Tag
Aquerópita del Salvador, Domenico Fontana, Escalera Santa, papa Milcíades, Patriarcado lateranense, Poncio Pilato, reliquias, San Lorenzo in Palatio, Sancta Sanctorum, Sergio III, Sixto V
La Scala Santa. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Según la tradición, la ‘Scala Santa’ es la escalera del palacio del Pretorio de Pilato por la cual Jesús pasó hasta seis veces durante su pasión, tres subiendo y tres bajando: la primera cuando desde la casa del sumo sacerdote Caifás fue conducido a la presencia de Poncio Pilato y de éste a Herodes; la segunda cuando desde Herodes fue devuelto a Poncio Pilato y desde allí se ordenó su flagelación; la tercera vez que Jesús subió esta escalera fue chorreando de sangre, después de ser azotado y coronado de espinas, volviendo de nuevo a Pilato e desde allí fue conducido al patíbulo en el Calvario.
Hace un par de años la Escalera Santa (la Scala Santa) fue reabierta al público después de unos trabajos de restauración que duraron siete años, que afectaron tanto a la escalera en sí como a los 2500 metros cuadrados de frescos que la rodean. Para celebrar este evento, durante sesenta días desde su reapertura los escalones fueron accesibles sin su habitual revestimiento de madera de protección.

La escalera habría sido traída a Roma por la emperatriz Elena. Otra versión de la tradición nos dice que fue traída por los emperadores Vespasiano (69-79) y Tito (79-81) después de la destrucción de Jerusalén. Esta leyenda se basa en uno de los bajorrelieves del Arco de Tito, en el Foro Romano, donde se representan a los soldados romanos llevando a Roma los enseres del templo de Jerusalén después de su destrucción en el 70 d.C.

Fleury nos dice que, hallándose en Jerusalén, delante del palacio de Pilato, Villaumont en 1696 vio
“…una escalera de tierra en el lugar de la de mármol desde la que se subía. Los que han estado en Roma y han visto la Escalera Santa, que está en San Juan de Letrán, reconocerán sin dificultad los escalones de mármol que desde allí fueron llevados desde la entrada del palacio de Pilato y trasladados a Roma, por las proporciones y correspondencia de esa escalera con ésta, con el mismo número de escalones”1.

La Escalera Santa se compone de 28 escalones de mármol blanco de Tiro con ligeras vetas grises. Los primeros 8 escalones miden 3,20 m y los restantes 20, 2,36 m. Solo se permite subir por ella y siempre que se haga de rodillas. Quien no pueda o no quiera subir de rodillas, deberá utilizar las dos escaleras paralelas. Estas últimas eran las únicas accesibles durante el período en que el monumento se estaba restaurando. Para protegerla del desgaste en el siglo dieciocho se cubrió con madera de nogal que en la parte frontal deja entrever la reliquia. En tres de los escalones son visibles unas presuntas manchas de sangre
“… una de las cuales está protegida por una pequeña rejilla de bronce, por la que los fieles introducen por devoción rosarios y medallas: mientras de rodillas con suma reverencia a todas horas del día la visitan, siendo personas de todo tipo y condición”2.

La Escalera conduce al Sancta Sanctorum, así llamado por el gran número de reliquias que allí se guardaban. Para su custodia León III mandó construir un arca de madera de ciprés, en el centro de la cual hizo escribir SCA SCO RVM, (Sancta Sanctorum), y que se encuentra bajo del altar. La mayor parte de esas reliquias fue trasladada el Vaticano. Este lugar era la capilla privada de los papas, el oratorio de San Lorenzo in Palatio y también el archivo secreto pontificio. En el arquitrabe de la capilla podemos leer la inscripción “No est in toto sanctior orbe locus”3 bajo el cual, presidiendo el magnífico lugar, está la imagen aquerópita del Salvador4. En este lugar se veneran también tres portales de mármol procedentes del Praetorium, el palacio de Pilato.


El edificio que hoy contiene el Sancta Sanctorum Lateranense, como hoy lo vemos, es fruto de la última de las reestructuraciones, llevada a cabo por Domenico Fontana por deseo del papa Sixto V (1585-1590). Los trabajos de traslado de la Escalera Santa se llevaron a cabo por la noche, acompañados por cánticos y oraciones, a la luz de las antorchas y los obreros tuvieron que posar los escalones desde arriba hacia abajo:
“… al contrario de lo que normalmente suele hacerse para que no se tuviera que poner los pies encima…”5.

El Sancta Sanctorum es la única parte original que queda del antiguo palacio que pertenecía a Fausta, segunda esposa de Constantino, que fue donado al papa Milcíades y que desde entonces se convirtió en la residencia oficial de los papas, hasta la época de Sixto V.
En lo que a la Escalera Santa se refiere, difícilmente encontraremos en el mundo una escalera que haya viajado tanto. Como si no bastara el viaje por mar desde Palestina, cuando llegó a Roma desde Jerusalén, tradición no confirmada, fue colocada bajo el pórtico del palacio de Constantino, que luego se convirtió en palacio pontificio lateranense, donde permaneció hasta el 769. Después pasó un período olvidada, casi escondida y en mal estado, hasta el año 844 cuando Sergio II la mandó colocar delante de la basílica para permitir la devoción de los fieles, y esto es cierto. Sobrevivió al terremoto del siglo IX, fue restaurada y devuelta a la veneración popular por Sergio III (principios siglo X), que la colocó de nuevo a las puertas de la basílica. Finalmente fue llevada en 1589 en el lugar donde se encuentra actualmente, en el patriarcado lateranense, casi frente a la basílica de San Juan de Letrán.
——
1.– Voyage de Villaumont, 1697, en C. Rohault de Fleury, Mémoires sur les instruments de la passion de N.S.J.C., Paris 1870. 2.– C.B. Piazza. Eorterologio, ovvero le Sacre Stazioni Romane e feste mobili. Roma 1858. 3.– ‘No existe en el mundo un lugar más santo’. 4.– Sobre la Aquerópita del Salvador invito a leer mi artículo, en este mismo blog. 5.– D. Fontana. De la transportatione dell’obelisco Vaticano et de le fabriche di Nostro Signore Papa Sisto V. 1590. En M. Cempanari. Sancta Sanctorum Lateranense. Roma 2003
Pingback: La Scala Santa | Reliquiosamente
Pingback: Las reliquias de la pasión de Cristo en ‘Reliquiosamente’ (Segunda parte) | Reliquiosamente