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La croce di Anjou: non solo un simbolo religioso. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

La cruz de Anjou, según la tradición y documentación disponible, es un gran fragmento de la Vera Cruz, uno de los más grandes actualmente presentes en el mundo. El lado más largo mide unos 27 cm, con 2 de ancho y 1,3 de espesor; la primera traviesa es de 9,2 cm y la segunda de 7,8, formando un total de 104 cm3. Su tipología es la de cruz patriarcal, es decir compuesta por dos traviesas, siendo la superior más corta. Esta última simboliza el ‘Titulus Crucis’, es decir la placa con la inscripción INRI. De color marrón oscuro, fruto de un barnizado realizado probablemente en el momento del ensamblaje, o de su posterior decoración, de la que hablaremos más adelante, pueden apreciarse algunas vetas, algunos nudos y pequeñas fisuras, no siendo alteraciones importantes.

Es probable que en origen la cruz estuviera colocada dentro de un relicario o una estauroteca, según el uso bizantino: una suerte de estuche del cual se podía extraer la reliquia para poder acercarla a los fieles, como por ejemplo la Estauroteca de Limbourg. Sin embargo, la praxis occidental era más propensa a custodiar las reliquias en relicarios sellados; de esta manera la reliquia solo podría ser vista, expuesta, pero no tocada.

Esta cruz fue llevada hasta el Anjou (Francia) en 1241 por Jean d’Alluye, originario de este lugar, al regreso de la Sexta Cruzada, en la que tuvo un papel importante en la defensa de Creta. Y por este motivo, Tomás, obispo de la ciudad de Hierapetron en Creta, se la ofreció como obsequio. La cruz habría pertenecido al tesoro del Imperio Bizantino, y por lo tanto se conservaba en Constantinopla. Fue utilizada como símbolo del emperador Manuel I Comneno en el siglo XII y la llevaba siempre consigo en sus campañas. Sucesivamente, el patriarca latino de Constantinopla, Gervasio, se la habría dado al obispo Tomás.

Jean d’Alluye vende la reliquia por 550 libras tournois (equivalentes a 50 Kg de plata) a la abadía cisterciense de La Boissière, en Denezé-le-Lude en el ducado de Anjou. Como dato curioso, si visitamos el Cloisters Museum de Nueva York, encontraremos la lápida mortuoria de Jean d’Alluye.

– Lápida mortuoria de Jean d’Alluye. Closters Museum, Nueva York

Durante la Guerra de los Cien Años (1337-1453) la cruz es entregada por el abad de La Bossière al duque de Anjou para que la pusiera a buen recaudo. En 1359, Luis I de Anjou la expone en la capilla del castillo de Angers, la incorpora al blasón de la casa de Anjou y hace que aparezca en el tapiz del Apocalipsis, que hoy en día puede ser admirado en casi su totalidad en el castillo de Angers1.

– Cruz de Anjou. Lado con el medallón del cordero
– Cruz de Anjou. Lado con el medallón de la paloma

En 1364 su hermano, Carlos V de Francia, la manda decorar por sus orfebres, quienes le otorgan su aspecto actual. A cada lado de la cruz se ha añadido un Cristo en oro y, por encima, un medallón, también en oro: por un lado una paloma y por el otro un cordero con el estandarte de la resurrección. Las extremidades están decoradas con piedras preciosas y perlas. Además, con el fin de ofrecer a esta reliquia un espacio más digno, Yolanda de Aragón, esposa de Luis II, manda construir una nueva capilla, en estilo gótico. Es ésta la capilla que actualmente puede visitarse en el castillo de Angers. Luis II fundó en 1407 la ‘Cofradía de la Cruz’ cuya misión era la de proteger la sagrada reliquia. Con Renato I, en 1431,  los Anjou se hicieron también con el ducado de Lorena, por la boda de Renato con Isabel de Lorena, heredera del ducado.

En 1477, Renato II, hijo de Yolanda de Anjou, después de su victoria sobre Carlos el Temerario en la batalla de Nancy, quien había intentado adueñarse de Lorena, convierte la cruz en el símbolo de esta región. Y fue de esta manera que la cruz se convirtió también en Cruz de Lorena.

En 1456, después de alternar varios períodos de ‘estancia’ entre la abadía de La Boissière y el castillo de Anjou, la cruz vuelve a La Boissière, quedándose hasta 1790 cuando, durante la Revolución Francesa, es declarada bien nacional y puesta a la venta en una subasta. La fundadora del Hospicio de los Incurables de Baugé, Anne de Girouardière, la compró por 400 libras, que pagó a la caja del distrito. A partir de ese momento se encuentra en esta institución benedictina de Baugé, cerca de Angers, donde se puede visitar.

La cruz, como Cruz de Lorena, fue utilizada en múltiples conflictos en contra de la invasión extranjera, antes inglesa y después borgoñona; la mayoría de las veces como símbolo de una sola parte de Francia armada contra las otras. Como por ejemplo cuando fue utilizada como símbolo de la resistencia católica contra la difusión del calvinismo, como en la masacre de los hugonotes en la noche de San Bartolomé de 1572, o cuando fue utilizada por Antonio de Lorena en la represión de los campesinos alsacianos en 1525, por citar solo dos ejemplos. Aunque es históricamente impropio, esto hará que en el siglo XIX se empezará a considerarla como el símbolo de la unidad nacional francesa, particularmente a partir de cuando reaparece en el imaginario simbólico como uno de los atributos iconográficos de Juana de Arco (originaria de Lorena) convirtiéndose en el símbolo de la resistencia contra el invasor extranjero, después de la anexión de Lorena a Prusia.

– Insignia de l’Ordre de la Libération

En los años 40 del siglo pasado De Gaulle la convierte en el símbolo de toda Francia, de la Francia Libre y de la Resistencia francesa. Ostentaba este símbolo en su uniforme, sobre medallas conmemorativas o monumentos votivos. En 1914 el general De Gaulle instituyó ‘l’Ordre de la Liberation’ que tiene por insignia una Cruz de Lorena como parte integrante de una espada que se apoya en el dorso de un escudo. Pero en realidad este símbolo estaba más asociado a él como persona y a su partido que a la nación. Así lo demuestra una cruz gigantesca, de 73 metros, que fue erigida en memoria de De Gaulle cerca de su residencia de Colombey-les-deux-Églises. Este símbolo nunca ha estado entre los de la Quinta República.

– Monumento al General De Gaulle, Colombey-les-deux Églises
– Bandera de la ‘Fondation de la France Libre’

La Cruz de Lorena está presente en el símbolo de la ‘Fondation de la France Libre’, una bandera tricolor con al centro la cruz. A menudo es enarbolada en las manifestaciones de grupos de extrema derecha, aunque dicha fundación ha declarado muchas veces que no tiene nada que ver con las reivindicaciones de estos grupos extremistas.

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1.- El tapiz del Apocalipsis, comisionado al mercader Nicolas Bataille, fue realizado en Paris por el maestro tapicero Robert Poisson sobre cartones de Jean de Bruges, pintor de corte de Carlos V. Durante la Revolución Francesa se cortó en varios trozos que se destinaron a diferentes usos. Solo una parte de la obra se ha podido recuperar, la mayor parte, mientras que la otra se ha perdido. Después de un largo trabajo de restauración realizado a finales del siglo XIX, hoy pueden admirarse 71 de las 90 escenas iniciales (se han perdido 11), que ocupan una superficie total de unos 628 m2.

Para saber más:

  • Rohault de Fleury, Mémoire sur les instruments de la passion de N.S.J.C. – Paris 1870
  • E. di Rienzo. La Croce di Lorena, in F. Benigno, L. Scucimarra. Simboli della politica. Roma 2010