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Guru Granth Sahib: El libro sagrado de los Sijs

25 sabato Ott 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Pellegrinaggi, Reliquie

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Amritsar, Chauri, Gurdwara, Guru Granth Sahib, Guru Nanak, Harmandir Sahib, Kachera, Kara, Kesh, Khalsa, Khanda, Kirpan, Langar, Nishan Sahib, Punjab, Sij, Sijismo

Guru Granth Sahib: Il libro sacro dei Sikh   –  Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Tras la predicación de Guru Nanak, en el siglo XVI, nació el sijismo en la ciudad de Kartarpur Sahib, Punjab, al noroeste de la India, y actualmente está extendido por todo el mundo con unos 28 millones de fieles, aunque la mayoría reside en el Punjab y en los países anglófonos. Las enseñanzas de su fundador, así como las de los nueve gurús que le sucedieron, están recogidas en el Guru Granth Sahib1, el libro sagrado de la comunidad.

El décimo y último de estos gurús, Guru Gobind Singh Ji, antes de morir, en 1708, decidió que el Guru Granth Sahib debía ser su sucesor, el próximo gurú, y por lo tanto, desde ese momento, el libro sagrado de los sijs² se considera como una persona, un gurú viviente, el último e imperecedero.

Este texto sagrado consta de 1430 páginas que recogen no solo las enseñanzas de sus diez gurús, sino también las de varios santos de otras religiones, entre ellas el hinduismo y el islam. Contiene alrededor de 3.380 himnos y más de 15.000 estrofas. Está escrito en hindi arcaico y la escritura utilizada es un alfabeto especial, llamado Gurmukhi, instituido por el segundo gurú. La primera versión del Guru Granth Sahib fue compilada en 1604 por el quinto gurú, Arjan Dev, mientras que la segunda y última versión fue obra del gurú Gobind Singh Ji y data de 1705. Fue llevado a Amritsar, al Templo Dorado, en el Punjab, capital del sijismo y también principal centro de peregrinación. 

En los templos sijistas (Gurdwara), en la parte más importante de la sala de oración (Darbar Sahib) hay una plataforma (manji), una especie de atril, cubierta por un dosel, decorada con materiales preciosos, donde se coloca el libro, envuelto en una tela preciosa, y por la noche se deposita ceremoniosamente en un repositorio cubierto con telas especiales decoradas. Cuando los fieles entran en la sala, se arrodillan o se inclinan ante el Guru Granth Sahib, se cubren la cabeza y se quitan los zapatos en su presencia. Mientras se lee el libro, se agita sobre él la pluma sagrada (Chauri), una especie de abanico hecho con pelo de caballo blanco o yak insertado en un mango de lana o plata.

– El Chauri se agita sobre el libro sagrado durante la lectura para evitar que se posen insectos o polvo sobre él.

La instalación y el transporte del Guru Granth Sahib están regulados por normas estrictas. En circunstancias ideales, se necesitan cinco sijs bautizados para trasladar el Guru Granth Sahib de un lugar a otro. En señal de respeto, se lleva sobre la cabeza y la persona camina descalza. Cada vez que un devoto lo ve pasar, se quita los zapatos y se inclina. La plataforma o trono en el que se sienta el libro sagrado es venerado como símbolo sagrado: ante él, los fieles depositan sus ofrendas en dinero o comida y nunca le dan la espalda.

– Guru Nanak Dev Ji, fundador del sijismo, con los nueve gurús que le sucedieron

El sijismo nace del deseo de su fundador de armonizar las dos religiones, el hinduismo y el islam, ya que la zona del Punyab era escenario de terribles enfrentamientos entre los hindúes locales y los musulmanes invasores del imperio mogol. Del hinduismo toma la creencia en la transmigración de las almas (Samsara) y los efectos de las acciones en las vidas sucesivas (karma). El objetivo final es romper el ciclo de renacimientos, excepto que la liberación no se ve como una anulación del yo, sino como una unión con Dios, que es Uno e indivisible, como el Dios de los musulmanes. Esta unión se consigue mediante la fe en Dios y el comportamiento recto. Y al igual que los musulmanes, los sijs creen que Dios creó el mundo y que Su voluntad lo gobierna todo. Un solo Dios, por lo tanto, llamado «Woheguru», que significa «Gran Maestro».

El código de conducta del sijismo prescribe que es necesario llevar una vida moral, controlar los cinco vicios3, prestar servicio a la comunidad y a los pobres, trabajar honestamente y compartir las ganancias, luchar con valentía cuando sea necesario, abstenerse de adorar ídolos y de prácticas supersticiosas, recordar al creador en todo momento4, seguir una dieta totalmente vegana y excluir el tabaco y el alcohol.  El «Amrit Sanchar», una especie de bautismo, es el rito que permite entrar en la comunidad de creyentes (Khalsa) cuando una persona considera que ha alcanzado la madurez espiritual adecuada. No es indispensable para ser sij, pero se considera un signo de dedicación total a la fe. La ceremonia es oficiada por cinco sijs bautizados. Desde el nacimiento, la terminación «Singh» (león) para los hombres y el nombre «Kaur» (princesa) para las mujeres indican la pertenencia al pueblo sij.

Los signos físicos de la fe son las llamadas 5 «k»:

1) Kesh (cabello largo recogido en un turbante, obligatorio para los hombres y a veces también utilizado por las mujeres);

2) kangha (el peine, signo de cabello recogido de forma ordenada, a diferencia del crecimiento «libre» y desordenado de los ascetas hindúes);

3) kara (una pulsera de hierro, que representa el control moral en las acciones y el recuerdo constante de Dios);

4) kachera (calzoncillos o pantalones cortos);

5) kirpan (espada ceremonial, que hoy en día se destaca como símbolo religioso de fortaleza y lucha contra la injusticia, no como arma)

– El Harmandir Sahib, también conocido como el Templo Dorado, es el santuario más importante de la religión sij (Amritsar, Punjab, India).

Todos los seres humanos son iguales ante Dios, por lo que no existe el sistema de castas. Existe una igualdad absoluta entre mujeres y hombres; es más, la mujer es una figura muy respetada por su papel en la familia y en la sociedad. Puede participar, practicar y oficiar servicios religiosos. La inexistencia del clero y de cualquier forma de ascetismo y mortificación del cuerpo, del celibato y del culto a las imágenes son otras características de esta religión, así como el reparto de bienes y la justificación de la «guerra santa» entendida como instrumento para combatir las injusticias.

Los numerosos santuarios sij se denominan «Gurdwara», es decir, «Templo del Señor», y están abiertos a todos, independientemente de su origen o religión. La única restricción es que los visitantes no deben beber alcohol, comer carne, fumar cigarrillos ni consumir otras drogas mientras se encuentren en el santuario. En todos los templos sij hay una zona donde se preparan y distribuyen comidas para todos los que las necesitan. Es el «Langar», o comedor comunitario. Una de las ceremonias fundamentales es la de consumir una comida en común como signo de adhesión a una vida de caridad y servicio. Se sienta en el suelo como signo de igualdad. Cada uno participa según sus posibilidades y recibe según sus necesidades. Es gratuito para todos.

El templo por excelencia es el santuario Harmandir Sahib en Amritsar, en el Punjab, también conocido como el «Templo Dorado» y que data del siglo XVI. Sus cúpulas y su techo en forma de loto invertido están recubiertos de láminas de oro. En el «Langar» de este templo se cocinan comidas para unas 100.000 personas al día. Centro político y religioso, además de comercial, el templo siempre ha sido escenario de innumerables conflictos. Fue ocupado y profanado por los afganos en 1756 y destruido en 1764. La última profanación tuvo lugar en 1984, cuando el ejército indio lo dañó gravemente bombardeándolo e incendiándolo debido a las diferencias entre el movimiento separatista sij y el Gobierno de Nueva Delhi, que se originaron cuando en 1947 se estableció la frontera entre la India y Pakistán, que dividió el Punyab en dos. Se sucedieron repetidos episodios de violencia hasta mediados de los años 90 del siglo pasado.

El símbolo más importante del sijismo es el «Khanda», que representa el poder creativo universal y toma su nombre de la espada de doble filo que se encuentra en el centro, símbolo del Conocimiento Divino; el círculo simboliza el infinito; las dos espadas exteriores representan el equilibrio espiritual y temporal del universo.

En cada templo se coloca una bandera amarilla, la Nishan Sahib, con el diseño del «Khanda».

—-

1.- «Gurú» significa maestro, guía espiritual; «Granth», libro; «Sahib» es un título honorífico, señor.

2.- «Sij» significa discípulo.

3.- Los cinco vicios son: lujuria, ira, apego, soberbia y avaricia.

4.- Recitar diariamente y repetidamente el Nombre del Señor (Nam), también a través del canto de himnos, es un precepto de extrema importancia para que el creyente alcance la liberación.

Le catacombe (4): Il culto dei martiri

10 domenica Ago 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Arte, Pellegrinaggi, Storia

≈ 8 commenti

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catacombe, Cripta dei papi, culto dei martiri, martiri, Papa Damaso, Pasquale I, Santa Cecilia, Stefano Maderno

– Jules Eugene Lenepveu – I martiri nelle catacombe 1855 – Museo del Louvre

Inizialmente le catacombe furono utilizzate come cimiteri. Poi, a partire dalla liberalizzazione del culto, dopo l’Editto di Costantino dell’anno 313, e soprattutto a partire dalla metà del V secolo, diventarono fondamentalmente luoghi di culto e santuari dove pregare sulle tombe dei martiri.

Ma da dove viene la parola martire? Viene dal latino martyr-y̆ris e a sua volta dal greco μάρτυς-υρος, che significa “testimone”, colui che aveva reso testimonianza della vita e resurrezione di Cristo fino al sacrificio della vita.

Il culto dei martiri nell’epoca paleocristiana rappresentò un elemento centrale nello sviluppo della spiritualità, della liturgia e dell’identità collettiva delle prime comunità cristiane, specialmente durante e dopo le persecuzioni dell’Impero romano.

– Banchetto liturgico fra cristiani. III secolo – Catacombe di San Callisto, Roma

A partire dal XVII secolo, quando furono riscoperti questi cimiteri sotterranei, l’archeologia cristiana, da Antonio Bosio in poi, non solo ricostruì la loro storia ma anche il loro significato, la simobología, l’iconografia, le tecniche costruttive, arrivando così a distinguere i vari tipi di tombe, la loro cronologia, gli spazi destinati alle differenti attività, etc. Ma una cosa era importantissima: era essenziale distinguere le tombe dei martiri, perché furono quelle che diedero un senso alle continuità delle catacombe, facendole diventare una sorta di santuario che attraeva migliaia di pellegrini.

Come riconoscere una sepoltura di un martire? Evidentemente era necessario qualche segno speciale, quando non era presente il titolo solenne di ‘Martyr’. Simboli come una palma, che contraddistingue un martire nell’iconografia cristiana, o la presenza di ampolle nel sepolcro1, non sempre sono segni inequivoci di trovarsi in presenza della tomba di un martire. All’epoca la palma poteva essere usata anche nei culti pagani o per i cristiani essere un segno della vittoria sul mondo delle passioni, e le ampolle con il sangue venivano piuttosto conservate in un luogo sicuro e considerate reliquie da venerare. Le ampolline trovate e ritenute per secoli erroneamente il sangue de martiri erano, generalmente, unguentari e balsamari che servivano per profumare e decorare  la tomba. Quanto al monogramma di Cristo, ☧, questo simbolo è stato raramente usato prima di Costantino, diventando comune dopo l’Editto di Milano del 313.

– Gesù Cristo affiancato da San PIetro e San Paolo. In basso, alcuni martiri, fra cui Marcellino e Pietro, che affiancano l’agnello, simbolo del sacrificio. IV secolo – Catacombe dei Santi Marcellino e Pietro, Roma

Indizi molto più sicuri sono invece la loro disposizione all’interno delle catacombe, fatta ad hoc per facilitare il culto. Oltre alla presenza di resti, sono le tracce di oratori, di basiliche, di lucernari, o di scale di accesso in vicinaza delle cripte, cha favorivano l’accesso ai pellegrini a ai devoti. Quindi i numerosissimi graffiti lasciati da questi, con informazioni preziose o le pitture che decorano gli arcosoli e le cappelle. Quelle delle sepolture normali sono generalmente anteriori al V secolo, mentre quelle delle sepolture dei martiri continuarono ad essere decorate anche dopo. Un ulteriore aiuto a rintracciare queste tombe lo forniscono antichi documenti, come martirologi o gli itinerari dei pellegrini compilati nel VII secolo.

– Cripta dei papi – Catacombe di San Callisto, Roma

Una volta che la Chiesa divenne proprietaraia delle catacombe, Papa Damaso (fine IV secolo) fece fare un’accurata ricerca e identificazione di queste tombe che poi furono restaurate, abbellite e adornate con inscrizioni recanti splendidi panegirici. Si arricchirono di sculture, mausolei e preziosi affreschi. Le pitture, i mosaici, i rilievi dei sarcofagi, le arti minori rievocano sempre storie bibliche, altre presentano i volti dei primi santi e martiri. Si costruirono nuove scale per facilitare l’ingresso di un sempre maggiore afflusso di visitatori. A volte vennero anche erette delle vere e proprie basiliche sotterranee, sconvolgendo interi settori delle catacombe. Nel III secolo molti papi vennero sepolti nelle catacombe di San Callisto. La fama delle tombe dei papi2 e dei martiri si era estesa a tal punto (specie nell’Europa settentrionale) che le catacombe divennero meta di veri e propri pellegrinaggi di massa.

– Catacombe di San Gennaro, Napoli – Livello inferiore

Inoltre, i cristiani facevano il possibile per collocare le tombe dei loro morti il più vicino possibile a quelle dei martiri. Ma questi luoghi privilegiati erano molto difficili da ottenersi, così spesso si scavarono piccole cappelle vicino o dietro queste tombe. E così poco a poco si crearono reti densissime, spesso con più piani di gallerie sovrapposte, che accerchiavano le tombe dei martiri.

Una volta liberalizzato il culto si poterono stabilire più liberamente cimiteri a cielo aperto. Nonostante ciò si continuarono a scavare gallerie sotterranee fino al principio del secolo V, per rispondere alla volontà dei sempre più numerosi credenti, compresi quelli della classe dirigente, di essere sepolti vicino ai martiri, soprattutto quelli piú famosi. Questo segnò una svolta importante nello sviluppo delle catacombe, perché fu quando vennero realizzate le sepolture più ricche e piú spettacolari. Si tratta in particolare dei cubicula, riccamente adornati.  

– Cripta di Veneranda. Veneranda è accompagnata dalla martire Petronilla. Catacombe di Santa Domitilla, Roma, IV secolo

Fra i martiri più famosi ricorderemo Santa Cecilia, di nobile famiglia romana martirizzata nel III secolo e patrona della musica.3 Fu sepolta nelle catacombe di San Callisto di Roma, dove fu venerata per almeno cinque secoli nella cripta che reca il suo nome. Nell’821 i suoi resti furono traslati alla basilica a lei dedicata in Trastevere, nella quale, davanti all’altare maggiore, possiamo ammirare una splendida scultura di Stefano Maderno, del 1599, una copia della quale è anche nelle catacombe di San Callisto, nella cripta dedicata alla santa.

– Santa Cecilia dopo il suo martirio. Dopo il fallito tentativo di ucciderla per asfissia, la martire è stata decapitata, come risulta dal segno sulla nuca. Stefano Maderno. 1599. Basicila di Santa Cecilia, Roma
– Basilica di Santa Cecilia, Roma. Statua di Santa Cecilia visibile davanti all’altare maggiore

A partire dal VII secolo cominciarono le traslazioni dei corpi dei martiri dalle catacombe, che generalmente si trovavano fuori le mura di Roma, a Chiese o cripte entro le mura. Queste traslazioni divennero sempre più frequenti nell’VIII e IX secolo, fino ad arrivare a una traslazione ‘di massa’: 2.300 corpi, ordinata dal papa Pasquale I, nell’827, per evitare la possibile profanazione di queste tombe da parte dei barbari che minacciavano di assaltare Roma, come già fece Astolfo, re dei Longobardi, con Pavia. Possiamo dire che da questo momento in poi le catacombe non furono piú luoghi di culto e poco a poco furono abbandonate.

Nonostante ciò, il culto dei martiri nell’epoca paleocristiana fu fondamentale per la formazione della teologia cristiana, delle pratiche liturgiche e dell’identità comunitaria, lasciando un’impronta duratura nella storia della Chiesa.

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1.- Il sangue dei martiri veniva raccolto dopo la loro morte

2.- Nelle catacombe di San Callisto (Roma) furono sepolti ben sedici papi, nel III secolo e  tutti nel chiamato Criptoportico di San Callisto, noto anche come Cripta dei Papi, situato nella cosiddetta regione dei papi e di Santa Cecilia.

3.- Cecilia fu condannata a morire asfissiata nel bagno di casa sua dovendo respirare i vapori e le emanazioni dello stesso ad alta temperatura. Però il tentativo fallisce e Cecilia rimane illesa. Quindi il prefetto decide di farla decapitare. Diventò la santa protettrice della musica per un errore di traduzione, o di trascrizione, di un brano contenuto negli Atti di Santa Cecilia: ‘Venit dies in quo thalamus collacatus est, et, canentibus [cantantibus] organis, illa [Cecilia virgo] in corde suo soli Domino decantabat [dicens]: Fiat Domine cor meum et corpus meus inmaculatum ut non confundar’. La traduzione sarebbe: ‘Venne il giorno in cui si celebrò il matrimonio e, mentre suonavano gli strumenti musicali, lei (la vergine Cecilia) nel suo cuore cantava al suo unico Signore (dicendo): Signore, il mio cuore ed il mio corpo siano immacolati affinché io non sia confusa’. ‘Organis’, che significa ‘strumenti musicali’ fu tradotto come ‘organo’, quindi diventò: ‘Cecilia cantava acompagnata da un organo’. Vediamo dal secolo XV in poi varie rappresentazioni di Cecilia con un piccolo organo portatile o altri strumenti. Però le confusioni non sono finite: in un errore di trascrizione la parola ‘canentibus’ (sinonimo di cantantibus) era originariamente ‘candentibus’, ossia bollenti. Non dimentichiamo quale fu il primo tentativo di martirio inferto alla santa, quindi i ‘candentibus organis’ sono gli strumenti di tortura, i tubi bollenti: ‘Cecilia, fra gli strumenti di tortura cantava al signore…’ dovendo intendersi come ‘thalamus’ non il banchetto di nozze, ma il momento del martirio. (da N.de Matthaeis, Andar per Miracoli, Napoli 2013

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Leggi anche: Le catacombe: Origine, sviluppo e declino, Le catacombe: morfologia, Le catacombe: iconografia ed epigrafia; Le catacombe di Roma; Le catacombe d’Italia; Le catacombe nel mondo

Prossimo articolo: Le catacombe del mondo

¿Dónde está la tumba de Moisés?

23 lunedì Giu 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Pellegrinaggi, Storia

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Éxodo, Desierto de Negev, Egeria, Emmanuel Anati, Flavio Barbiero, Har Karkom, Jebel Musa, Macizo Santa Catalina, Moisés, Monte Horeb, Monte Nebo, Monte Sinai, Nabi Musa, Tumba de Mosés, Valle de Moab

Dov’è la tomba di Mosè? Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– Valle del Jordán, la ‘Tierra prometida’ vista desde la cima del Monte Nebo

“Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá. Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés. Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés”  (Deuteronomio, 34, 1-9)

Según el Deuteronomio y la tradición judeocristiana, Moisés vio desde el Monte Nebo la Tierra que Dios había prometido a su pueblo, pero en la que él nunca entraría. Murió poco después y fue sepultado en las cercanías, en el valle de Moab, donde se encuentra el Monte Nebo, pero nadie sabe dónde está su tumba. Incluso, según la tradición judía, fue enterrado por el mismo Dios, para que el lugar de su sepultura permaneciera desconocido y así evitar los peligros de la idolatría, y que su figura pudiera eclipsar la imagen de Dios.

– Iglesia paleocristiana en la cima del Monte Nebo. Capilla del baptisterio

El Monte Nebo se encuentra actualmente en el oeste de Jordania, en la cadena montañosa de Abarim, al este del río Jordán, y tiene una altitud de unos 817 metros. Desde su cima se puede ver la “Tierra Santa”, el Valle del Jordán, la ciudad de Jericó y, en los días despejados, incluso Jerusalén. En el Monte Nebo hay una iglesia del siglo IV, mencionada también por la peregrina Egeria1 en su Itinerarium, quien visitó los lugares santos hacia finales del siglo IV. La iglesia tuvo ampliaciones posteriores en los siglos V y VI, como por ejemplo la capilla del baptisterio, y muy cerca se construyó un monasterio bizantino. Por lo tanto, ya era lugar de peregrinación desde el siglo IV. Sin embargo, fue abandonada en el siglo XVI y posteriormente redescubierta, gracias sobre todo a los diarios de viaje de los primeros peregrinos. El sitio fue adquirido por los franciscanos en 1932, quienes promovieron trabajos de excavación que sacaron a la luz las ruinas de la antigua basílica y que en gran parte reconstruyeron. En los años sesenta fueron descubiertos algunos bellísimos mosaicos tanto en el baptisterio antiguo (que representa escenas de caza y pastoreo, del año 531), como en el nuevo (del año 597), creado a partir de una antigua capilla funeraria.

– Interior de la iglesia paleocristiana en el Monte Nebo. Mosaicos

Además de la antigua basílica, en la terraza panorámica del Monte Nebo se puede admirar hoy, junto al magnífico paisaje, la escultura cruciforme con serpientes entrelazadas y el monolito. La escultura, de bronce, fue realizada por Gian Paolo Fantoni, artista florentino. Esta recuerda el Nehushtán, el bastón de Moisés que, con solo mirarlo, salvaba al pueblo de Israel de la mordedura de las serpientes en el desierto2. El monolito, erigido para el Jubileo del año 2000, obra del escultor Vincenzo Bianchi, se define como el “Libro en piedra del Amor” y está dedicado al Papa Juan Pablo II. El mensaje (citas del Evangelio de San Juan y de las cartas de San Pablo) está esculpido en tres lenguas: griego, latín y árabe.

– Cima del Monte Nebo. Escultura que representa el “Nehushtan”, o Bastón de Moisés
– Cima del Monte Nebo. Monolito

La muerte de Moisés se fecha hacia el 1200 a.C. Pero estudios recientes han puesto en duda la creencia milenaria respecto a su tumba. Todo comenzó cuando el insigne arqueólogo Emmanuel Anati, tras años de estudios sobre arte rupestre en el desierto del Néguev, anunció en 1982 que la montaña de Moisés (Gebel Musa), el famoso monte Horeb o monte Sinaí, no se encontraría al sur de la península del Sinaí, sino en la meseta de Har Karkom (Monte del Azafrán) en el desierto del Néguev3. Es decir, el monte Horeb sería la cima principal de la meseta de Har Karkom, en la frontera entre Egipto y Jordania, y no el tradicionalmente identificado hasta ahora como el Jebel Musa, en el macizo de Santa Catalina. Importantes hallazgos arqueológicos respaldan esta hipótesis, además de las numerosísimas inscripciones rupestres, unas 40.000, muchas de las cuales tienen un contenido religioso o incluso hacen alusión a Moisés, como el bastón con serpientes o las tablas de la ley. Era, por tanto, un lugar sagrado al que la gente subía a orar. Algunas inscripciones representan la cabra montesa, asociada al culto del dios Sin, dios de la Luna. Podría haber sido, pues, una montaña dedicada a Sin, de donde provendría el nombre “Sinaí”. Incluso sugiere que la fecha del Éxodo debería situarse en torno al 2000 a.C., unos 750 años antes de la fecha generalmente aceptada, ya que la actividad religiosa en esta zona habría terminado hacia el 2000 a.C., y no habría habido ninguna actividad humana en Har Karkom en el siglo XIII a.C. Estaría históricamente probado que la localización del Monte Sinaí en el monasterio de Santa Catalina se estableció sólo a partir del año 536 por un decreto del emperador Justiniano. Además, siempre según Anati, en ese lugar no se ha encontrado un solo resto arqueológico que demuestre un asentamiento de un grupo numeroso de personas en tiempos de Moisés o que indique que el Jebel Musa fuera una montaña sagrada.

– Deserto del Negev. Meseta de Har Karkom
– Har Karkom. Grabado rupestre che podría representar la tablas de la ley

Una vez adoptada esta hipótesis, Flavio Barbiero4, en base a estudios adicionales, sugiere que también la tumba de Moisés podría haber estado en esta montaña, que está coronada por una peña, a modo de acrópolis, con un pequeño templo y unas estelas, en la que había una caverna/cripta excavada al menos mil años antes. La famosa cueva de Elías, mencionada también por Egeria, debía encontrarse bajo esa peña. También el profeta Jeremías la visitó e introdujo una tienda en su interior, convencido de haber llegado al monte donde había subido Moisés5. Este tipo de lugares sólo eran conocidos por los sumos sacerdotes y su círculo más cercano, y se mantenían en secreto para evitar profanaciones. El cronista del Deuteronomio, de hecho, no proporciona deliberadamente datos sobre la sepultura de Moisés. Que Moisés fuera enterrado en un terreno cualquiera, en una tumba excavada en la tierra, parece poco creíble. Como gran líder que fue, debía tener una tumba digna de su persona, al menos igual a la de sus predecesores: una caverna excavada en la roca, y ésta no podía haberse preparado en poco tiempo ni en cualquier lugar. Seguramente el valle de Moab no ofrecía esta posibilidad. Hubo 30 días de duelo y, una vez transcurridos, Josué comenzó las operaciones para la invasión de Palestina. Pero, ¿qué hicieron durante esos días de duelo? La distancia entre el valle del Jordán y Har Karkom es de 11 días de camino, tiempo que habrían empleado los dos hijos de Moisés, Gersón y Eliezer, junto con Josué y el hijo de Aarón, Eleazar, para llevar el cuerpo de Moisés a la cueva en Har Karkom, que ya había sido adecuadamente preparada durante la travesía por el desierto. Otros siete días fueron necesarios para los ritos funerarios. Luego, 11 días para el regreso. Todo esto, más el primer día de proclamación del duelo, suma 30. Muchos otros datos, basados en el estudio de la Biblia y comparados con datos históricos, son aportados en apoyo de esta teoría, que ha sido fuertemente contestada por los defensores de la versión tradicional. Sin embargo, podría ser tenida en consideración, en espera de nuevos resultados de la campaña de excavaciones en Har Karkom.

 – Monte Har Karkom

El lugar de la sepultura de Moisés cambia, sin embargo, según la tradición islámica. Para los musulmanes, que lo consideran uno de los más grandes profetas predecesores de Mahoma – nombrado nada menos que 136 veces en el Corán – fue sepultado más allá del río Jordán, a 7 km al sur de Jericó y a 15 de Jerusalén, en el complejo llamado Nabi Musa. Este territorio pertenece actualmente a Palestina, y es uno de los lugares de interés de Tierra Santa desde donde, en un día claro, se puede ver el Monte Nebo. Se dice que este complejo fue construido por Saladino, quien venció a los cruzados en 1187 y devolvió Jerusalén a los musulmanes, pero que al mismo tiempo demostró una gran tolerancia religiosa permitiendo a los cristianos visitar la Ciudad Santa. Cuenta la leyenda que Moisés se le apareció en sueños a Saladino revelándole el lugar de su sepultura, y por ello hizo construir el memorial que pronto se convirtió en meta de peregrinación para los musulmanes. En realidad, el complejo de Nabi Musa, que comprende una ‘cámara mortuoria’ construida sobre la supuesta tumba del profeta, una mezquita y alojamientos para peregrinos, fue construido en el siglo XIII por los mamelucos, cuando se establecieron en Tierra Santa. Varias cúpulas, añadidas en el siglo XV junto con un minarete, coronan el complejo. Otras intervenciones fueron realizadas en los siglos XVI y XIX.

– Nabi Musa
– Nabi Musa, vista aérea
– Nabi Musa, “Tumba de Moisés”

Este lugar fue durante mucho tiempo la primera etapa para quienes realizaban la peregrinación de Jerusalén a La Meca. Un cementerio cercano acogía a los peregrinos que morían durante el viaje. Con la caída de la dinastía mameluca, el Nabi Musa entró en un periodo de decadencia que se prolongó hasta principios del siglo XIX, cuando fue restaurado por los turcos. Bajo el Imperio Otomano, la difícil situación entre judíos y musulmanes se mantenía bajo control. Pero con la caída del Imperio y la retirada de los turcos de Tierra Santa, vencidos por las fuerzas británicas en 1918, ya no fue posible dominarla. En 1920 comenzaron los primeros enfrentamientos en Jerusalén entre judíos y musulmanes, que fueron en aumento. Así, en 1937 la administración colonial británica prohibió la peregrinación anual al Nabi Musa. Esta decisión fue posteriormente adoptada también por el gobierno jordano, ya que desde 1948 hasta 1967 este territorio estuvo bajo su jurisdicción, a consecuencia de la ocupación de Cisjordania por parte de este país (1948), ya que podía convertirse en un vínculo de protesta política. Desde 1967 el control del Nabi Musa pasó a Israel, y desde 1995 está administrado por la Autoridad Nacional Palestina. En el marco de los programas de las Naciones Unidas “Apoyo al Desarrollo del Turismo Cultural” y “Ayuda al Pueblo Palestino”, este complejo arquitectónico fue recientemente restaurado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), con fondos de la Unión Europea y en colaboración con el gobierno del Estado de Palestina. La solemne inauguración tuvo lugar el 17 de julio de 2019 con la presencia de autoridades locales y representantes de la UE, del PNUD, varias representaciones diplomáticas y de Europa Nostra. Hoy el santuario y la mezquita forman el núcleo del complejo y están separados de las demás construcciones por dos patios. El complejo se presenta como un centro multifuncional de acogida turística, tanto religiosa como no religiosa.

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1.- Egeria. Diario di Viaggio. A cura di E. Giannarelli e A. Clerici. Editrice Paoline 2015

2.- « Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía» (Números 21,9). Para los cristianos, es la imagen de Cristo crucificado, Salvador del Mundo, citado también en el Evangelio de Juan  «Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado» (Juan, 3,14).

3.- E. Anati: Har Karkom e la questione del Monte Sinai, Pistoia 2016

4. – F. Barbiero. La tomba di Mosè: la cripta sul Monte Horeb. Kindle. 2020. – F. Barbiero. La Bibbia senza segreti, Milano 1988

5.- « y que habiendo llegado a aquél monte allí Jeremías, al cual subió Moisés, y desde donde vio la herencia de Dios, halló una cueva, donde metió el Tabernáculo, y el Arca, y el altar del incienso, tapando la entrada». (2 Macabeos -2,5)

I martiri dell’Uganda

09 domenica Mar 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Pellegrinaggi, Storia

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Carlo Lwanga, Charles Lavigerie, Church Missionary Society, James Hannington, Kizito, Martiri dell’Uganda, Mutesa, Mwanga II, Namugongo, Padri Bianchi

I Martiri dell’Uganda sono un gruppo di 45 cristiani uccisi tra il 1885 e il 1887 per la loro fede sotto il regno del re Mwanga II del Buganda, uno dei regni tradizionali situati nell’attuale Uganda. Questi martiri includono 22 cattolici e 23 anglicani. La loro storia rappresenta un momento cruciale nella storia religiosa dell’Africa subsahariana e ha avuto profonde ripercussioni nella vita spirituale, sociale e politica del Paese.

La fine del XIX secolo segnò una fase di transizione per il regno del Buganda, con l’arrivo di missionari cristiani, commercianti arabi musulmani e influenze coloniali europee. Questi fattori portarono a un rapido cambiamento culturale e religioso. I primi cristiani ad arrivare furono i missionari anglicani (1877) della Church Missionary Society, seguiti nel 1879 dai  missionari cattolici della Società dei Padri Bianchi del cardinale Charles Lavigerie. Allo stesso tempo, l’Islam, introdotto da commercianti arabi, aveva già una presenza consolidata. L’opera dei missionari venne ben accolta dal re Mutesa e inizialmente anche del suo successore Mwanga II, salito al trono nel 1884. Pero questi ben presto cambiò atteggiamento, influenzato dalla sua cerchia di consiglieri, soprattutto dal cancelliere del regno, che vedevano che i posti chiave della corte sarebbero stati occupati da persone convertite al cristianesimo. Convinsero il re che la diffusione di questa religione costituiva una minaccia alla sua autorità in parte anche per il loro rifiuto di partecipare a pratiche tradizionali incompatibili con la fede cristiana. Questo rifiuto fu interpretato come insubordinazione, portando alle persecuzioni, che iniziarono nel 1885 quando il re ordinò la morte di missionari anglicani, tra cui il vescovo James Hannington che era il lider della comunità anglicana, seguite da altre numerose uccisioni di giovani convertiti. Joseph Mukasa, maggiordomo di corte e convertito cattolico, rimproverò il re per gli omicidi e così fu fatto decapitare, il 15 novembre 1885. Fu il primo martire cattolico.

Ma la maggior parte delle vittime, cattolici e anglicani, tra cui molti giovani servitori della corte reale, dovettero percorrere 27 miglia a piedi, distanza fra il palazzo reale di Munyonyo e Namugongo, luogo dell’esecuzione situato nella periferia di Kampala. Durante il cammino furono oggetto di ogni tipo violenza e alcuni furono uccisi nel tragitto. I sopravvissuti, al meno 26, vennero arrotolati dentro a una sorta stuoie fatte di canne e arsi vivi, il 3 giugno 1886. Fra questi ricordiamo Carlo Lwanga, il capo dei paggi della corte e leader dei neoconvertiti, che tentò di salvare il resto dei paggi, quasi bambini, dai desideri di sodomia del re. Il più giovane fra questi era Kizito, con soli 13 anni. Ma non solo: negli scontri tra le differenti fazioni collegate alle influenze dei missionari cattolici o protestanti e quelle dei commercianti swahili o egiziani perirono altre 150 persone.

– Santuario cattolico a Namugongo
– Pellegrinaggio al santuario cattolico di Namugongo il 3 giugno

I 22 martiri cattolici furono beatificati da Papa Benedetto XV nel 1920 e Papa Paolo VI li canonizzò nel 1964 durante il Concilio Vaticano II. La canonizzazione fu un evento storico, poiché rappresentò un riconoscimento del ruolo cruciale del cristianesimo africano nella Chiesa universale.

Anche la Chiesa anglicana onorò i suoi martiri, sebbene non attraverso un processo di canonizzazione formale. Questi vengono ricordati tutti gli anni con celebrazioni che sottolineano il loro ruolo nella diffusione del cristianesimo in Africa.

– Namugongo. Santuario, museo e anfiteatro che ricorda i dei martiri protestanti

Il sacrificio dei martiri non solo ha contribuito significativamente alla diffusione del cristianesimo in Uganda ma ha anche lasciato un’eredità spirituale e culturale che continua a influenzare un Paese dove oggi il cristianesimo è la religione predominante, con una maggioranza cattolica e una consistente presenza anglicana. Il ricordo dei martiri è diventato un simbolo di unità per una nazione diversificata.

Il martirio ebbe anche implicazioni politiche. La resistenza dei martiri all’autoritarismo di Mwanga II ispirò movimenti successivi di resistenza contro l’oppressione, gettando le basi per un senso di identità nazionale e di autonomia spirituale e politica.

– Visita di papa Francesco a Namugongo

Le reliquie dei martiri cattolici sono custodite nel Santuario di Namugongo, costruito sul luogo del martirio e ultimato nel 1968. Consacrato da Papa Paolo Vi durante il suo viaggio nel 1969, è oggi uno dei principali luoghi di pellegrinaggio cristiano in Africa. In esso alcuni raccapriccianti gruppi scultorei riproducono le ultime ore dei martiri. Ogni anno, il 3 giugno migliaia di persone da tutto il mondo si riuniscono per commemorare i martiri, rendendo questo evento un’importante occasione di fede e di turismo religioso. San Carlo Lwanga è tutt’oggi Patrono ufficiale dell’Uganda. Sempre a Namugongo, possiamo visitare un altro complesso che ricorda i cristiani anglicani martirizzati, e comprende un santuario, un museo e un anfiteatro,.

Questi santuari hanno anche ricevuto la vista di Giovanni Paolo II  nel 1993 e più recentemente di papa Francesco, nel novembre 2015.

La febbre dell’Arca di Noè

11 sabato Gen 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Pellegrinaggi, Reliquie, Storia

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Anomalia dell’Ararat, Ararat, Arca di Noè, David Fasold, Diluvio Universale, Durupinar, Epopea di Gilgamesh, Fernand Navarra, Ron Wyatt, Utpanishtim

– Le storie dell’Arca di Noè. Affresco di A. Luini, 1556. Chiesa di San Maurizio, Milano

“Allora Dio disse a Noè: «È venuta per me la fine di ogni uomo, perché la terra, per causa loro, è piena di violenza; ecco, io li distruggerò insieme con la terra. Fatti un’arca di legno di cipresso; dividerai l’arca in scompartimenti e la spalmerai di bitume dentro e fuori.[ …..] Ecco io manderò il diluvio, cioè le acque, sulla terra, per distruggere sotto il cielo ogni carne, in cui è alito di vita; quanto è sulla terra perirà. Ma con te io stabilisco la mia alleanza. Entrerai nell’arca tu e con te i tuoi figli, tua moglie e le mogli dei tuoi figli. Di quanto vive, di ogni carne, introdurrai nell’arca due di ogni specie, per conservarli in vita con te: siano maschio e femmina. [….] Quanto a te, prenditi ogni sorta di cibo da mangiare e raccoglilo presso di te: sarà di nutrimento per te e per loro». Noè eseguì tutto; come Dio gli aveva comandato, così egli fece.” (Gen 6, 13-22)

“Nel settimo mese, il diciassette del mese, l’arca si posò sui monti dell’Ararat.” (Gen 8,4)

Per secoli si sono succedute spedizioni al Monte Ararat alla ricerca del suo tesoro nascosto: l’Arca di Noè. Questo monte, in realtà un vulcano, alto più di 5.000 metri, si trova ai confini tra l’Armenia e la Turchia. Oggi appartiene a quest’ultima ma aveva sempre fatto parte dell’Armenia storica, che si estendeva dal Sud del Caucaso fino ai monti del Tauro. Però la Bibbia dice che l’arca si posò sui monti dell’Ararat, al plurale. E in realtà sono due, il grande e piccolo Ararat (in armeno il Masi e il Sis), ma la Bibbia potrebbe solo indicare la zona.  

– Il Grande e il Piccolo Ararat

Esploratori di ogni epoca sono andati alla ricerca del relitto e di alcuni di loro ne sono giunte le testimonianze. Beroso il Caldeo sacerdote, astronomo e storico babilonese, nel 275 a.C. ha scritto circa le abitudini dei pellegrini che scalavano l’Ararat per ‘grattare via la pece dalle pareti dell’Arca per farne amuleti,’ e descrive l’Arca visibile sul Monte Ararat. Lo stesso racconta Flavio Giuseppe, storico ebreo del primo secolo, nel suo libro “La storia dei giudei”. La tradizione vuole che l’imperatore bizantino Eraclio abbia tentato il viaggio nel VII secolo. Tra le testimonianze più celebri c’è quella di Marco Polo riportata nel suo racconto “Il Milione” del 1299, dove narra che all’epoca c’erano moltissime visite all’arca. Molti di questi pellegrinaggi sono stati più recentemente sostituiti da viaggi di esploratori e da spedizioni scientifiche.   

– Il Diluvio Universale. Michelangelo Buonarroti. Cappella Sistina

Ma è esistito davvero il Diluvio Universale? Quello che in passato veniva accettato come un fatto storico poi, per mancanza di evidenze scientifiche, passò ad essere considerato un racconto o un mito. Ma adesso entra di nuovo in gioco la storicità del fatto: forse non fu esattamente un diluvio, ma potrebbe essere stato un disastro naturale, a livello locale o mondiale.

Ecco le teorie principali: lo scioglimento del ghiacciaio Laurentide nel nono millennio a.C. con aumento del livello del Mar Nero con conseguente grande inondazione;  una grande esondazione del Tigri e dell’Eufrate che annegò tutto il mondo conosciuto; grandi caverne sotterranee collegate e piene d’acqua fortemente compresse sotto uno spessore di 10 miglia dalla crosta terrestre che eruppero improvvisamente provocando una reazione a catena ed eruzioni similari in molti altri punti del mondo, inondando la terra dal basso verso l’alto (teoria delle idroplacche); scioglimento di una glaciazione intorno al 9.500 che provocò un maremoto a scala mondiale, che tutte le culture avrebbero chiamato ‘diluvio’.

Non a caso il Diluvio Universale ha dei parallelismi in altre culture. Più di 200 miti ci parlano di un diluvio o di grandi catastrofi, alcuni anteriori e altri posteriori al nostro diluvio, provocati da divinità per punire l’iniquità degli uomini. Ma fu nell’epopea di Gilgamesh (secondo-terzo millennio a.C.) dove si parla per la prima volta di un diluvio.

– Tavoletta di argilla con scrittura cuneiforme dove viene descritto il Diluvio Universale, trovata nella bibliteca del palazzo di Ninive. British Museum, Londra

La scoperta nel 1844 dei ruderi del palazzo di Ninive, capitale dell’Assiria, porta con sé il ritrovamento di migliaia di tavolette d’argilla scritte con scrittura cuneiforme. Nel 1872 vengono decifrate e una di queste narra la storia del Diluvio. L’arca descritta era di forma circolare, come un coracle molto grande, della quale vengono riportate anche le misure. A poco a poco tutte le tavolette sono decifrate e così è stato possibile ricostruire l’epopea di Gilgamesh, il poema più antico del mondo, di mille anni anteriore all’Iliade, contenuta in dodici di queste tavolette.

Gilgamesh era re della città sumera di Uruk, in Mesopotamia, intorno al 2.750 a.C.,  il quale, dopo aver perso il suo grande amico Enkidu va in cerca di un rimedio contro la morte. Ricorre al saggio Utpanishtim, che gli racconta che gli dei lo salvarono dal diluvio universale, insieme a sua moglie, e gli concessero l’immortalità. E per questo motivo non poteva essere concessa di nuovo.

– Utpanishtim sull’Arca. Una delle tavolette dell’Epopea di Gilgamesh

Il Diluvio è presente, in un modo o nell’altro, nella storia di tutte le civilizzazioni. Questo è il motivo principale che porta a dedurre che non si tratta solo di un racconto letterario ma anche di un resoconto di un qualche fenomeno naturale. Citeremo solo alcuni di questi racconti.

Vaivasvata Manu è per gli indiani il progenitore della razza umana. È avvisato da un pesce che l’umanità sarà distrutta da un diluvio e quindi deve costruire un’arca per salvare sé stesso e la sua famiglia. Nella letteratura greco-romana Deucalione e sua moglie Pirra emulano Noè e si salvano dal diluvio. Ricevono poi l’ordine da Zeus di ripopolare la terra lanciando pietre indietro che diventano uomini e donne. Nella mitologia incaica si racconta che il dio Huiracocha inonda la Terra per distruggere una razza di giganti. Nel continente americano una leggenda degli indios Mapuche racconta di come un uomo, la moglie e i figli sopravvivono a un diluvio mentre il resto degli uomini si trasformano in pesci.

– Vaisvasvata Manu e Saptarishi. Miniatura del 1890

E adesso veniamo ai punti salienti degli ultimi due secoli che riguardano la possibile scoperta dell’Arca.

Nel 1840, l’ultima eruzione dell’Ararat causa un gigantesco terremoto creando una grande crepa in un burrone che provoca lo spostamento di un ghiacciaio facendo sì che la ‘possibile’ arca scompaia nel ghiaccio.  

Nel 1876 l’avvocato e politico britannico James Bryce sale sul monte Ararat e afferma di aver trovato un pezzo di legno lavorato, lungo circa 1,20 m. dello spessore di 20 cm, che aveva tutti i requisiti per essere una parte dell’arca.

Nel 1916, Vladimir Rosskowizky, un esploratore russo, assicura di aver trovato, a 4.000 m di altitudine sul Monte Ararat, un’imbarcazione seminterrata sotto il ghiaccio. Lo zar Nicola II invia quindi una spedizione che conferma che la scoperta corrisponde all’Arca. Si prendono campioni e foto che furono considerati prove definitive. La Rivoluzione Sovietica pone fine al regime zarista e le prove scompaiono per sempre.

Nonostante la salita sul Monte Ararat abbia bisogno di un permesso speciale, dovuto soprattutto al fatto che la maggior parte del tempo è ghiacciato (ma anche, in alcuni periodi, per la situazione geopolitica), questo non ha scoraggiato, dopo la Seconda Guerra Mondiale, molti esploratori e spedizioni.

– Prima foto aerea del l’Anomalia dell’Ararat’

Nel 1949 un aereo spia della Forza Aerea degli Stati Uniti, mentre fa una mappatura della zona dell’Ararat, fotografa una struttura a 4.650 m, nel sito archeologico di Durupinar, a 29 Km dal Monte Ararat, quella che poi sarà chiamata “l’Anomalia dell’Ararat”. Ma la foto non fu divulgata perché ritenuta segreta, come molte altre prese posteriormente in altre occasioni, nei decenni successivi, sia da un aereo che da un satellite.

Nel 1955, Fernand Navarra, un alpinista francese, tira fuori dal fondo di un crepaccio profondo ventiquattro metri un pezzo di legno lavorato. Cosciente che le autorità non gli avrebbero permesso di portarselo via lo fa a pezzi e lo porta via di nascosto. I pezzi sono esaminati da varie università ma non si è potuto stabilire che appartenessero all’arca, nonostante la loro antichità.  

– Formazione geologica a forma di barca. Sito archeologico di Durupinar

Nel 1965 un aviatore turco fotografa quello che si credeva fosse l’impronta di un’imbarcazione fra due campi di ghiaccio sull’Ararat. Quest’ ‘impronta’, è uguale a quella già fotografata dal satellite, chiamata ‘l’Anomalia dell’Ararat’, che ancora non era stata pubblicata. Si tratta di una formazione geologica inusuale a forma di foglia o barca, le cui misure son abbastanza simili a quelle descritte nella Bibbia1.

del 1974, due gruppi vanno sul monte Ararat per filmare dei documentari sulle ricerche dell’arca. Entrambi i gruppi asseriscono di avere visitato il luogo dove Fernand Navarra trovò il legno, ma non trovano nulla che possa provare in modo conclusivo la presenza dell’arca di Noè.

A questo riguardo è interessante sottolineare la notevole mancanza di fiducia e cooperazione tra i gruppi partecipanti alle ricerche. Navarra racconta che, quando il suo gruppo tornava dall’Ararat con il legno reputato di provenienza dell’arca, incontrarono altri due gruppi diretti al monte. Navarra racconta che il suo gruppo non rese gli altri partecipi della propria scoperta. Era evidente lo spirito di rivalità.

– Ron Wyatt a Durupinar

Nel 1977 Ron Wyatt2, vede una foto del sito di Durupinar e decide di fare una spedizione che sarà ripetuta nel 1985 insieme a David Fasold (ex ufficiale della Marina Mercantile americana) e al geofisico Baumgardne. Con l’aiuto di un radar rilevano una grande struttura sotterranea a forma di barca e credono di aver trovato l’arca pietrificata oltre ad una trave di legno coperta di resina e bitume, anch’essa pietrificata. Trovano dei peli di color rosso ed escrementi di animali. E anche delle grosse pietre, che poi chiamò ‘ancore’3 , che sarebbero servite a mantenere ferma l’arca. Le misure della struttura coincidono con quelle dell’arca della Bibbia.  

– Teoria delle ancore di David Fasold
– David Fasold con una pietra-ancora

Nel 1995 vengono finalmente pubblicate le foto de “l’Anomalia dell’Ararat” e questo ravviva la febbre dell’arca.

Nel 2010, dei ricercatori evangelici cinesi e turchi assicurano di aver trovato una parte importante dell’imbarcazione, a cui l’esame del carbonio 14 le avrebbe assegnato un’antichità di 4.800 anni. Però presto venne dimostrato che se trattava di un montaggio fraudolento.   

Nel 2022-23 una spedizione di scienziati di università turche e americane assicurarono di aver trovato i resti dell’Arca di Noè a Durupinar. Analizzano circa 30 campioni di roccia e terreno trovati in una concrezione della grande struttura a forma di nave, e i risultati rivelano che hanno circa 5.000 anni di antichità. Trovano anche segni di attività umana fra il 5.500 ed il 3.000 a.C. Però mancano ulteriori studi per avallare quest’ipotesi.

Non solo, ma è stato ultimamente accertato che la formazione di Durupinar è una roccia del tutto naturale, e che la sua forma, che fa pensare ad un’imbarcazione, è del tutto casuale. Questo non toglie che è evidente che una sorta di diluvio o catastrofe naturale deve essere avvenuta, ma gli scienziati non sono ancora d’accordo su quale esattamente, e come. Mentre alcuni sostengono la possibilità di un’inondazione su larga scala, altri puntano a eventi più localizzati.

Quindi, fino a quando non ci saranno evidenze inconfutabili, le supposte prove che ‘dimostrano’ il ritrovamento dell’Arca di Noè non hanno per il momento valore scientifico.

Nonostante ciò, la passione e la curiosità degli studiosi non si sono affievolite, spinti dalla speranza di scoprire il gran tesoro nascosto.

– Centro visitatori nel Parco Nazionale dell’ Arca di Noè, che include il sito di Durupinar. Si trova sulle colline a est della città di Dogubabyazit

A questo punto sembra chiara l’unica verità emersa finora: nel villaggio di Dogubabyazit, ai piedi del monte Ararat, una generazione di pastori, guide montane, lavoratori e politici si sta arricchendo con gruppi di scienziati, scalatori o pellegrini alla ricerca di una prova tangibile della famosa imbarcazione.

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1.- La Bibbia indica quale erano se misure dell’Arca: 300 cubiti di Lunghezza = 150 metri, 50 cubiti di larghezza = 25 metri e 30 cubiti di altezza = 15 metri.

2.- Wyatt, di religione avventista, lasciò la sua professione di infermiere-anestesista per dedicarsi all’archeologia biblica. Fu un “archeologo dilettante” che dedicò gran parte della sua vita a questa sua passione. Si dice che fra le decine di oggetti o siti da lui scoperti, ci sia anche l’Arca dell’Alleanza.

3.- Sono pietre a forma oblunga che Wyatt mise in piedi, come se fossero monoliti. Fasold ipotizzò che fossero ancore o pesi usati per stabilizzare l’arca mentre galleggiava, fra l’altro perché presentano dei fori nella parte superiore che potrebbero essere serviti per far passare una corda, essendo tipiche nelle imbarcazioni antiche.

San Pietro in Puglia

08 domenica Set 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Curiosità, Pellegrinaggi

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Ara di Minerva, Canale dei Samari, Columna Sancti Petri, Cripta del Redentore, Galatina, La Via Petrina, Manduria, San Pietro, San Pietro in Bevagna, San Pietro Mandurino, Santa Maria ‘de Finibus Terrae’

– Chiesa di San Pietro Mandurino, Manduria. Cripta. Immagine di San Pietro

È facile immaginare la presenza di Pietro a Roma, città dove passò gli ultimi anni della sua vita e dove molteplici luoghi ricordano l’apostolo, aiutati anche dall’abbondante filmografia: la casa di Pudente e quella di Priscilla e Aquila, dove fu ospite; il carcere Mamertino, dove fu imprigionato; la chiesa di San Pietro in Vincoli, dove si conservano le sue catene; l’ager Vaticanus, dove fu crocifisso e dove sorge la basilica a lui dedicata, sede del papato, dove si conservano le sue reliquie, e molti altri posti ancora. Molti dati sulla vita di Pietro a Roma ce li forniscono gli apocrifi gli  “Atti di Pietro” e gli “Atti dei beati apostoli Pietro e Paolo”, scritti nel II secolo, oltre che la tradizione1.

Secondo gli Atti di Pietro il viaggio dell’apostolo a Roma fu motivato dalla preoccupazione da parte della comunità cristiana per lo scompiglio che aveva creato Simon Mago fra i credenti in quella città. Simon Mago, una sorta di falso capo religioso, era già da tempo conosciuto per ammaliare la gente con trucchi di magia e con il quale Pietro si era già scontrato in altre occasioni, perché pretendeva di comprare dagli apostoli il potere di amministrare lo Spirito Santo con la semplice imposizione delle mani2.

E così Pietro, dopo aver fondato la chiesa di Antiochia e aver visitato anche la Cappadocia, l’Asia minore e la Grecia, s’imbarcò a Cesarea con destinazione a Roma. Gli Atti di Pietro dicono che sbarcò a Pozzuoli, ma non vi è alcuna indicazione sulle sue possibili tappe intermedie.

– Cripta del Redentore, Taranto

Però in Puglia esiste da secoli una tradizione secondo la quale Pietro, nel suo viaggio verso Roma, sarebbe sbarcato in questa regione dove avrebbe convertito, battezzato, fondato comunità cristiane, predicato o nominato vescovi. Si basa fondamentalmente sul gran numero di toponimi e luoghi sacri che fanno riferimento a San Pietro così come leggende create su ciascuno di essi e tradizioni popolari legate alle stesse. Questa tradizione è anche rafforzata dal fatto che le antiche rotte marittime che facevano arrivare a Roma persone e merci avevano approdi in molti luoghi della penisola salentina. Tanto è così che intorno al 2010 nacque il progetto denominato ‘La Via Petrina’, per iniziativa della Soc. Coop. Polisviluppo, che ottenne in seguito il sostegno della Regione Puglia. Sostanzialmente si tratta di una mappatura di tutti i luoghi pugliesi che rivendicano il presunto passaggio di Pietro. Non si tratta di dimostrare la storicità delle tradizioni ma di farle conoscere, mettendo anche in valore il patrimonio culturale e naturalistico collegato a questi luoghi. Quindi non è un unico percorso inteso come un pellegrinaggio classico, ma diversi itinerari, ciascuno con le loro particolarità.

– Cripta del Redentore. Fonte d’acqua. Taranto

Molte città vantano lo sbarco dell’apostolo, o il passaggio, il soggiorno o il semplice pernottamento. Citeremo solo i luoghi più importanti essendo coscienti che la lista completa è molto più esaustiva che comprende la quasi totalità della regione.

Cominciamo da Taranto. Secondo la Historia Sancti Petri, testo del IX-X secolo (che attinge anche dalla tradizione e dalla leggenda) Pietro, nel suo viaggio verso la città eterna ai tempi dell’imperatore Claudio (41-54 d.C.), si fermò in questa città, anzi, prima ancora sull’isola antistante, oggi chiamata isola di San Pietro. Pietro, si sarebbe inginocchiato per ringraziare il Signore dopo l’approdo e avrebbe lasciato un’impronta sulla pietra toccata dalle sue ginocchia che successivamente sarebbe stata portata via dai veneziani. In quest’isola Pietro avrebbe evangelizzato e battezzato gli abitanti e nominato vescovi. Successivamente, una volta sbarcato nel porto di Taranto l’apostolo si sarebbe imbattuto in una fonte d’acqua dedicata al dio Sole, Helios, dominata da una colossale statua dello stesso. Pietro con il segno della croce avrebbe fatto crollare la statua. Poi dedicò la fonte a San Giovanni Battista e la utilizzò per battezzare i tarantini. Il luogo è oggi conosciuto come ‘Cripta del Redentore’ un’antica tomba romana trasformata in chiesa durante il medioevo. I marmi dell’antica acropoli greca di Taranto, probabilmente ubicata dove oggi si trova il canale navigabile, sarebbero stati rimpiegati per costruire una chiesa dedicata all’apostolo, San Pietro alla Porta, abbattuta nel XVI secolo dagli spagnoli per ampliare le fortificazioni cittadine. Solo si è salvato il cippo d’altare su cui, secondo la tradizione, Pietro avrebbe celebrato la prima messa tarantina. È conosciuto come la ‘Columna Sancti Petri’ ed è oggi conservato pressa la Chiesa del Carmine. Nel complesso di San Domenico, costruito sui resti un di un tempio greco nell’area dell’acropoli, troviamo la chiesa di San Pietro Imperiale, costruita intorno al X secolo, con le statue di San Pietro e Paolo. Molte altre testimonianze ancora sono presenti in questa città.

– Chiesa di San Pietro Mandurino, Manduria

San Pietro di Bevagna (Marina di Manduria), è a metà strada tra Taranto e Gallipoli. Qui sorge l’antichissima chiesetta di San Pietro Mandurino, che un’antica iscrizione dedica all’apostolo, con colonne scavate nel tufo e affreschi paleocristiani. Da Manduria a San Pietro in Bevagna si svolge da tempi antichissimi una processione che intende ricordare lo sbarco dell’apostolo dovuto, secondo la tradizione, ad un naufragio. Di fatto, a pochi metri dalla costa sul fondo marino, nei pressi della foce del fiume Chidro, sono visibili ventitré sarcofagi di marmo, di fattura romana risalenti, secondo una recente datazione, al III secolo della nostra era. Il carico sarebbe stato molto probabilmente destinato al mercato di Roma. La tradizione voleva che si trattasse dell’imbarcazione su cui arrivava Pietro, alimentata dal fatto che il luogo era spesso tappa obbligata per gli antichi naviganti per fare rifornimento.

– San Pietro di Bevagna, Sarcofagi del III secolo d.C.
– Chiesa di San Pietro in Bevagna
– Fonte battesimale. Chiesa di San Pietro in Bevagna

Nella chiesetta costiera di San Pietro in Bevagna, un santuario dedicato a San Pietro (addossato ad una torre di avvistamento cinquecentesca) sono conservati nella cripta il ‘Fonte battesimale’ di San Pietro e la ‘Pietra dell’altare’ su cui avrebbe celebrato le messe. Inoltre, in una nicchia, sono visibili simboli petrini in argento (barca del pescatore, la croce papale, la mitra e le chiavi). Tra la chiesa di San Pietro Mandurino e la necropoli preromana, è stata rinvenuta una lapide che è stata datata di circa duemila anni, con incisa la scritta “PETRO VI.SI.ET.” (“A Pietro sia la vita eterna”) con accanto l’ancora, simbolo cristiano.

Nei pressi del fosso Canale dei Samari, a poca distanza da Gallipoli, troviamo la chiesa di San Pietro dei Samari costruita nel secolo XII. Qui Pietro celebrò messa, battezzò e nominò il discepolo San Pancrazio, primo vescovo di Gallipoli. Questo tempio, molto importante nel XVI secolo, fu meta di pellegrinaggi. Oggi purtroppo è ridotto a un rudere.

Anche la comunità cristiana di Otranto sarebbe stata fondata da Pietro, dove avrebbe eretto la prima chiesa, come attestava un’antica iscrizione in greco, oggi perduta, all’esterno della chiesa bizantina di San Pietro di Otranto.

– Masso di San Pietro. Chiesa Madre dei SS. Pietro e Paolo, Galatina

San Pietro in Galatina: qui avrebbe transitato Pietro nel suo viaggio verso Roma, dove si sarebbe riposato su un masso che attualmente si conserva in una cappella della Chiesa Madre dedicata ai SS. Pietro e Paolo. La chiesa è barocca con rifacimenti posteriori, dove un ciclo di affreschi rappresenta la vita dell’apostolo. Il culto do San Pietro era molto forte di questo luogo, come dimostra il nome del toponimo, che solo dopo l’Unità d’Italia passò a chiamarsi semplicemente Galatina. Ma le chiavi del vicario di Cristo continuano ad essere presenti nello stemma del paese.

– Ara di Minerva. Santuario Santa Maria de Finibus Taerre, Castrignano del Capo
– Pozzo di San Pietro. Giuliano di Lecce

Anche a Castrignano del Capo, presso Santa María di Leuca, la tradizione vuole che approdasse Pietro. Qui trovò un tempio pagano dedicato a Minerva che avrebbe convertito al cristianesimo dedicandolo alla madre di Cristo, il santuario Santa Maria ‘de Finibus Terrae’. Nel suo interno è ancora conservata ‘l’ara di Minerva’ un blocco di pietra con incavo per le offerte alla dea, testimonianza del precedente culto pagano. La prima costruzione del santuario risale al IV secolo con numerosi rifacimenti posteriori, avendo subito numerose distruzioni. Nella vicina frazione di Giuliano di Lecce, la chiesa di San Pietro a Giuliano ricorda che Pietro, nel suo passaggio, avrebbe riportato in vita un defunto. La chiesa sarebbe sorta vicino a un pozzo dove l’apostolo si sarebbe dissetato. E’ il pozzo di San Pietro, attualmente coperto da una grata e protetto da un recinto di ferro. Poco distante, a Salignano, si trova la grotta di San Pietro, una grotta rupestre dove Pietro avrebbe trovato rifugio dalle persecuzioni romane.

A questi luoghi potremmo aggiungerne molti altri, nonché molte tradizioni popolari, eventi e cerimonie religiose legate al culto del santo che affondano le loro radici nei secoli e che continuano ad essere più vive che mai.

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1.- Per saperne di più sulla presenza di San Pietro a Roma, invito alla lettura dei seguenti articoli: ‘Le reliquie di San Pietro’, ‘Quando Pietro incontrò Simon Mago a Roma’, ‘Le catene di San Pietro’, ‘Dove fu martirizzato San Pietro?’, ‘Dov’è la cattedra di San Pietro?’. E per l’episodio di ‘Quo Vadis’: ‘Sapevi che esistono le impronte dei piedi di Cristo?.

2.- Per questo motivo il commercio di cose sacre prende di nome di ‘simonia’.

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Per saperne di più consulta il sito ‘La via petrina’

La casa de María en Nazareth

23 mercoledì Ago 2023

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Pellegrinaggi

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Arcángel Gabriel, Basílica de la Anunciación, Baybars, Bellarino Bagatti, Cosroe II, Galilea, Gruta de la Anunciación, Nazareth, Xàire María

La casa di Maria a Nazareth. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Según la tradición, es el lugar de la anunciación del arcángel Gabriel a María. O por lo menos lo que queda, porque el resto voló a Loreto. La casa de soltera, donde vivía con sus padres, Joaquín y Ana.

Las casas del lugar tenían todas las mismas características. Aunque la definición no es exacta: podríamos llamarlas casas-gruta, porque estaban parcialmente construidas y parcialmente excavadas en la roca.

-Basílica de la Anunciación, Nazareth

La casa de María se halla actualmente dentro de la moderna basílica de la Anunciación, consagrada por Pablo VI en 1969, que tiene dos niveles. En el nivel inferior, el ‘arqueológico’, puede verse la pequeña casa. Esta basílica surge sobre los restos de una iglesia bizantina del siglo V, de la época de Teodosio, a su vez construida sobre una sinagoga judeo-cristiana del siglo III, de la que quedan jambas y columnas, que tomó el lugar de una domus-ecclesia en la que se había transformado la casa-gruta en el siglo I. Delante de la iglesia-sinagoga fue descubierta una pila bautismal.

De la iglesia bizantina, de tres naves, quedan el ábside y unos mosaicos, visibles en la actual basílica inferior. En el 614 fue destruida por Cosroe II y por la sucesiva invasión musulmana. Pero en 1130 fue reconstruida por el príncipe Tancredo, convirtiéndola en una catedral cruzada de estilo románico, incluyendo un monasterio anexo, de la cual quedan seis capiteles en el museo. Esta también fue destruida, en el 1263, por el sultán Baybars y solo queda la gruta. Los franciscanos, presentes en este lugar como mínimo desde 1546, consiguieron en 1620 la custodia de los restos de la basílica y construyeron en 1730 una modesta iglesia que duró hasta la construcción de la actual basílica.

– Basílica de la Anunciación, Nazareth. Nivel inferior donde se encuentra la parte arqueológica y la gruta

Existe una tradición muy antigua que apunta a este lugar como la casa de María, conocida también como la gruta de la Anunciación. Las pruebas arqueológicas que intentan dar veracidad a esta tradición se basan principalmente en algunos grafitos importantes que pertenecían a la comunidad judeo-cristiana (siglos II y III) que atestiguan el culto a la Virgen y que confirmarían la hipótesis de la existencia de la casa de María alrededor de la gruta. Uno de éstos dice precisamente: XH MAPIA (abreviatura en griego de Xàire Maria), alégrate María, repitiendo el saludo del arcángel Gabriel.

Recientes excavaciones arqueológicas en Nazareth han sacado a la luz los restos de una vivienda del siglo I cerca de la basílica de la Anunciación. Esto confirma cómo estaban hechas las casas según los usos palestinos del tiempo, es decir con grutas, silos, pilas y escaleras que se han encontrado en su estado originario.

De los estudios sobre cómo estaban construidas las casas de Galilea en los tiempos de Jesús, sabemos que la parte más interna escarbada en la roca se completaba con otra externa de obra, que era el verdadero lugar de la vida diaria. Esta parte exterior de obra, formada por tres paredes, que no tiene la casa excavada en la roca de Nazareth, encajaría con la que se conserva en el santuario de Loreto1, según los estudios llevados a cabo entre 1955 y 1960 por el arqueólogo franciscano Bellarino Bagatti.

La basílica de la Anunciación es el principal reclamo de la ciudad de Nazareth. Millares de peregrinos vienen a rezar en el lugar donde fue engendrado Jesús, como recuerda la frase grabada en el altar en el centro de la gruta:

VERBUM CARO HIC FACTVM EST

«El Verbo se hizo carne en este lugar»

—

1.-  Para mayores informaciones sobre la casa de Loreto, invito a la lectura del artículo “Una casa que vuela”.

También puede interesarte: Meryem Ana: ¿la última morada de la Virgen?

Dov’è la tomba di Mosè?

26 lunedì Giu 2023

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Pellegrinaggi, Storia

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Deserto di Negev, Egeria, Emmanuel Anati, Esodo, Flavio Barbiero, Har Karkom, Jebel Musa, Massiccio Santa Caterina, Monte Horeb, Monte Nebo, Monte Sinai, Mosè, Nabi Musa, Tomba di Mosè, Valle di Moab

¿Dónde está la tumba de Moisés? Puedes leer este artículo en español abriendo este enlace

Valle del Giordano, la ‘Terra promessa’ vista dalla cima del Monte Nebo
“Poi Mosè salì dalle steppe di Moab sul monte Nebo, cima del Pisga, che è di fronte a Gerico. Il Signore gli mostrò tutto il paese: Gàlaad fino a Dan, tutto Nèftali, il paese di Efraim e di Manàsse, tutto il paese di Giuda fino al Mar Mediterraneo e il Negheb, il distretto della valle di Gerico, città delle palme, fino a Zoar. Il Signore gli disse: «Questo è il paese per il quale io ho giurato ad Abramo, a Isacco e a Giacobbe: Io lo darò alla tua discendenza. Te l’ho fatto vedere con i tuoi occhi, ma tu non vi entrerai!». Mosè, servo del Signore, morì in quel luogo, nel paese di Moab, secondo l’ordine del Signore. Fu sepolto nella valle, nel paese di Moab, di fronte a Bet-Peor; nessuno fino ad oggi ha saputo dove sia la sua tomba. Mosè aveva centoventi anni quando morì; gli occhi non gli si erano spenti e il vigore non gli era venuto meno. Gli Israeliti lo piansero nelle steppe di Moab per trenta giorni; dopo, furono compiuti i giorni di pianto per il lutto di Mosè. Giosuè, figlio di Nun, era pieno dello spirito di saggezza, perché Mosè aveva imposto le mani su di lui; gli Israeliti gli obbedirono e fecero quello che il Signore aveva comandato a Mosè.” (Deuteronomio 34,1-9)

Secondo il Deuteronomio e la tradizione ebreo-cristiana, Mosè dal Monte Nebo vide la Terra che Dio aveva promesso al suo popolo ma nella quale lui non ci sarebbe mai entrato. Morì subito dopo e fu sepolto nelle vicinanze, nella valle del Moab, dove si trova il monte Nebo, ma nessuno sa dove sia la sua tomba. Addirittura, secondo la tradizione ebraica, sarebbe stato sepolto dallo stesso Dio, in modo che il luogo della sua sepoltura fosse sconosciuto da tutti e quindi evitare i pericoli dell’idolatria, e che la sua figura potesse offuscare l’immagine di Dio.  

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La pietra di Magdala

28 martedì Feb 2023

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Pellegrinaggi, Reliquie, Storia

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Cafarnao, Flavio Giuseppe, Guerra romano giudaica, Lago Tiberiade, Magdala, Maria Maddalena, Menorah, Migdal, Pietra di Magdala, Tempio di Gerusalemme, Tito

La piedra de Magdala. Puedes leer este artículo en español abriendo este enlace

Si tratta di un interessantissimo reperto archeologico venuto alla luce nel 2009 durante i lavori di preparazione del terreno per la costruzione di un albergo per pellegrini nell’antica città di Magdala (oggi Migdal), sulla riva del lago Tiberiade o Mar di Galilea. Secondo la legge israeliana bisogna sempre condurre degli scavi prima di cominciare nuove costruzioni, e questi portarono alla luce una parte dell’antica città di Magdala e una sinagoga con la citata pietra.

L’importanza di questa pietra sta nel fatto che è totalmente scolpita, presentando un’iconografia che riproduce il Tempio di Gerusalemme. Un tempio “in piccolo”. E non solo questo, ma in esso vediamo la rappresentazione più antica, fra quelle attualmente esistenti, della Menorah, il candelabro a 7 bracci, il simbolo più importante del giudaismo, simbolo della luce di Dio che accompagnava il popolo eletto durante l’esodo. Da alcune monete ritrovate e dal contesto archeologico questa pietra è stata datata intorno al 40-50 d.C., in ogni caso prima dell’anno 70, data della distruzione del secondo Tempio di Gerusalemme da parte di Tito. La pietra veniva utilizzata per appoggiare i rotoli della Torah, era quindi una sorta di leggio. Le sue dimensioni sono di circa 60 x 50 cm x 40 cm di altezza, è di pietra calcarea, ed era situata al centro della sala principale della sinagoga.

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La “Mensa Christi”

26 mercoledì Ott 2022

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Curiosità, Pellegrinaggi, Reliquie

≈ 1 Commento

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Lago Tiberiade, Mensa Christi, Nazareth, Pesca miracolosa, San Pietro, Tabgha, Tavola di Cristo

La “Mensa Christi”. Puedes leer este artículo en español abriendo este enlace

La Mensa Christi, o Tavola di Cristo, è un blocco di pietra calcarea sul quale, secondo la tradizione, cenò Cristo con gli apostoli dopo la sua resurrezione, dopo l’episodio di Emmaus. Si trova in una chiesa dal nome omonimo nel quartiere arabo di Nazareth, molto vicina alla chiesa dell’Annunciazione.

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