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Le sante immagini acheropite (5): I Volti Santi di Lucca e di Sansepolcro                                                                                                     Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Santo Rostro de Lucca (izquierda) y Santo Rostro de Sansepolcro (derecha)

El Santo Rostro de Lucca (Italia) podría ser el prototipo de una serie de imágenes talladas en madera que representan a Cristo crucificado presentes en determinadas partes de Europa en época románica, siglos XI-XIII, o anterior. Véanse, por ejemplo, los crucifijos denominados ‘Majestats’ de Cataluña, como los de Battló (MNAC, Barcelona) o de Caldes de Montbui (Barcelona). Esta tipología de imágenes presenta un Cristo triunfante en la cruz, con los ojos abiertos, sin la corona de espinas, con túnica regia, que se contrapone a la del Cristo semidesnudo, sangrante y sufriente que exhala su último respiro o que acaba de morir. La cruz ya no sería símbolo de sufrimiento y suplicio sino de victoria sobre el mal y la muerte.

Pero ¿por qué el Santo Rostro de Lucca está considerado como una imagen aquerópita?*

‘Majestat’ de Caldes de Montbui (Barcelona)

‘Majestat’ Battló, Barcelona

Aprendemos de la leyenda, narrada en la ‘Relatio de revelatione sive inventione ac translatione sacratissimi vultus’ (Relato de la creación, descubrimiento y traslado del santísimo rostro), redactada en Lucca en torno al siglo XII por el diácono Leobino recopilando una serie de cuentos del siglo VIII, que este Cristo fue esculpido casi completamente por Nicodemo, el que descolgó el cuerpo de Cristo de la cruz y, junto a José de Arimatea, lo depuso en el sepulcro.

Supuestamente, después de muchos años de la muerte de Cristo a Nicodemo se le pidió esculpir su imagen. Con el cuerpo no tuvo grandes problemas, pero no conseguía reproducir el rostro. Por lo tanto una noche dejó la obra inacabada y, cuando a la mañana siguiente se levantó, encontró que la imagen ya estaba esculpida de manera milagrosa.

Santo Rostro de Lucca

Nicodemo confió la obra a Isacar (su discípulo), quien la escondió en una gruta adyacente a la casa de Seleucio y allí permaneció durante varias generaciones hasta que el obispo piamontés Gualfredo, peregrino en Tierra Santa, tuvo una visión de un ángel quien le mandó buscar el Santo Rostro para salvarlo de una posible destrucción, ya que era el año 742, en pleno período iconoclasta.

En el puerto de Jaffa puso la imagen en una barca, sin tripulación, con la intención de enviarla a Roma. Pero, en vez de llegar a Roma llegó frente al puerto de Luni (La Spezia, Italia). La embarcación resistió todo tentativo de abordaje por parte de los luneses, pero arribó espontáneamente después de la exhortación del obispo de Lucca, Juan I, quien llegó al lugar después de que un ángel en sueños le avisara de la presencia del Santo Rostro en una barca.

A. Aspertini (1508). Traslado del Santo Rostro a Lucca. Iglesia de San Frediano

La escultura fue trasladada a tierra pero se produjo una encendida disputa entre luneses y luqueses. Para calmar los ánimos la santa cruz se pondría sobre un carro arrastrado por bueyes. Si éstos se dirigieran hacia Lucca, la imagen sería de los luqueses, en caso contrario sería de los luneses. Los bueyes se dirigieron hacia Lucca y los luneses recibieron, como compensación, una ampolla con la sangre de Cristo que estaba dentro de la imagen, en un hueco situado detrás de la nuca del Cristo, cerrada con una puertecita, ya que la imagen también es un relicario y guardaba unas reliquias.

Cuando llegó a Lucca, en el 782, fue custodiada en la iglesia de San Frediano. Sin embargo, al día siguiente de su llegada el Santo Rostro había desaparecido. Afortunadamente fue encontrado en las cercanías de la futura catedral de San Martín, lugar donde aun hoy se conserva, en un templete de planta central construido por Matteo Civitali en el 1484. El templete sustituye una capilla anterior al 1100 de base cuadrada.

Templete de Matteo Civitali (1484) – Catedral de Lucca

Como en todas las leyendas, existe un fondo de verdad, porque históricamente es demostrable que en Lucca existía el culto a una cierta imagen ya desde los siglos VIII-IX.

El Santo Rostro siempre ha sido objeto de una grandísima devoción. Se trata de un crucifijo de madera de nogal de grandes dimensiones, más ancho que alto (2,75 x 2,24 m), pero el que hoy podemos contemplar sería una copia del siglo XI-XIII de la imagen original (s. VIII). Por su tipología muchos expertos consideran que su factura es europea y no oriental. De hecho, contrariamente a los que sostienen que la imagen viene de Oriente, como afirma la leyenda, el Cristo no lleva un ‘colobium’, es decir una túnica sin mangas utilizada en el Medio Oriente, sino una túnica con mangas, un indumento sacerdotal y regio al mismo tiempo, atado en la cintura, más proprio de la época carolingia. Por no hablar de las grandes medidas de la imagen, no común en Oriente. Las imágenes orientales, además, tienen una mirada más hierática, ausente, decididamente diferente a la del Santo Rostro, que parece fijar al espectador y seguirlo con la mirada. Este efecto se debe también al material utilizado: el redondo de los ojos es de polvo de vidrio y el resto de lámina de plata.

Moneda luquesa con la efigie del Santo Rostro

La presencia de esta imagen para Lucca siempre ha sido de gran importancia, y no solo desde el punto de vista religioso: ha tenido tanta como para estar reproducida en la moneda de la ciudad. No olvidemos que esta ciudad era una etapa obligada en el camino de los peregrinos que se dirigían a Roma, Santiago o Jerusalén. La actividad de los cambistas era muy floreciente y la ciudad se enriqueció considerablemente. La fama de la imagen sobrepasó las fronteras de los Alpes llegando hasta Inglaterra. Gracias a la popularidad alcanzada por la antigua estatua se produjeron muchas copias de pequeño tamaño, o incluso solo del Rostro, sobre todo para uso de los peregrinos.

Aun hoy se sigue haciendo la tradicional procesión llamada ‘Luminaria de Santa Cruz’, la noche del 13 de septiembre, víspera de la fiesta de la exaltación de la Cruz. Para la ocasión se oscurece la ciudad y todo el recorrido se ilumina con miles de cirios. El Santo Rostro es vestido con una valiosa túnica de terciopelo, corona y un collar de oro. Es llevada desde San Frediano hasta la Catedral de San Martín, que coincide con el último recorrido que hizo originariamente el Santo Rostro para llegar a su actual colocación.

Luminaria de Santa Cruz, Lucca

Pero si el actual Santo Rostro es una copia ¿dónde está el original?

Hay quien cree que se destruyó, pero recientemente algunas investigaciones indican que el original sería el Santo Rostro de Sansepolcro (Arezzo, Italia), tal y como confirmaría un descubrimiento hecho por la entonces superintendente para los bienes artísticos y arquitectónicos de Arezzo, Anna Maria Maetzke, en el año 1994. Se trataría del hallazgo de un documento que ‘da fe de la cesión acontecida en el 1179 del Cristo con túnica de Lucca a los frailes del Borgo de Arezzo (así se llama aún hoy Sansepolcro) por setenta denarios de plata’, rubricado por un notario. Además debido a las malas condiciones en las que se hallaba, fue entonces repintado con la policromía visible hoy en día. La restauración realizada en los años 80 del siglo pasado revela que es el más antiguo de entre los de su género, fechándolo entre los siglos VIII y IX, por lo tanto de época carolingia. En cualquier caso, la túnica es muy similar a la que llevaban los emperadores carolingios y no tiene nada que ver con el ‘colobium’ del que hablan los defensores de la tesis oriental, que es una túnica sin mangas o con mangas muy cortas, utilizada por los eremitas cristianos orientales o por los antiguos romanos de la República.

Santo Rostro de Sansepolcro (Arezzo)

El Cristo de Sansepolcro, conservado en la catedral, mide 2,71 de ancho x 2,90 de alto. El cuerpo está realizado de un único tronco (salvo los brazos) de nogal. La policromía es del siglo XII y la restauración ha revelado la existencia de dos capas de color. El examen de radiocarbono lo ha fechado entre el 679 y el 845. Sería por lo tanto la escultura monumental más antigua de toda la edad media occidental, que sea o no el original del Santo Rostro de Lucca.

Cristo con ‘Colobium’. Siglo VI-VIII, Santa Maria Antiqua, Roma

Lógicamente, en Lucca no están de acuerdo con esta teoría y sostienen que el de Sansepolcro es una de las muchas copias realizadas en torno al año 1000. Los luqueses nunca se habría librado de la imagen para venerar su copia. En todo caso habrían sido los luqueses quienes habrían hecho una copia para Sansepolcro… Y si esta imagen fue sustituida por una copia habrá sido a causa de un incendio u otro evento natural de semejante gravedad.

El Santo Rostro de Sansepolcro se hallaba en la iglesia de Santa María, luego dedicada a San Agustín, donde permaneció hasta 1771, año en el que fue llevado a la catedral y colocado sobre el altar mayor. A partir de 1942 está en una capilla en la nave izquierda de la misma catedral.

Sea cual sea la verdad, tanto una como otra son imágenes de una gran belleza y merecen una visita.

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Para saber más: 1) Lazzarini, P., Il volto santo di Lucca, OGB 2008  – 2) Maetske, A.M., Il Volto Santo di Sansepolcro; un grande capolavoro medievale rivelato dal restauro, Cinisello Balsamo 1994

*Del griego ‘acheiropoietos’ y significa ‘no pintada por mano humana’.

Consulta también mis otros artículos sobre las otras aquerópitas: la Verónica, el Mandylion de EdesaLa Santa Faz y el Santo Rostro, la Aquerópita del Salvador