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Anche gli alberi vogliono la loro parte Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui
Todos sabemos que hay árboles que tienen un significado especial, sobre todo en el campo religioso. Algunos son (o eran) incluso considerados como sagrados y por lo tanto objeto de veneración. El roble, por ejemplo, era uno de los árboles más sagrados tanto en la mitología greco-romana como en las culturas hebraica y céltica; el mirto era el árbol sagrado de Afrodita, el ciprés era, y es, el emblema de la muerte, el olivo el de la paz. El abeto era símbolo de fertilidad para los celtas, de esperanza para los griegos y en otras culturas estaba asociado a la inmortalidad, porque es un siempreverde. Bajo un árbol de pipal (ficus religiosa) Buda recibió la iluminación. Muy importante para los egipcios era el sicomoro, el árbol que está fuera de la puerta del Cielo, desde el cual cada día surge el dios del sol Ra. En China la planta de loto está considerada como el límite entre lo humano y lo divino. Y, de esta manera, podríamos citar centenares de otros ejemplos ligados a otros tantos árboles.
Pero hay algunos que, además de esto, han sido testigos de eventos importantes (reales o legendarios) y son venerados como reliquias. Muchos han desaparecido ya, pero otros aún existen y reciben las visitas de millares de personas. Veamos algunos.