Tag

, , , , , , , , , , , ,

Le sante immagini acheropite (2)  La Veronica: ma quante ce ne sono? – (seconda parte) ‘La Santa Faz’ e il ‘Santo Rostro’                                               Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

F. Gil de Mena. La Verónica (1650)- Valladolid (España), museo diocesano

Como decíamos en un artículo anterior sobre las imágenes de la Verónica, en España hay dos que pretenden ser el auténtico Velo de la Verónica y que gozan de mucha veneración. Estas dos imágenes tienen una historia en común: cuando Verónica volvió a casa con el velo manchado con la sangre del rostro de Cristo, descubrió que el paño estaba doblado en tres, y la imagen no sólo quedó impresionada en la parte superior, sino también en las otras dos partes dobladas debajo de la primera. Ésta última sería la imagen que se encuentra en Roma y las otras dos serían las de Alicante y la de Jaén. Estamos hablando de la Santa Faz y del Santo Rostro. Se trataría, por tanto, de un ‘añadido’ al conocido episodio de la Verónica, que además es una tradición del siglo XII.

La mención del rostro triplicado se hizo per vez primera en 1390 por Jean de Preis. En el libro Mureurs des Histors cuenta que Verónica (identificada como la hemorroísa, a la que Jesús hizo el milagro de curarla) antes de la pasión de Cristo quiso tener un recuerdo de él. Por este motivo quiso llevar su toca a un pintor para que pintara su imagen. Pero por el camino encontró a Jesús quien cogió el velo, lo dobló en tres y lo acercó a su rostro que quedó impresionado en las tres partes. Esta leyenda se difundió gracias al jesuita español Salmerón.

Monasterio de la Santa Faz – Alicante (España)

La imagen que corresponde a la Santa Faz de Alicante, junto con otras reliquias, habría permanecido en Jerusalén hasta el siglo VII, y cuando empezaron las primeras invasiones musulmanas fue transportada hasta a la isla de Chipre, y después de transcurridos unos años, trasladada a Constantinopla. En 1453, a causa de la toma de Constantinopla por parte de los turcos otomanos, fue llevada a Roma y entregada al papa Nicolás V.

En 1478 hubo en Venecia una epidemia de peste y los venecianos pidieron al papa una reliquia que pudiera ayudarles a ahuyentar este terrible azote. Entonces, el papa Sixto IV mandó esta imagen con el propósito de que fuera enseñada a los enfermos. La imagen tenía que ser devuelta al papa una vez hubiese finalizado la epidemia, pero los venecianos no se decidieron a devolverla hasta 1484. Curiosamente en ese mismo año murió el papa por lo que el cardenal encargado de devolverla, y que estaba viajando a Roma, se la quedó.

La Santa Faz – Monasterio de la Santa Faz, Alicante (España)

Más tarde el sacerdote español Mosén Pedro Mena, en agradecimiento de los servicios prestados a este cardenal, recibió de su mano la preciosa reliquia y la llevó a su ciudad (San Juan, Alicante). Pero cuando llegó a su casa se olvidó de ella y la dejó en el fondo de un baúl. Pero la imagen siempre aparecía en la parte superior del mismo por lo que en 1489, debido también a la terrible sequía que había en ese momento, decidió sacarla y llevarla en procesión para pedir la lluvia. Durante la procesión, llegó un momento en que el sacerdote que llevaba la imagen ya no podía sostenerla más, como si fuese muy pesada, y ni siquiera podía seguir caminando. Vieron cómo una lágrima caía sobre el rostro impreso en el lienzo que se paró en medio de la mejilla y se hizo tan grande que podía ser vista también de lejos. Después de éste hubo otros milagros, como el de las tres imágenes cuando, durante una celebración eucarística, el sacerdote empezó a levitar, en el cielo aparecieron otras dos imágenes iguales a la ‘Santa Faz’ y enseguida después cayó una gran lluvia.

La imagen original estaba impresa en un lienzo de lino muy fino, con manchas que parecían sangre que representaban las mejillas, la frente y la barba. Años más tarde fueron repasadas con barniz rojo y se retocaron las cejas, los labios y parte de la barba. Por devoción, a lo largo de los siglos se fueron llevando pequeños trozos de lienzo por lo que su tamaño se redujo poco a poco. Por este motivo, la Santa Faz fue depositada en un relicario con una imagen de la Virgen María en el dorso.

En el lugar del primer milagro se construyó el monasterio de la Santa Faz, de clarisas de clausura. En 1889, en el IV centenario, se abrió el relicario y se midió la imagen, que tiene un tamaño de unos 70 cm2.  En la peregrinación anual es visitada por unos 250.000 peregrinos.

Santo Rostro – Jaén (España)

Por su parte, el Santo Rostro de Jaén está custodiado en una caja fuerte en la capilla mayor de la catedral de la homónima ciudad, que a su vez está en un arca de plata de 40 cms de ancho, 63,5 de alto y 25,55 de profundidad, cerrada bajo siete llaves. La imagen está apoyada sobre una tabla de 22 cms x 30 enmarcada por una filigrana de plata y piedras preciosas, realizada en 1940, con 191 rubíes, 210 esmeraldas y 193 diamantes y con un nudo de brillantes en su parte superior.

Las teorías sobre el origen de esta imagen son varias: copia de la de Roma pintada por San Lucas, o imagen aquerópita traída por San Eufrasio -uno de los evangelizadores de Andalucía (siglo I)-, o por el rey Fernando el Santo, que conquistó Jaén en 1246.

Lo cierto es que la presencia del Santo Rostro en Jaén está documentada sólo a partir del siglo XIV (1368-1383) época en la que estaba al frente de la diócesis el obispo Nicolás de Biedma, siendo una donación del obispo a la ciudad, quien a su vez la recibiría del papa Gregorio XI en 1376.

Catedral del ‘Santo Rostro’ – Jaén (España)

Los reyes de España, desde Felipe II (1570) hasta Juan Carlos I (1980) se han arrodillado delante de esta imagen, como también numerosos papas. Se expone cada viernes, y al final de la procesión del Corpus Christi desde el balcón de la catedral.

Estas dos imágenes, que están consideradas por los estudiosos como copias y no como verdaderas aquerópitas, son más antiguas que las copias descritas en el precedente artículo. Pero no sabemos exactamente cuándo, dónde y quién las hizo. Si las comparamos con las de la Verónica realizadas en el siglo XVII por Pietro Strozzi, en seguidas nos damos cuenta que el modelo a la que se han inspirado (o que han copiado) no es el mismo. Una de las diferencias más evidentes son los ojos. En estas dos están abiertos. La tipología de la Santa Faz  y del Santo Rostro es más asimilable al Mandylion o a la Aquerópita del Salvador (de los cuales hablaremos en próximos artículos) que a la Verónica, sobre todo el Santo Rostro de Jaén.

Para saber más: 1.- M. Hesemann, Testimoni del Golgota, Cinisello Balsamo 2003  –  2.- Veronicaroute.com –   3.- M. Martínez López, El monasterio de la Santa Verónica de Alicante, Alicante 2003   4.- Rohualt de Fleury, Memoires sur les Instruments de la passion de N.-S.J.-C. Paris 1870

Consulta también mi otro artículo sobre La Verónica, El Mandylion de Edesa, La Aquerópita del Salvador, Los Santos Rostros de Lucca y Sansepolcro