto de Ciro, Historia Religiosa, cap. XXVI, ca. 440. Otras fuentes: una vida del santo escrita en siríaco por los monjes del monasterio surgido cerca de la columna; la vida escrita en griego por el monje Antonio, que se autodefinía discípulo del santo, aunque su identidad no está clara; un breve capítulo de la Historia Eclesiástica de Evagrio Póntico de finales del siglo VI.

2.- Genoveva, posteriormente santa, Sainte Geneviève de Paris, patrona de esta ciudad.

3.- Toma su nombre del patriarca de Constantinopla Nestorio. Doctrina que defendía que las dos naturalezas de Cristo, divina y humana, son completamente independientes entre sí. También se la llama difisismo. Fue condenada por el Concilio de Éfeso (431).

4.- Toma su nombre del monje y teólogo alejandrino Arrio. El arrianismo era la doctrina que negaba la naturaleza divina de Cristo. Solo el Padre podía considerarse verdaderamente Dios. Fue condenada por el Concilio de Nicea del 325, en el que participó el emperador Constantino el Grande.

5.- Monofisismo. Doctrina según la cual Cristo posee únicamente la naturaleza divina. Fue creada y promovida por Cirilo, patriarca de Alejandría. Esta doctrina fue muy combatida por el Concilio de Calcedonia del 451 y condenada por el Segundo Concilio de Constantinopla del 553. El monofisismo existe todavía entre los cristianos coptos de Egipto y en la Iglesia Armenia.

La colonna di Simeone Stilita

08 domenica Ott 2023

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Arte, Storia

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Tag

Concilio di Calcedonia, Deir Sim’an, eulogie, Monofisismo, Qal'at Sim'an, Reliquie, Simeone Stilita, Stiliti, Telanisso, Teodoreto di Cirro, Zenone

La columna de Simeón Estilita Puedes leer este artículo en español abriendo este enlace

-Resto della colonna di Simeone Stilita. Complesso monumentale di Qal’at Sim’an (Siria)

A circa 30 Km da Aleppo, Siria, in una località anticamente chiamata Telanisso ed oggi Deir Sim’an (Monastero di Simeone) o anche Qal’at Sim’an (Rocca di Simeone), si trovano i ruderi di un gran complesso monastico paleocristiano che nel 2001 è stato dichiarato Patrimonio dell’Umanità dall’Unesco. Si tratta della chiesa di San Simeone Stilita, il Vecchio (per distinguerlo da San Simeone il Giovane). Al centro del complesso si trova una gran pietra bianca di circa due metri  che in realtà è ciò che resta di una grande colonna, la colonna sulla quale visse San Simeone gli ultimi 37 anni della sua vita, che per questo motivo ricevette l’attributo di Stilita (dal greco stylos, colonna) e che diede iniziò a un particolare tipo di ascetismo denominato, per l’appunto, stilismo e stiliti coloro che lo praticavano.

Ma chi era Simeone Stilita? 

Grazie a quanto ci ha lasciato scritto Teodoreto1, vescovo di Ciro, compatriota e contemporaneo di Simeone, sappiamo che Simeone nacque in Cilicia verso il 390 da una famiglia di pastori. Già da ragazzo sentì il desiderio di portare avanti una vita religiosa ed entrò in un convento dove per ben 10 anni visse una vita di preghiera e mortificazione, mangiando una volta alla settimana, con lo sconcerto degli altri monaci del convento. Quando arrivò al punto di legarsi intorno al corpo un cilicio fatto di foglie di palma che lo riempì di piaghe negandosi a farsi curare, Simeone fu incoraggiato a lasciare quella comunità per evitare che fosse imitato da altri monaci. Quindi Simeone si trovò una capanna sul pendìo di un monte dove rimase rinchiuso per tre anni mangiando solo pane e acqua che gli venivano lasciati fuori la porta e dove passava le intere quaresime senza mangiare. Successivamente, Simeone si isolò su quella stessa montagna legato ad un sasso per non muoversi a più di 20 metri. Simeone intanto era diventato famoso e molta gente si avvicinava a lui per chiedere consiglio o preghiere di guarigione. Era soprattutto celebre nel curare con le sue preghiere problemi di sterilità che venivano a lui trasmessi per iscritto o non direttamente dalle interessate, perché non voleva essere avvicinato dalle donne, neanche da sua madre. Poco a poco comició ad essere ritenuto un santo, non solo per i miracoli che faceva, ma anche per la sua resistenza non naturale alle intemperie e ad ogni genere di fatica. Pregava in posizione eretta, con le braccia aperte a forma di croce e la sua posizione più frequente era quella di curvarsi dalla fronte ai piedi, flessione che poteva fare anche più di mille volte di seguito. Quanto ai miracoli, oltre alle guarigioni, c’era il dominio dei fenomeni naturali (siccità, tempeste…) o quelli che addirittura potevano risolvere problemi di tipo sociale.

Siccome la gente continuava ad aumentare, Simeone si fece costruire una piattaforma protetta da una balaustra su una colonna di circa quattro metri che trovò nelle vicinanze, sulla quale si trasferì. E più la folla aumentava, più alta diventava la colonna, che poco a poco raggiunse i sedici metri. Le persone quindi, dovevano usare una scala per parlare con Simeone. Questi veniva alimentato da coloro che gli portavano acqua o qualche dattero.

La fama di Simeone si diffuse in tutto l’impero bizantino e fu visitato da molti personaggi illustri, addirittura da Teodosio II e sua moglie Aelia Eudocia. Anche l’imperatore Leone I tenne molto presente il contenuto di una sua lettera. Addirittura ebbe una sorta di corrispondenza con Genoveffa di Parigi2, per mezzo dei pellegrini che lo visitavano e che portarono la sua fama in molte parti d’Europa, dove era rappresentata la sua immagine e quella del suo successore Simeone il Giovane anche su certe ampolle portate dall’Oriente, che contenevano olio benedetto o polvere dei luoghi santi, chiamate ‘eulogie’.

Simeone morì nel 459 a circa 70 anni. Le sue spoglie subito furono disputate fra Antiochia e Costantinopoli. La spuntò Antiochia perché la maggior parte di queste rimasero in questa città. Alcune reliquie furono trasferite a Costantinopoli e altre viaggiarono per il Mediterraneo.

Questo modello si ascesi nato e sviluppatosi in Siria, si estenderà anche nel resto della Chiesa cristiana orientale. E si mantenne anche dopo il grande scisma della Chiesa, Oriente-Occidente, ed in Russia addirittura si protrasse fino al secolo XV. Gli stiliti spesso alzavano le loro colonne nei pressi dei centri abitati e delle strade commerciali. Predicavano a davano consigli ai viandanti e guidavano la gente nella preghiera. Teodoreto li denominò ‘candelabri della fede’.

-Complesso monastico di Qal’at Sim’an. La colonna è nella parte centrale che unisce le quattro basiliche e che era sormontata da una cupola ottagonale
-Complesso monastico di Qal’at Sim’an. Al fondo si intravede l’abside di una delle basiliche
-Complesso monastico di Qal’at Sim’an. Facciata principale della basilica

Ma non era l’unico modello. Le manifestazioni ascetiche in questa zona si manifestavano in diversi modi, frutto di un’esplosione monastica avvenuta in Siria e zone limitrofe tra il IV ed il VI secolo, con migliaia di comunità e molte iniziative individuali, come quella di Simeone, che non si sottomettevano ad alcuna regola comune. C’erano quindi i dendriti, che vivevano in cima agli alberi, quelli che si rinchiudevano in una grotta o in una torre, o coloro che stazionavano sempre in piedi nel medesimo luogo o che si coprivano di catene, o quelli che semplicemente vivevano una vita selvaggia, rifiutando il cibo cotto e la carne, di vestirsi e di lavarsi.

In quell’epoca, nel Cristianesimo primitivo c’erano diverse dottrine relative alla natura di Cristo, che non erano in linea con la posizione ufficiale (presenza in Cristo delle due nature, umana e divina) e per questo considerate eresie. Erano principalmente il nestorianesimo3, l’arianesimo4 e il monofismo5.  A quest’ultima appartenevano i cristiani della Siria.

E torniamo alla nostra colonna. Come dicevamo si trova al centro di un enorme complesso costruito per ordine dell’imperatore bizantino Zenone e completato nell’anno 490 in un tentativo di pacificare l’ambiente abbastanza irritato ed agitato a causa della disputa contro il monofisismo sollevata dal Concilio di Caledonia. Quattro edifici disposti in forma di croce in direzione dei quattro punti cardinali, erano uniti al centro da una cupola ottagonale che copriva la colonna. I quattro edifici erano quattro basiliche, una delle quali coronata all’estremità delle navate da tre absidi semicircolari, che in parte ancora si conservano. Al lato della basilica venne costruito un convento di grandi dimensioni collegato alla chiesa da un chiostro. Intorno al X secolo il santuario venne fortificato per difenderlo dai musulmani. Nonostante ciò la zona fu conquistata dai Selgiuchidi nel 1164.

Già dalla morte di Simeone la colonna era meta di molti pellegrinaggi, e con la costruzione della chiesa i pellegrinaggi aumentarono, favoriti anche dall’imperatore Zenone, diventando questo un grande luogo di culto.

La dichiarazione di questo monumento come patrimonio dell’Umanità  non è stato sufficiente a difenderlo dalla guerra che ha devastato la Siria. Curdi, turchi e gli aerei russi hanno combattuto in questa zona.

—-

1.- Teodoreto di Cirro, Historia Religiosa, cap. XXVI, ca. 440. Altre fonti: una vita del santo scritta in siriaco dai monaci del monastero sorto nei pressi della colonna; la vita scritta in greco dal monaco Antonio, autodefinito discepolo del santo, ma del quale non ne è chiara l’identità; un breve capitolo della Storia Ecclesiastica di Evagrio Pontico della fine del VI secolo.

2.- Genoveffa, posteriormente santa, Sainte Geneviève de Paris, patrona di questa città

3.- Prende il nome dal patriarca di Costantinopoli Nestorio. Dottrina che difendeva che le due nature di Cristo, divina e umana, sono completamente indipendenti tra di loro. E’ chiamata anche difisismo. Fu condannata dal Concilio di Efeso (431).

4.- Prende il nome dal monaco e teologo alessandrino Ario. L’arianesimo era la dottrina che nega la natura divina di Cristo. Solo il padre può considerarsi veramente Dio. Fu condannata dal Concilio di Nicea del 325, al quale partecipò l’imperatore Costantino il Grande.

5.- Monofisismo. Dottrina secondo la quale Cristo ha solo la natura divina. Fu creata e promossa da Cirillo, patriarca di Alessandria. Questa dottrina fu molto controbattuta dal Concilio di Calcedonia del 451 e condannata dal Secondo Concilio di Costantinopoli del 553. Il monofisismo esiste ancora fra i cristiani Copti d’Egitto e nella Chiesa Armena.

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