Reliquiari fantastici: la stauroteca di Limburg. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

La estauroteca¹ de Limburg se encuentra en el tesoro de la catedral de Limburg an-der-Lahan (Alemania) y es uno de los mejores ejemplos existentes de la orfebrería del Imperio Bizantino Medio (843-1204), un ejemplar casi único, tanto por su de ejecución como por su suntuosidad.

Este relicario es del siglo X y probablemente formaba parte del Tesoro del Palacio Real de Constantinopla y fue sustraído, como muchísimos otros tesoros, durante el saqueo de la ciudad, en la IV Cruzada, llevado a cabo por los mismos cruzados, en 1204.

El caballero Heinrich von Ulmen la recibió como regalo en 1206 en Tesalónica como recompensa por los servicios militares prestados en dicha cruzada y en 1208 la llevó consigo a su patria, a Ulmen, junto con otras reliquias. Ese mismo año el relicario fue donado al convento de las Agustinas de San Nicolás en Stuben, cerca de la Mosela. Después de varios cambios, pasó a formar parte del Tesoro de la Catedral de Limburg en 1827, año en el que la ciudad fue designada sede episcopal.

La caja, recubierta en plata dorada, tiene unas medidas considerables. De hecho mide 48 x 35 x 6 cm y pesa 11 Kg. En su interior conserva una cruz de doble travesaño formada por 7 fragmentos de la Vera Cruz. La teca se cierra con una tapa deslizante con broche en la extremidad inferior. La inscripción en la parte posterior de la cruz indica que fue comisionada por el emperador Constantino VII y Romano II, su hijo y co-emperador, permitiendo de esta manera datar la pieza en un período comprendido entre el 945 y el 959. La teca fue realizada en un segundo memento, tal y como se explica en la inscripción colocada en los márgenes de la misma, y hace referencia al eunuco Basilio Proedro, cuñado de Constantino VII, y persona muy influyente en la corte entre el 963 y el 985.

Sobre la tapa varios marcos, enriquecidos por piedras preciosas y esmaltes realizados con la técnica cloisonné, se muestran varias imágenes. En el marco interior,  ocho pequeñas imágenes, que enmarcan el panel central, representan a santos Obispos y Santos guerreros: Juan Crisóstomo, Teodoro, Eustaquio, Demetrio, Jorge, Nicolás, Gregorio Nacianceno y Basilio, todos ellos identificados con inscripciones.

En la parte central se sitúan nueve placas, en plata dorada; en el centro encontramos la imagen del Cristo Pantocrátor. A su izquierda vemos a María y al Arcángel Miguel, y a derecha a San Juan Bautista y al Arcángel Gabriel. En cada una de las otras seis imágenes hay una pareja de personajes que representan apóstoles y evangelistas: Santiago y Juan, Pablo y Pedro, Andrés y Marcos en la parte superior; y Bartolomé y Tomás, Lucas y Mateo y Felipe y Simón, en la inferior. Todos están identificados por sus respectivas inscripciones. Las imágenes están realizados con la técnica del esmalte cloisonné que revela un gran dominio de la misma, apreciable en los pliegues de la vestimenta y sobre todo en la realización del Cristo.

Una vez quitada la tapa, queda al descubierto la parte interior del relicario, mostrándose la cruz al centro de la teca. La cruz está revestida por tres lados con una montura de plata dorada: en el lado posterior lleva la inscripción. El lado frontal está decorado con gemas.

La base en la que está encajada la cruz, que puede ser extraída, está formada por veinte placas de plata dorada en las cuales los personajes representados también están realizados en esmalte. A los dos lados de la cruz encontramos, en vertical, diez arcángeles: cinco a la derecha y cinco a la izquierda. En las restantes plaquetas, por parejas, están representados doce serafines y ocho querubines. En realidad son pequeñas puertas destinadas a custodiar otras tantas reliquias, que en parte se han perdido.

La parte posterior de la caja lleva una cruz de doble travesaño realizada en relieve y colocada sobre cuatro escalones que representan el Gólgota. Desde su base salen dos grandes volutas de acanto que recuerdan el árbol de la vida y por lo tanto la victoria de Cristo sobre la muerte.

La característica principal de los relicarios bizantinos es que ofrecen la posibilidad de acceder a su contenido, como en esta estauroteca. La cruz es extraíble para que pueda acercarse a los fieles o para ser utilizada para fines litúrgicos. En los relicarios occidentales, en cambio, la reliquia suele permanecer sellada en el interior.

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1. Del griego stauròs (cruz) y theke (caja, armario, depósito).  Relicario que contiene uno o varios fragmentos de la Vera Cruz.

*Foto: B. A. Hosteler. The function of Text: Byzantine Reliquaires with epigrams, 843-1204. Florida State University 2015

Para saber más: A. Ginnasi. La stauroteca di Limburg An-der-Lahn: devozione e lusso nel mondo bizantino. En: Acme – Annali Facoltà di Lettere e Filosofia dell’Università degli Studi di Milano. LXII – 1 – Gennaio-Aprile 2009. Pagg. 97-130.