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La lancia che rendeva invincibili. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui
Su fama la precedía. Convertía en invencible a quien la hubiera poseído. Hitler la vio por primera vez en 1909 en el palacio real de Viena, en la sala de tesoro de los Augsburg y desde aquél día se prometió a sí mimo que la lanza sería suya.
La ‘Heilige Lance’. La Santa Lanza con la que el soldado romano Longino atravesó el costado de Jesús. De la que se dice que tuvo el mérito de la victoria que el emperador Teodosio obtuvo frente a los Godos en el año 385; que hizo retroceder a Atila y que gracias a su poder, Carlos Martel contrarrestó el avance de los árabes en la batalla de Poitiers en el año 773.