I santi innocenti                                                                                                 Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

La matanza de los inocentes sólo nos la cuenta el Evangelio di San Mateo (Mt 2,1-16). Un ángel  se le aparece en sueños a José y le dice de que debe huir a Egipto llevando a María y al niño, porque Herodes quiere matar al pequeño, y de no volver  hasta nuevo aviso.

Esa misma noche Herodes mandó matar a todos los niños varones de menos dos años. La Sagrada Familia permaneció en Egipto hasta la muerte de Herodes, presumiblemente unos tres años, según el  apócrifo el ‘Evangelio árabe de la infancia’.

En cuanto a la datación, hay que tener en cuenta que Herodes el Grande murió el 4 a.C., razón por la cual la fecha de nacimiento de Jesús debería de ser adelantada de por lo menos 4-5 años, o tal vez más. De hecho, en el 7 a.C. hubo una triple conjunción planetaria, de Júpiter con la Luna y Marte con Saturno, evento extraordinario previsto por los astrólogos antiguos, que habría motivado el viaje de los Reyes Magos.

Problemas de datación a parte, que no son objeto de este artículo, diremos que la matanza de los inocentes es un episodio que no ha sido posible de demostrar históricamente, entre otros motivos porque no se cita en la historia judaica de Flavio José, principal fuente no evangélica del siglo I, aunque era bien conocido el carácter sanguinario y cruel de Herodes, habiéndolo incluso demostrado con diferentes miembros de su propia familia.

En cualquier caso, y calculando que la población de Belén fuera de unos mil individuos, considerando la tasa de natalidad y mortalidad infantil, el número de niños varones de menos de dos años podría haberse situado alrededor de unos veinte, aunque según la tradición cristiana habrían sido varios miles.

Por lo tanto, aun admitiendo que hubo matanza, dado el número de víctimas, muy pequeño según los criterios de la época, es posible que el hecho no fuera tomado en consideración por los historiadores ni por Roma, por considerarlo irrelevante. Además, debemos tener presente que, también en este caso, el episodio podría responder a determinados esquemas literarios. Existen paralelismos con otros episodios de la sagrada escritura: por ejemplo en la historia de Moisés (cuyo nombre significa ‘salvado de las aguas’), que consiguió salvar la vida liberándose de la matanza de los recién nacidos ordenada por el faraón.

Pero vamos a nuestras reliquias. Aunque parezca increíble, reliquias de estas pequeñas criaturas hay en Europa en muchos lugares. Veamos algunas.

En Roma, en la basílica de San Pablo extramuros se conservaban cinco cuerpos. Llegaron después de la toma de Constantinopla del 1204, es decir después de la IV Cruzada. Fueron conservados en la cripta dentro de un sarcófago llamado de los ‘Dos hermanos’ y transferido por el papa Sixto V, junto con una parte de estos cinco cuerpecitos, a la capilla que mandó construir en la basílica de Santa María la Mayor, bajo el altar de esta capillita, entrando a la derecha, dedicado a los mismos Santos Inocentes.

“Tres (cuerpos) se veneran en Santa Justina en Padua llevados a ese lugar desde Oriente por San Julián y fueron hallados junto con su cuerpo en el mismo sepulcro con la inscripción ‘‘Hic conditus est Julianus vir Christianus, qui cum saepe a sepulcro domini reversus esset, ad tandem tres innocentes secum detulisset perrexit ad Christum. Quapropter in unum collocati hic requiescunt’(1). Otros cinco se llevó consigo desde Jerusalén en el año 432 San Petronio obispo de Bolonia y fueron colocados en la iglesia de San Esteban cerca del altar de los Santos Pedro y Pablo Apóstoles; dos de éstos fueron después trasladados a la iglesia de San Francisco donde, según la tradición, descansan hasta treinta y tres de ellos. Cuatro hay en la iglesia de San Sixto de Piacenza. Tres en la de San Dionisio de París. Dos en Santa Victoria de Marsella. Tres enteros en la ciudad de Nápoles y finalmente muchas reliquias de los mismos se encuentran en diferentes ciudades y Castillos de la Umbría”(2).

Además, en la ya citada iglesia de San Sixto de Piacenza, en un relicario de plata maciza se conserva una camisola que, según la tradición, habría pertenecido a uno de estos santos inocentes.

Pero la lista antes citada no es exhaustiva. Encontramos reliquias de esos santos niños en Catania, en la iglesia de San Cataldo, en Loano (Savona), en la iglesia de los Disciplinados Blancos, y de nuevo en Roma, en el monasterio de San Sixto all’Appia. Después en Bari, en la iglesia de San Nicolás, en Trento, en la catedral de San Vigilio, en Brescia en la iglesia de San Juan, y en mucho sitios más.

La iglesia conmemora los Santos Inocentes desde el IV siglo y en el calendario litúrgico se celebran el 28 de diciembre, tres días después del nacimiento de Cristo y la iconografía sobre este episodio del evangelio de San Mateo es muy extensa.

(1) “Aquí está sepultado Julián, hombre de gran fe cristiana, que fue hacia Cristo habiendo vuelto a menudo del sepulcro del Señor y habiendo finalmente traído consigo a tres inocentes. Por este motivo colocados en un mismo lugar, aquí descansan”

(2) Osservazione sopra i cimiteri de’ santi martiri ed antichi cristiani di Roma. Pag 618, Marco Antonio Boldetti Roma 1720).