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Archivi tag: Moisés

¿Dónde está la tumba de Moisés?

23 lunedì Giu 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Pellegrinaggi, Storia

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Éxodo, Desierto de Negev, Egeria, Emmanuel Anati, Flavio Barbiero, Har Karkom, Jebel Musa, Macizo Santa Catalina, Moisés, Monte Horeb, Monte Nebo, Monte Sinai, Nabi Musa, Tumba de Mosés, Valle de Moab

Dov’è la tomba di Mosè? Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– Valle del Jordán, la ‘Tierra prometida’ vista desde la cima del Monte Nebo

“Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá. Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés. Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés”  (Deuteronomio, 34, 1-9)

Según el Deuteronomio y la tradición judeocristiana, Moisés vio desde el Monte Nebo la Tierra que Dios había prometido a su pueblo, pero en la que él nunca entraría. Murió poco después y fue sepultado en las cercanías, en el valle de Moab, donde se encuentra el Monte Nebo, pero nadie sabe dónde está su tumba. Incluso, según la tradición judía, fue enterrado por el mismo Dios, para que el lugar de su sepultura permaneciera desconocido y así evitar los peligros de la idolatría, y que su figura pudiera eclipsar la imagen de Dios.

– Iglesia paleocristiana en la cima del Monte Nebo. Capilla del baptisterio

El Monte Nebo se encuentra actualmente en el oeste de Jordania, en la cadena montañosa de Abarim, al este del río Jordán, y tiene una altitud de unos 817 metros. Desde su cima se puede ver la “Tierra Santa”, el Valle del Jordán, la ciudad de Jericó y, en los días despejados, incluso Jerusalén. En el Monte Nebo hay una iglesia del siglo IV, mencionada también por la peregrina Egeria1 en su Itinerarium, quien visitó los lugares santos hacia finales del siglo IV. La iglesia tuvo ampliaciones posteriores en los siglos V y VI, como por ejemplo la capilla del baptisterio, y muy cerca se construyó un monasterio bizantino. Por lo tanto, ya era lugar de peregrinación desde el siglo IV. Sin embargo, fue abandonada en el siglo XVI y posteriormente redescubierta, gracias sobre todo a los diarios de viaje de los primeros peregrinos. El sitio fue adquirido por los franciscanos en 1932, quienes promovieron trabajos de excavación que sacaron a la luz las ruinas de la antigua basílica y que en gran parte reconstruyeron. En los años sesenta fueron descubiertos algunos bellísimos mosaicos tanto en el baptisterio antiguo (que representa escenas de caza y pastoreo, del año 531), como en el nuevo (del año 597), creado a partir de una antigua capilla funeraria.

– Interior de la iglesia paleocristiana en el Monte Nebo. Mosaicos

Además de la antigua basílica, en la terraza panorámica del Monte Nebo se puede admirar hoy, junto al magnífico paisaje, la escultura cruciforme con serpientes entrelazadas y el monolito. La escultura, de bronce, fue realizada por Gian Paolo Fantoni, artista florentino. Esta recuerda el Nehushtán, el bastón de Moisés que, con solo mirarlo, salvaba al pueblo de Israel de la mordedura de las serpientes en el desierto2. El monolito, erigido para el Jubileo del año 2000, obra del escultor Vincenzo Bianchi, se define como el “Libro en piedra del Amor” y está dedicado al Papa Juan Pablo II. El mensaje (citas del Evangelio de San Juan y de las cartas de San Pablo) está esculpido en tres lenguas: griego, latín y árabe.

– Cima del Monte Nebo. Escultura que representa el “Nehushtan”, o Bastón de Moisés
– Cima del Monte Nebo. Monolito

La muerte de Moisés se fecha hacia el 1200 a.C. Pero estudios recientes han puesto en duda la creencia milenaria respecto a su tumba. Todo comenzó cuando el insigne arqueólogo Emmanuel Anati, tras años de estudios sobre arte rupestre en el desierto del Néguev, anunció en 1982 que la montaña de Moisés (Gebel Musa), el famoso monte Horeb o monte Sinaí, no se encontraría al sur de la península del Sinaí, sino en la meseta de Har Karkom (Monte del Azafrán) en el desierto del Néguev3. Es decir, el monte Horeb sería la cima principal de la meseta de Har Karkom, en la frontera entre Egipto y Jordania, y no el tradicionalmente identificado hasta ahora como el Jebel Musa, en el macizo de Santa Catalina. Importantes hallazgos arqueológicos respaldan esta hipótesis, además de las numerosísimas inscripciones rupestres, unas 40.000, muchas de las cuales tienen un contenido religioso o incluso hacen alusión a Moisés, como el bastón con serpientes o las tablas de la ley. Era, por tanto, un lugar sagrado al que la gente subía a orar. Algunas inscripciones representan la cabra montesa, asociada al culto del dios Sin, dios de la Luna. Podría haber sido, pues, una montaña dedicada a Sin, de donde provendría el nombre “Sinaí”. Incluso sugiere que la fecha del Éxodo debería situarse en torno al 2000 a.C., unos 750 años antes de la fecha generalmente aceptada, ya que la actividad religiosa en esta zona habría terminado hacia el 2000 a.C., y no habría habido ninguna actividad humana en Har Karkom en el siglo XIII a.C. Estaría históricamente probado que la localización del Monte Sinaí en el monasterio de Santa Catalina se estableció sólo a partir del año 536 por un decreto del emperador Justiniano. Además, siempre según Anati, en ese lugar no se ha encontrado un solo resto arqueológico que demuestre un asentamiento de un grupo numeroso de personas en tiempos de Moisés o que indique que el Jebel Musa fuera una montaña sagrada.

– Deserto del Negev. Meseta de Har Karkom
– Har Karkom. Grabado rupestre che podría representar la tablas de la ley

Una vez adoptada esta hipótesis, Flavio Barbiero4, en base a estudios adicionales, sugiere que también la tumba de Moisés podría haber estado en esta montaña, que está coronada por una peña, a modo de acrópolis, con un pequeño templo y unas estelas, en la que había una caverna/cripta excavada al menos mil años antes. La famosa cueva de Elías, mencionada también por Egeria, debía encontrarse bajo esa peña. También el profeta Jeremías la visitó e introdujo una tienda en su interior, convencido de haber llegado al monte donde había subido Moisés5. Este tipo de lugares sólo eran conocidos por los sumos sacerdotes y su círculo más cercano, y se mantenían en secreto para evitar profanaciones. El cronista del Deuteronomio, de hecho, no proporciona deliberadamente datos sobre la sepultura de Moisés. Que Moisés fuera enterrado en un terreno cualquiera, en una tumba excavada en la tierra, parece poco creíble. Como gran líder que fue, debía tener una tumba digna de su persona, al menos igual a la de sus predecesores: una caverna excavada en la roca, y ésta no podía haberse preparado en poco tiempo ni en cualquier lugar. Seguramente el valle de Moab no ofrecía esta posibilidad. Hubo 30 días de duelo y, una vez transcurridos, Josué comenzó las operaciones para la invasión de Palestina. Pero, ¿qué hicieron durante esos días de duelo? La distancia entre el valle del Jordán y Har Karkom es de 11 días de camino, tiempo que habrían empleado los dos hijos de Moisés, Gersón y Eliezer, junto con Josué y el hijo de Aarón, Eleazar, para llevar el cuerpo de Moisés a la cueva en Har Karkom, que ya había sido adecuadamente preparada durante la travesía por el desierto. Otros siete días fueron necesarios para los ritos funerarios. Luego, 11 días para el regreso. Todo esto, más el primer día de proclamación del duelo, suma 30. Muchos otros datos, basados en el estudio de la Biblia y comparados con datos históricos, son aportados en apoyo de esta teoría, que ha sido fuertemente contestada por los defensores de la versión tradicional. Sin embargo, podría ser tenida en consideración, en espera de nuevos resultados de la campaña de excavaciones en Har Karkom.

 – Monte Har Karkom

El lugar de la sepultura de Moisés cambia, sin embargo, según la tradición islámica. Para los musulmanes, que lo consideran uno de los más grandes profetas predecesores de Mahoma – nombrado nada menos que 136 veces en el Corán – fue sepultado más allá del río Jordán, a 7 km al sur de Jericó y a 15 de Jerusalén, en el complejo llamado Nabi Musa. Este territorio pertenece actualmente a Palestina, y es uno de los lugares de interés de Tierra Santa desde donde, en un día claro, se puede ver el Monte Nebo. Se dice que este complejo fue construido por Saladino, quien venció a los cruzados en 1187 y devolvió Jerusalén a los musulmanes, pero que al mismo tiempo demostró una gran tolerancia religiosa permitiendo a los cristianos visitar la Ciudad Santa. Cuenta la leyenda que Moisés se le apareció en sueños a Saladino revelándole el lugar de su sepultura, y por ello hizo construir el memorial que pronto se convirtió en meta de peregrinación para los musulmanes. En realidad, el complejo de Nabi Musa, que comprende una ‘cámara mortuoria’ construida sobre la supuesta tumba del profeta, una mezquita y alojamientos para peregrinos, fue construido en el siglo XIII por los mamelucos, cuando se establecieron en Tierra Santa. Varias cúpulas, añadidas en el siglo XV junto con un minarete, coronan el complejo. Otras intervenciones fueron realizadas en los siglos XVI y XIX.

– Nabi Musa
– Nabi Musa, vista aérea
– Nabi Musa, “Tumba de Moisés”

Este lugar fue durante mucho tiempo la primera etapa para quienes realizaban la peregrinación de Jerusalén a La Meca. Un cementerio cercano acogía a los peregrinos que morían durante el viaje. Con la caída de la dinastía mameluca, el Nabi Musa entró en un periodo de decadencia que se prolongó hasta principios del siglo XIX, cuando fue restaurado por los turcos. Bajo el Imperio Otomano, la difícil situación entre judíos y musulmanes se mantenía bajo control. Pero con la caída del Imperio y la retirada de los turcos de Tierra Santa, vencidos por las fuerzas británicas en 1918, ya no fue posible dominarla. En 1920 comenzaron los primeros enfrentamientos en Jerusalén entre judíos y musulmanes, que fueron en aumento. Así, en 1937 la administración colonial británica prohibió la peregrinación anual al Nabi Musa. Esta decisión fue posteriormente adoptada también por el gobierno jordano, ya que desde 1948 hasta 1967 este territorio estuvo bajo su jurisdicción, a consecuencia de la ocupación de Cisjordania por parte de este país (1948), ya que podía convertirse en un vínculo de protesta política. Desde 1967 el control del Nabi Musa pasó a Israel, y desde 1995 está administrado por la Autoridad Nacional Palestina. En el marco de los programas de las Naciones Unidas “Apoyo al Desarrollo del Turismo Cultural” y “Ayuda al Pueblo Palestino”, este complejo arquitectónico fue recientemente restaurado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), con fondos de la Unión Europea y en colaboración con el gobierno del Estado de Palestina. La solemne inauguración tuvo lugar el 17 de julio de 2019 con la presencia de autoridades locales y representantes de la UE, del PNUD, varias representaciones diplomáticas y de Europa Nostra. Hoy el santuario y la mezquita forman el núcleo del complejo y están separados de las demás construcciones por dos patios. El complejo se presenta como un centro multifuncional de acogida turística, tanto religiosa como no religiosa.

—–

1.- Egeria. Diario di Viaggio. A cura di E. Giannarelli e A. Clerici. Editrice Paoline 2015

2.- « Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía» (Números 21,9). Para los cristianos, es la imagen de Cristo crucificado, Salvador del Mundo, citado también en el Evangelio de Juan  «Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado» (Juan, 3,14).

3.- E. Anati: Har Karkom e la questione del Monte Sinai, Pistoia 2016

4. – F. Barbiero. La tomba di Mosè: la cripta sul Monte Horeb. Kindle. 2020. – F. Barbiero. La Bibbia senza segreti, Milano 1988

5.- « y que habiendo llegado a aquél monte allí Jeremías, al cual subió Moisés, y desde donde vio la herencia de Dios, halló una cueva, donde metió el Tabernáculo, y el Arca, y el altar del incienso, tapando la entrada». (2 Macabeos -2,5)

¿Qué fue de la Menorá?

23 domenica Mar 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Arco de Tito, Éxodo, Foro de Vespasiano, Genserico, Guerra Judaica, Jerusalén, Menorah, Moisés, Segundo Templo, Shimon Shetreet, Temple Institute, Templo de la Paz, Tito, Vadim Rabinovitch

Che fine ha fatto la Menorah? Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– Bajorrelieve en el interior del Arco de Tito en el que se ve cómo los tesoros del Templo de Jerusalén, entre los cuales la Menorá, son llevados a Roma.

Yahvéh habló así a Moisés: “Harás además un candelabro de oro puro. El candelabro, su base y su caña han de hacerse labrados a martillo; sus copas, sus cálices y sus flores serán de una pieza con él. Y saldrán de sus lados seis brazos; tres brazos del candelabro de uno de sus lados y tres brazos del candelabro del otro lado. Habrá tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, con un cáliz y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en el otro brazo, con un cáliz y una flor; así en los seis brazos que salen del candelabro. Y en la caña del candelabro habrá cuatro copas en forma de flor de almendro, con sus cálices y sus flores. Y habrá un cáliz debajo de los dos primeros brazos que salen de él, y un cáliz debajo de los dos siguientes brazos que salen de él, y un cáliz debajo de los dos últimos brazos que salen de él; así con los seis brazos que salen del candelabro. Sus cálices y sus brazos serán de una pieza con él; todo ello será una sola pieza de oro puro labrado a martillo. Entonces harás sus siete lámparas; sus lámparas serán levantadas de modo que alumbren el espacio frente al candelabro. Y sus despabiladeras y sus platillos serán de oro puro. El candelabro, con todos estos utensilios, será hecho de un talento de oro puro.  Y mira que los hagas según el diseño que te ha sido mostrado en el monte”. (Éxodo 25, 31-40)

La Menorá, el candelabro de siete brazos, es el símbolo más importante del judaísmo. Sin embargo, no estamos hablando de cualquier menorá, sino de ‘La Menorá’, con mayúscula, el famoso candelabro de oro que estaba en el Segundo Templo de Jerusalén y que fue llevado a Roma por las tropas de Tito, junto con otros trofeos, como consecuencia de la destrucción del Templo en el año 70.

Acompañada por dos ramas de olivo, hoy en día es el emblema del Estado de Israel y ha sido siempre el símbolo del judaísmo. La Estrella de David, la ‘Maguen’, que vemos en la bandera, se añadió solo a partir del siglo XVII. Su nombre contiene la raíz ‘or’, que significa luz, y recuerda la zarza ardiente —en el monte Horeb, donde Moisés escuchó la voz de Dios—, el árbol de la vida, la luz divina que guiaba al pueblo de Israel durante el Éxodo. Sus siete brazos representan la creación del mundo, que se completó en siete días.

– El emblema del estado de Israel, la Menorá entre dos ramas de olivo, flanqueado por banderas de la nación

Fue construida siguiendo las instrucciones contenidas en la revelación de Dios a Moisés durante el Éxodo, como se puede leer en Éxodo 25, 31-40 (mencionado anteriormente). Esta Menorá, fabricada en el desierto, se custodiaba en el Tabernáculo, el santuario portátil. Posteriormente, fue colocada en el Primer Templo, construido por Salomón alrededor del año 960 a.C., que más tarde fue destruido por Nabucodonosor II en el 587 a.C., lo que provocó el exilio a Babilonia del pueblo de Israel. En el 515 a.C., el Templo fue reconstruido cuando Ciro el Grande, tras conquistar Babilonia, permitió a los judíos abandonar la ciudad y regresar a su tierra1. También este Segundo Templo fue destruido, por Tito, como se mencionó antes, y esta vez de manera definitiva.

La Menorá, junto con todas las demás riquezas del Templo, fue llevada a Roma, como se puede observar en el bajorrelieve del interior del Arco de Tito, en las laderas del Palatino. Entre todos los objetos saqueados, era el de mayor valor, tanto material (pues era de oro) como simbólico, ya que representaba la derrota de Judea. En la escena esculpida, se pueden ver a los sirvientes que transportan los objetos sagrados saqueados del Templo (el candelabro, la mesa del pan de la proposición con los vasos sagrados y las trompetas de plata). Según el relieve, la Menorá era muy grande, con una altura similar a la de una persona, aproximadamente un metro y medio.

– Arco de Tito. Se entrevé el bajorrelieve.

Inicialmente, la Menorá fue resguardada en el Templo de la Paz, en el Foro de Vespasiano, situado entre los Foros y la Suburra, y permaneció allí al menos hasta el incendio del edificio, ocurrido en el año 192 bajo el gobierno de Cómodo. No se sabe con certeza dónde fue colocada después de esa fecha. Fue saqueada por los vándalos de Genserico en el saqueo de Roma del año 455 y llevada a Cartago junto con el resto del botín. En el año 533, Cartago fue conquistada por Belisario, el general de Justiniano, quien la llevó a Bizancio. Existen datos imprecisos que sugieren que desde allí pudo haber llegado a Jerusalén, pero no se sabe bien ni cómo ni cuándo, y se le perdió la pista. Se dice que pudo haber sido saqueada por los persas en el año 614 durante el asalto a Jerusalén y posteriormente fundida. Sin embargo, éstas son solo especulaciones que han dado lugar a la creación de un ‘mito’ del que surgieron varias leyendas sobre las ‘aventuras’ de la Menorá. Dado el tamaño y el peso del objeto, algunas teorías sostienen que, en realidad, nunca salió de la Ciudad Eterna. Otras teorías afirman que desde Bizancio fue llevada nuevamente a Jerusalén por los cruzados en el año 1024…

Tal vez se hundió en el Tíber o quizás fue escondida en el Laterano, ya que aparece mencionada en la lista de reliquias de la ‘Tabula Magna Lateranensis’. Más recientemente, se ha especulado que podría estar oculta en los sótanos del Vaticano. Otra teoría sostiene que, una vez llegada a Jerusalén, se perdió o fue escondida2 (o realmente fundida por los persas, como se mencionó antes). Pero, ¿cuándo?

La hipótesis de que se hundió en el Tíber cobró fuerza en 2002 cuando se encontró una lápida según la cual el candelabro habría sido visto en el siglo V en el fondo del Tíber, cerca de la isla Tiberina, posiblemente hundido accidentalmente durante el saqueo de Roma. Sin embargo, la famosa lápida resultó ser una falsificación del siglo XIX. Ya en 1818 se habían realizado búsquedas en el Tíber sin obtener ningún resultado.

En 1996, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Shimon Shetreet, en una visita al Vaticano, pidió amistosamente a Juan Pablo II que se la mostrara, insinuando así que el candelabro podría estar oculto en el Vaticano, pero no se presentó ninguna solicitud oficial de restitución.

No obstante, la teoría más interesante, formulada en 1994, sostiene que la verdadera Menorá nunca fue llevada fuera de Jerusalén. Se habría escondido en previsión de la destrucción del Templo, mientras que la que Tito llevó a Roma no sería más que una copia o un candelabro pagano tomado de Mileto en sustitución del original. Esta teoría se basa en el hecho de que la Menorá representada en el Arco de Tito no tiene la forma que debería según la tradición bíblica, pues cuenta con dos plataformas hexagonales que no están descritas en la Torá y con imágenes no judías de dragones. Esta tesis se refuerza aún más al notar que la Menorá representada en la Piedra de Magdala no es igual a la del Arco de Tito. Si efectivamente fue escondida, tal vez en un refugio subterráneo bajo la Explanada del Templo, el problema actual es que nadie sabe dónde se encuentra este escondite.

-Nueva Menorah realizada en el 2012 por el Temple Institute. Jerusalén

Desde 2012, una réplica de la Menorá de oro puede admirarse en Jerusalén. Construida por el Instituto del Templo (Temple Institute), que ha replicado muchos objetos antiguos utilizados en el antiguo Templo, está situada en el barrio judío, dentro de una gran vitrina transparente, justo en la parte superior de la escalinata que conduce al Muro del Templo. La Menorá está hecha de bronce, recubierto con 45 kilos de oro de 24 quilates, pesa media tonelada y costó aproximadamente tres millones de dólares3. Su realización fue posible gracias a la generosidad de Vadim Rabinovitch, magnate y líder de la comunidad judía en Ucrania.

——

1.- En el 586 a.C. los objetos de valor del Templo fueron llevados a Babilonia. En el Decreto de Ciro, que también dispone la restitución de los enseres de oro y plata del Templo llevados por Nabucodonosor, no se menciona específicamente el candelabro, por lo que no hay certeza de que la Menorá del Segundo Templo fuera la primitiva, aunque es probable.

2.- Esta teoría es en la que se basa Stefan Zweig en su novela ‘El candelabro enterrado’.

3.- Para saber más sobre cómo ha sido realizada abre el siguiente enlace https://templeinstitute.org/history-holy-temple-menorah/

La ‘Tabula Magna Lateranensis’

23 lunedì Mar 2015

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Aaron, Arca de la Alianza, Arco de Tito, candelabro, Capilla San Lorenzo, Cristo, Domiciano, Efeso, Jerusalén, León X, Letrán, Menorah, Moisés, reliquias, Roma, Sacristía, San Juan, Sancta Sanctorum, Santa Francisca Romana, Santa Maria Nova, Scala Santa, Tabula Magna Lateanensis, templo, Tito, tunica, Vespasiano

La ‘Tabula Magna Lateranensis’                                                                         Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Tabula magna completa

Seguramente muchos conocerán la basílica de San Juan de Letrán, una de las cuatro basílicas principales de Roma. Pero no vamos a hablar aquí de esta magnífica basílica ni de las innumerables obras de arte que contiene, sino de un panel del siglo XIII que puede verse a la izquierda de la puerta de la sacristía y que pocos conocen. Me refiero a la ‘Tabula Magna Lateranensis’. De hecho, es posible confundirse porque en el lado derecho de la puerta de la sacristía hay otro panel muy similar identificado con un rótulo del siglo XIX que reza ‘Tabula Magna Lateranensis” pero que en realidad recuerda algunas obras que se llevaron a cabo en la basílica en el siglo IX. La verdadera ‘Tabula Magna’ es la de la izquierda y sin rótulo.

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¿Qué ha visto Egeria en su peregrinaje?

10 domenica Nov 2013

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Abraham, Akbar, Ananías, Anástasis, Éxodo, Belén, calvario, Diario de Viaje, Edessa, Egeria, Eleona, Galicia, Gamurrini, Giannarelli, Golgota, Gomorra, Imbomom, Itinerario, Jerusalén, Jesé, Job, Jordán, lignum crucis, literatura, Mar Rojo, Martyrium, Melquisedec, Moisés, Monte de los Olivos, Monte Nebo, Peregrinaje, piedra ascensión, Santo Sepulcro, Segor, Sodoma, Staurofilakes, Tierra Santa, Triportico

Che cosa ha visto Egeria nel suo pellegrinaggio?                                           Puoi leggere ques’articolo in italiano cliccando qui

Francobollo viaggio EgeriaEgeria, la famosa peregrina en Tierra Santa del siglo IV, una de las primerísimas, dejó un relato de su viaje, un documento de extrema importancia para ubicar los santos lugares, conocer la liturgia jerosolimitana, que después se difundió en Occidente, y muchas otras preciosas informaciones. La ‘Peregrinación’, o diario de viaje, fue hallado en 1884 en Arezzo (Italia), por el jurista Gian Francesco Gamurrini. Pero no el original, sino una copia del siglo XI, desafortunadamente incompleta. Los estudios llevados a cabo en estos últimos años nos dicen que la peregrina Egeria muy probablemente realizó el viaje entre los años 381 y 384 y que fuese una monja, debido al continuo uso de las expresiones ‘dominae venerabiles sorores’, ‘dominae venerabiles’, ‘dominae animae meae’, ‘dominae, lumen deum’… que han llevado a pensar que se dirigiera a sus compañeras/hermanas de convento para las que estaba escribiendo el diario. Otros estudiosos, como Elena Giannarelli, creen que podría haber sido, sin embargo, una viuda. Pero lo cierto es que se trataba de una persona no sólo culta, rica y de alcurnia, sino también con muchos contactos en las altas esferas políticas. De hecho, tenía que tener el dinero suficiente para costearse los tres años de viaje para ella y su séquito; después, disponer de salvaconductos y cartas de recomendación que pudiera presentar a las diferentes autoridades civiles y militares. Era recibida por obispos y funcionarios imperiales y, en los tramos más peligrosos de su recorrido, era escoltada por militares pertenecientes a destacamentos situados en puntos estratégicos. Un viaje de estas características también era posible gracias a la pax romana vigente en la época post-constantiniana. Sabemos que su país de origen estaba en el Occidente europeo, de hecho en su relato menciona el río Ródano comparándolo con el Eufrates. La hipótesis más probable es que procediera de Galicia, en el Noroeste de España. De hecho, en 1984 España emitió el sello de correo conmemorativo ‘XVI centanario del viaje de la monja Egeria al Oriente Bíblico, 381-384’, recordando el décimo sexto centenario del viaje de su compatriota, justo cien años después del hallazgo del famoso ‘Itinerarium’.

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