Tag

, , , , , , , ,

Reliquiari fantastici: Il reliquiario della Santa Spina                                Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Se encuentra en el British Museum y es la primera de la lista de las obras imprescindibles entre las aconsejadas por el mismo museo. Algunos incluso afirman que solo este objete hace que la visita sea impagable. Tiene una altura de 30 cm, está realizado enteramente en oro y está cuajado de piedras preciosas.

Fue realizado para contener una de las espinas de la Corona de Espinas de Cristo que, como comenté en otro artículo en esta publicación, fue llevada a Francia por el rey Luis IX en 1239. Este relicario fue realizado entre 1390 y 1397, comisionado por Juan, duque de Berry y hermano de Carlos V de Francia.

El relicario, además de tener un valor económico incalculable, es la expresión del teocentrismo característico de la Edad Media hasta los primeros años del Renacimiento. Todo emana de Dios y vuelve a Dios a través del Juicio Universal, representado en esta obra.

En el centro de la composición hallamos a Cristo en posición bendicente, con los signos evidentes de sus cinco llagas. Está sentado sobre un arco iris, que representa las esferas celestes, y apoya los pies sobre el globo terrestre. Dos ángeles sostienen con una mano la corona de espinas por encima de su cabeza y con la otra los otros instrumentos de la pasión. A los lados de Cristo están arrodillados la Virgen María y San Juan Bautista.

Todo alrededor, haciendo marco, en la parte externa, podemos ver a los doce apóstoles que emergen de un espeso follaje, cada uno con su ‘atributo’, el símbolo por los que se les reconoce en la iconografía, como por ejemplo las llaves para San Pedro.

En la base del relicario cuatro ángeles, que emergen de otras tantas torrecillas de un castillo, tocan las trompas, mientras que los difuntos salen de sus tumbas el día del Juicio. De hecho, pueden verse dos mujeres y dos hombres desnudos que salen del suelo, que parecen estar preguntándose qué está ocurriendo, como también los ataúdes desvencijados. En dos paneles de la muralla del castillo está representado el escudo de arma del Duque de Berry.

Toda la composición está coronada por la figura de Dios Padre, por encima de los dos ángeles.

Y la espina está justo en el centro, delante de la figura de Cristo, protegida por un cristal de roca. Emerge de un zafiro. Debajo, un rótulo lleva la inscripción: “Ista est una spinea/ coronae domini nostri Ihesu Xristi” en esmalte negro.

 

La parte posterior es más plana, sin joyas, pero también muy decorada. Dos pequeñas puertas cinceladas en oro llevan las imágenes de San Miguel, que derrota con su lanza al demonio, bajo la forma de un dragón, y de San Cristóbal con el Niño Jesús en sus hombros. San Miguel era el santo patrón de la monarquía francesa, pero también el responsable de controlar el correcto desarrollo del Juicio Universal. De hecho, a menudo se le representa con una balanza pesando las almas (psicostasis). En lo que se refiere a San Cristóbal, según una creencia popular, ver la imagen de este santo significa que la persona no moriría ese día sin haber recibido la extrema unción.

La parte interior, detrás de las pequeñas puertas, está cubierta de vidrio, pero está vacía. Probablemente en origen albergaría otra reliquia. En la parte superior de la composición está un rostro de Cristo rodeado por rayos solares.

Por un inventario de 1544 sabemos que este relicario perteneció sucesivamente a Carlos V, emperador del Sacro Romano Imperio, siendo también descendiente de la dinastía Valois. De esta manera, el objeto pasó a la casa de Austria, y se encontraba entre los tesoros de la Colección Habsburgo a partir de 1677, donde permaneció hasta 1860 cuando, durante unas obras de restructuración fue sustituida por una falsificación por parte de un comerciante de arte, Salomon Weninger. El robo no fue descubierto hasta que el original no llegó al British Museum, en 1898, donado por Fernando de Rothschild, siendo este objeto una parte del legado Waddesdon.

La obra está realizada en oro, cristal de roca, perlas, rubíes y zafiros, con 28 figuras tridimensionales esmaltadas y pesa 1,4 kilos. La técnica del esmalte utilizada es la llamada ‘ronde basse’ en la que el esmalte es aplicado en superficies redondas o tridimensionales en alto relieve, característica de los períodos góticos y renacentistas. El blanco es el color dominante, pero también están el verde, rojo, azul y negro. Todas las partes metálicas son de oro puro, cosa bastante singular porque en la mayoría de obras de este tipo se utilizaba la plata dorada.

Las gemas incluyen dos grandes zafiros, uno por encima de Dios Padre, en la cima del relicario, que simboliza el paraíso, y el otro debajo de Cristo, sobre el cual está engarzada la espina. Los marcos que rodean las figuras de Jesús y de Dios Padre están decoradas con rubíes y perlas, 14 en total por cada gema.

Hay que tener en cuenta que la corona de espinas tiene un significado muy particular para la monarquía de Francia. De hecho una creencia del reino francés era que esta preciosa reliquia les había sido entregada en ‘depósito’, como una suerte de préstamo, hasta el día del Juicio Universal en el que Cristo, con su segunda venida, habría vuelto a tener la posesión de la misma, es decir cuando el reino de Francia se habría convertido en el Reino de los Cielos.