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Reliquiosamente

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Archivi della categoria: Reliquie

Perché un oratorio è chiamato anche cappella?

14 domenica Dic 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Curiosità, Reliquie

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Aachen, Aix-la-Chapelle, Amiens, Aquisgrana, Cappella Palatina, Carlo Magno, San Martino di Tours, Tours

– San Martino e il mendicante, 1597/1599, El Greco, National Gallery of Art, Washington D.C.

Il “responsabile” è San Martino di Tours. Martino era figlio di un veterano della guardia imperiale romana che, anche se non aveva ricevuto una formazione militare, nel 331 si dovette arruolare, per editto imperiale, dovuto alla condizione di suo padre. Era di origine della Pannonia (Ungheria), ma la sua famiglia fu trasferita a Pavia quando era ancora un fanciullo. Quando fu arruolato dovette trasferirsi da Pavia a Sabaria, l’attuale Amiens. Come possiamo apprendere dalla Legenda Aurea di Jacopo da Varagine, nel 335, all’età di circa 20 anni, un giorno d’inverno, durante una ronda, gli si fece incontro un povero seminudo. Martino prese la sua spada e divise in due parti la sua cappa: una parte la dette al povero e si coprì con l’altra1. La notte dopo gli apparve Cristo coperto dalla parte di cappa che era stata donata al povero. Quando Martino si risvegliò il suo mantello era integro. Martino si fece battezzare, si rifiutò a combattere e lasciò l’esercito.

– San Martino divide il suo mantello, Antoon Van Dyck, 1621, Royal Collection, Castello di Windsor, Regno Unito

Cominció una vita cristiana al fianco del suo maestro, il vescovo di Poitiers, dedicandosi al prossimo e diffondendo il cristianesimo. Dolpo un breve noviziato di vita eremitica nell’isola Gallinaria (Savona) Martino fondó due monasteri: Ligugé, il piu antico d’Europa, e Marmoutier, che diventerà, in seguito, un importante centro di vita religiosa. Fu quindi un pioniere nell’istituire quello che sarebbe diventato il monachesimo in Occidente. Fu poi nominato vescovo di Tours (371) e gli si attribuiscono molti miracoli. Martino s’impegnò nella lotta contro l’eresia ariana, condannata al I concilio di Nicea (325). Dopo la sua morte avvenuta nel 397 il culto per Martino venne diffuso, soprattutto per combattere disgrazie, molte delle quali venivano attrubuite all’eresia ariana. Il mantello miracoloso venne conservato come un cimelio ed entrò a far parte della collezione di reliquie dei re Merovingi e successivamente dei Franchi. I re merovingi di Francia erano soliti portare la reliquia della cappa nelle battaglie. Tale reliquia accompagnava i combattenti in guerra e in tempo di pace. Sulla «cappa» di San Martino, si prestavano i giuramenti più solenni. Clodoveo, re dei franchi, ebbe la meglio sui visigoti (507), che seguivano la dottrina ariana, e questo successo venne attribuito a la protezione di San Martino. A questo punto il culto cominció a diffondersi sempre di piú e ben presto divenne il patrono dei Franchi. La cappa che usavano i militari era corta, come quella di San Martino, e per questo veniva chiamata ‘cappella’. La reliquia fu portata poi all’oratorio palatino di Aquisgrana, adiacente al palazzo di Carlo Magno2, città che da questa prese il nome, Aix-la-Chapelle. Quest’oratorio è conosciuto come la Cappella Palatina, che deve questo nome proprio perché alberga la reliquia della cappa di San Martino, e le persone preposte alla sua custodia sono chiamati ‘cappellani’. E così si diffuse il nome di ‘cappella’ con il significato di ‘oratorio’, che sará applicato agli oratori di tutto il mondo.

– Cappella Palatina, Interno. Aquisgrana

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  1. Secondo una tradizione, successivamente incontrò un altro mendicante e gli regalò l’altra metà del mantello: subito dopo, il cielo si schiarì e la temperatura si fece più mite. Da qui nasce il detto “estate di San Martino”, che è un modo di dire popolare che indica un periodo di clima mite e soleggiato che si verifica intorno all’11 novembre, giorno in cui si celebra San Martino di Tours.
  2. Del complesso del palazzo di Carlo Magno oggi resta sola la Cappella Palatina, che è integrata nella cattedrale di Aquisgrana (Aix-la-Chapelle in francese, Aachen, in tedesco).

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Per saperne di piú sulla Cappella Palatina: Carlo Magno: un santo?

Guru Granth Sahib: El libro sagrado de los Sijs

25 sabato Ott 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Pellegrinaggi, Reliquie

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Amritsar, Chauri, Gurdwara, Guru Granth Sahib, Guru Nanak, Harmandir Sahib, Kachera, Kara, Kesh, Khalsa, Khanda, Kirpan, Langar, Nishan Sahib, Punjab, Sij, Sijismo

Guru Granth Sahib: Il libro sacro dei Sikh   –  Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Tras la predicación de Guru Nanak, en el siglo XVI, nació el sijismo en la ciudad de Kartarpur Sahib, Punjab, al noroeste de la India, y actualmente está extendido por todo el mundo con unos 28 millones de fieles, aunque la mayoría reside en el Punjab y en los países anglófonos. Las enseñanzas de su fundador, así como las de los nueve gurús que le sucedieron, están recogidas en el Guru Granth Sahib1, el libro sagrado de la comunidad.

El décimo y último de estos gurús, Guru Gobind Singh Ji, antes de morir, en 1708, decidió que el Guru Granth Sahib debía ser su sucesor, el próximo gurú, y por lo tanto, desde ese momento, el libro sagrado de los sijs² se considera como una persona, un gurú viviente, el último e imperecedero.

Este texto sagrado consta de 1430 páginas que recogen no solo las enseñanzas de sus diez gurús, sino también las de varios santos de otras religiones, entre ellas el hinduismo y el islam. Contiene alrededor de 3.380 himnos y más de 15.000 estrofas. Está escrito en hindi arcaico y la escritura utilizada es un alfabeto especial, llamado Gurmukhi, instituido por el segundo gurú. La primera versión del Guru Granth Sahib fue compilada en 1604 por el quinto gurú, Arjan Dev, mientras que la segunda y última versión fue obra del gurú Gobind Singh Ji y data de 1705. Fue llevado a Amritsar, al Templo Dorado, en el Punjab, capital del sijismo y también principal centro de peregrinación. 

En los templos sijistas (Gurdwara), en la parte más importante de la sala de oración (Darbar Sahib) hay una plataforma (manji), una especie de atril, cubierta por un dosel, decorada con materiales preciosos, donde se coloca el libro, envuelto en una tela preciosa, y por la noche se deposita ceremoniosamente en un repositorio cubierto con telas especiales decoradas. Cuando los fieles entran en la sala, se arrodillan o se inclinan ante el Guru Granth Sahib, se cubren la cabeza y se quitan los zapatos en su presencia. Mientras se lee el libro, se agita sobre él la pluma sagrada (Chauri), una especie de abanico hecho con pelo de caballo blanco o yak insertado en un mango de lana o plata.

– El Chauri se agita sobre el libro sagrado durante la lectura para evitar que se posen insectos o polvo sobre él.

La instalación y el transporte del Guru Granth Sahib están regulados por normas estrictas. En circunstancias ideales, se necesitan cinco sijs bautizados para trasladar el Guru Granth Sahib de un lugar a otro. En señal de respeto, se lleva sobre la cabeza y la persona camina descalza. Cada vez que un devoto lo ve pasar, se quita los zapatos y se inclina. La plataforma o trono en el que se sienta el libro sagrado es venerado como símbolo sagrado: ante él, los fieles depositan sus ofrendas en dinero o comida y nunca le dan la espalda.

– Guru Nanak Dev Ji, fundador del sijismo, con los nueve gurús que le sucedieron

El sijismo nace del deseo de su fundador de armonizar las dos religiones, el hinduismo y el islam, ya que la zona del Punyab era escenario de terribles enfrentamientos entre los hindúes locales y los musulmanes invasores del imperio mogol. Del hinduismo toma la creencia en la transmigración de las almas (Samsara) y los efectos de las acciones en las vidas sucesivas (karma). El objetivo final es romper el ciclo de renacimientos, excepto que la liberación no se ve como una anulación del yo, sino como una unión con Dios, que es Uno e indivisible, como el Dios de los musulmanes. Esta unión se consigue mediante la fe en Dios y el comportamiento recto. Y al igual que los musulmanes, los sijs creen que Dios creó el mundo y que Su voluntad lo gobierna todo. Un solo Dios, por lo tanto, llamado «Woheguru», que significa «Gran Maestro».

El código de conducta del sijismo prescribe que es necesario llevar una vida moral, controlar los cinco vicios3, prestar servicio a la comunidad y a los pobres, trabajar honestamente y compartir las ganancias, luchar con valentía cuando sea necesario, abstenerse de adorar ídolos y de prácticas supersticiosas, recordar al creador en todo momento4, seguir una dieta totalmente vegana y excluir el tabaco y el alcohol.  El «Amrit Sanchar», una especie de bautismo, es el rito que permite entrar en la comunidad de creyentes (Khalsa) cuando una persona considera que ha alcanzado la madurez espiritual adecuada. No es indispensable para ser sij, pero se considera un signo de dedicación total a la fe. La ceremonia es oficiada por cinco sijs bautizados. Desde el nacimiento, la terminación «Singh» (león) para los hombres y el nombre «Kaur» (princesa) para las mujeres indican la pertenencia al pueblo sij.

Los signos físicos de la fe son las llamadas 5 «k»:

1) Kesh (cabello largo recogido en un turbante, obligatorio para los hombres y a veces también utilizado por las mujeres);

2) kangha (el peine, signo de cabello recogido de forma ordenada, a diferencia del crecimiento «libre» y desordenado de los ascetas hindúes);

3) kara (una pulsera de hierro, que representa el control moral en las acciones y el recuerdo constante de Dios);

4) kachera (calzoncillos o pantalones cortos);

5) kirpan (espada ceremonial, que hoy en día se destaca como símbolo religioso de fortaleza y lucha contra la injusticia, no como arma)

– El Harmandir Sahib, también conocido como el Templo Dorado, es el santuario más importante de la religión sij (Amritsar, Punjab, India).

Todos los seres humanos son iguales ante Dios, por lo que no existe el sistema de castas. Existe una igualdad absoluta entre mujeres y hombres; es más, la mujer es una figura muy respetada por su papel en la familia y en la sociedad. Puede participar, practicar y oficiar servicios religiosos. La inexistencia del clero y de cualquier forma de ascetismo y mortificación del cuerpo, del celibato y del culto a las imágenes son otras características de esta religión, así como el reparto de bienes y la justificación de la «guerra santa» entendida como instrumento para combatir las injusticias.

Los numerosos santuarios sij se denominan «Gurdwara», es decir, «Templo del Señor», y están abiertos a todos, independientemente de su origen o religión. La única restricción es que los visitantes no deben beber alcohol, comer carne, fumar cigarrillos ni consumir otras drogas mientras se encuentren en el santuario. En todos los templos sij hay una zona donde se preparan y distribuyen comidas para todos los que las necesitan. Es el «Langar», o comedor comunitario. Una de las ceremonias fundamentales es la de consumir una comida en común como signo de adhesión a una vida de caridad y servicio. Se sienta en el suelo como signo de igualdad. Cada uno participa según sus posibilidades y recibe según sus necesidades. Es gratuito para todos.

El templo por excelencia es el santuario Harmandir Sahib en Amritsar, en el Punjab, también conocido como el «Templo Dorado» y que data del siglo XVI. Sus cúpulas y su techo en forma de loto invertido están recubiertos de láminas de oro. En el «Langar» de este templo se cocinan comidas para unas 100.000 personas al día. Centro político y religioso, además de comercial, el templo siempre ha sido escenario de innumerables conflictos. Fue ocupado y profanado por los afganos en 1756 y destruido en 1764. La última profanación tuvo lugar en 1984, cuando el ejército indio lo dañó gravemente bombardeándolo e incendiándolo debido a las diferencias entre el movimiento separatista sij y el Gobierno de Nueva Delhi, que se originaron cuando en 1947 se estableció la frontera entre la India y Pakistán, que dividió el Punyab en dos. Se sucedieron repetidos episodios de violencia hasta mediados de los años 90 del siglo pasado.

El símbolo más importante del sijismo es el «Khanda», que representa el poder creativo universal y toma su nombre de la espada de doble filo que se encuentra en el centro, símbolo del Conocimiento Divino; el círculo simboliza el infinito; las dos espadas exteriores representan el equilibrio espiritual y temporal del universo.

En cada templo se coloca una bandera amarilla, la Nishan Sahib, con el diseño del «Khanda».

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1.- «Gurú» significa maestro, guía espiritual; «Granth», libro; «Sahib» es un título honorífico, señor.

2.- «Sij» significa discípulo.

3.- Los cinco vicios son: lujuria, ira, apego, soberbia y avaricia.

4.- Recitar diariamente y repetidamente el Nombre del Señor (Nam), también a través del canto de himnos, es un precepto de extrema importancia para que el creyente alcance la liberación.

Le catacombe (6) – Le catacombe d’Italia

11 sabato Ott 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Reliquie, Storia

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catacombe, Catacombe di San Gennaro, Catacombe di San Giovanni, Catacombe di Santa Mustiola, Catacombe di Santa Sofia, catacombe di Santa Vittoria, Catacombe di Sant’Antioco

– L’apostolo Pietro accoglie il defunto Pascenzio e lo presenta a una terza persona. Affresco del V-VI secolo. Catacombe di San Gaudioso, Napoli

L’Italia, oltre a Roma, conserva numerose catacombe e complessi ipogei paleocristiani distribuiti soprattutto nelle regioni dell’Italia centro-meridionale, dove il cristianesimo si diffuse più rapidamente nei primi secoli. Nell’Italia settentrionale possiamo trovare diversi spazi ipogei, spesso assimilati a questi cimiteri, ma non catacombe vere e proprie, come per esempio a Ravenna (cripte sotterranee) o a Ivrea (cripte e necropoli paleocristiane) o addirittura ad Aosta (spazi sotterranei paleocristiani). In tutta l’Italia, escludendo Roma, si stima che ce ne siano almeno 70-100. Alcuni sono complessi estesi e documentati, altri piccoli ipogei locali o riutilizzi di necropoli preesistenti pagane, etrusche o romane. Ma la maggior parte sono cristiane. Alcune sono visitabili, altre chiuse o accessibili solo in giornate speciali.

Nei siti  misti o sincretici possiamo trovare stratificazioni religiose. Anche se in alcuni casi non è facile distinguere tra uso pagano e cristiano, soprattutto nei secoli di transizione (II–IV sec. d.C.) dove si possono trovare simboli ambigui (es. pavoni, anfore, riti funerari romani), affreschi sincretici (es. scene pastorali, banchetti), nella maggior parte dei casi il contenuto iconografico e le iscrizioni aiutano a identificarne la religione prevalente. Poi ci sono le catacombe ebraiche, fra le quali forse le piú famose sono quelle di Venosa, in Basilicata, scoperte nel 1853.

Oltre a quelli di Roma e del suo suburbio, i più notevoli cimiteri cristiani d’Italia sono quelli di Napoli e di Siracusa. Questi differiscono da quelli di Roma per essere stati in origine cave di pietra; la durezza della roccia ha talora permesso che assumessero dimensioni più vaste e comode in confronto di quelle necessariamente anguste dei cimiteri di Roma. Tuttavia il modo di seppellimento è identico, e i loculi e gli arcosolî di poco differiscono dalle forme usuali. Ma in Italia ce ne sono molti altri, importanti e degni di essere visitati. Citeremo qui di seguito alcuni fra i piú famosi, cercando di diversificare per regione.

Catacombe di San Gennaro – Napoli (Campania)

– La piú antica immagine di San Gennaro. V secolo – Catacombe di San Gennaro, Napoli

Site sulla collina di Capodimonte sono il piú importante monumento del cristianesimo a Napoli e risalgono al II-III secolo. Sono tra le piú grandi del sud d’Italia e sono estese su due livelli, con circa 5.600 metri quadrati scavati nel tufo, 2.000 loculi e 500 arcosoli. Quanto a iconografia e dimensioni sono paragonabili alle catacombe romane. Costituiscono il nucleo di questo vasto cimitero una tomba di un’antica famiglia in cui, dopo successive modifiche, nel V sec. d.C. furono traslate le spoglie di San Gennaro e una cripta del II secolo dove fu sepolto il vescovo di Neapolis, Agrippino. Sono ricche di affeschi e di sepolture episcopali. Notevole è un vasto triclinium le cui pitture pagane furono coperte con soggetti cristiani. Le gallerie del piano superiore hanno pitture di vario soggetto, notevoli fra le altre le visioni del Pastore di Erma, Tre fanciulli che costruiscono una torre, ecc. con raffigurazioni pagane e dipinti bizantini, e custodiscono le prime pitture cristiane del sud Italia. Durante la Seconda Guerra Mondiale vennero utilizzate come rifugio antiaereo per la popolazione. Sono visitabili con percorso guidato.  

Catacombe di San Giovanni – Siracusa (Sicilia)

– Basilica e catacombe di San Giovanni (esterno). Siracusa

Sono le più importanti catacombe cristiane della Sicilia e si trovano nel sottosuolo dell’antica Achradina, presso la Latomia dei Cappuccini, annessa alla chiesa di S. Giovanni, la cattedrale medievale siracusana. Risalgono al  III–IV secolo e dispongono di una ampia rete ipogea, con pianta a croce latina, formando una vera città sotterranea con grandi e piccoli ambulacri scavati nella roccia calcarea. Nelle intersezioni delle gallerie si notano grandi stanze con volta a botte, illuminate da ampî lucernari. La pianta è quasi perfetta, con un ampio decumano (galleria principale) dal quale si dipartono lateralmente gallerie, a loro volta intersecate da altre gallerie parallele al decumano. Questo fu ricavato da un antico acquedotto greco, le cui tracce sono visibili sulla volta. Inoltre dalla galleria si può accedere alle cinque tombe dei santi o dei martiri, zone più grandi, di forma circolare o quadrata, chiamate di Eusebio, di Adelfia, di Antiochia, delle Sette Vergini e Anonima. Le pareti delle gallerie, nelle quali si aprono le tombe arcuate, sono in più punti rivestite di stucco e adorne d’affreschi con i consueti simboli cristiani. Queste catacombe contengono la cripta di San Marciano, primo vescovo di Siracusa e, secondo la tradizione, avrebbe ospitato l’apostolo Paolo. Sono visitabili con percorso guidato.  

Catacombe di Santa Mustiola – Chiusi (Siena, Toscana)

– Catacombe di Santa Mustiola, Chiusi

Di un notevole valore storico e archeologico, sono le piú importanti, meglio conservate ed estese delle tre catacombe presenti nella Toscana. Risalgono al III secolo e furono scoperte accidentalmente del XVII secolo. Chiusi era un importante centro etrusco e nella zona oggi occupata dalle catacombe esistevano vari ipogei funerari scavati nel tufo, tipici estruschi. In età romana alcuni ambienti furono riadattati o ampliati. Poi, in epoca paleocristiana (III-V secolo), questi ipogei vennero, con nuove gallerie scavate, trasformati in catacombe cristiane. Anche se l’impianto visibile oggi è in gran parte frutto dell’epoca cristiana, in più punti si riconoscono riusi di spazi etruschi o romani preesistenti. Sono dedicate alla martire Mustiola, patrona di Chiusi, e probabilmente vi fu sepolta in origine. Si trovano a pochi kilometri da Chiusi, nel luogo dove sorgeva una basilica anch’essa dedicata alla martire. Si compongono di una serie di gallerie che si dipartono dall’ingresso. Due arterie principali presentano alle pareti una serie di simboli e incisioni: le tombe che vi si trovano sono in prevalenza loculi ed arcosoli tra cui un raro arcosolio polisomo destinato a più sepolture. L’intera area funeraria si sviluppa per oltre 200 metri. Il primo vescovo di Chiusi, Lucio Petronio Destro, fu sepolto nella cripta centrale dov’è presente un altare e numerose ed importanti iscrizioni. Con la definitiva distruzione della basilica nel XIX secolo, le spoglie della martire furono trasferite nella concattedrale di San Secondiano. Questo complesso catacombale fu utilizzato come luogo di sepoltura per circa centocinquant’anni, dal III secolo fino agli inizi del V secolo. Sono visitabili con prenotazione obbligatoria.

Catacombe di Santa Sofia – Canosa di Puglia (Barletta- Andria-Trani, Puglia)

– Cristogramma. Catacombe di Santa Sofia, Canosa di Puglia

Il complesso delle catacombe di Santa Sofia, anche conosciuto come il complesso di Lamapopoli, risale al III-V secolo ed è di grande interesse archeologico ricco di testimonianze artistiche, rituali e comunitarie. Si trova subito fuori Canosa di Puglia, lungo la strada statale verso Barletta. Queste catacombe rappresentano le uniche testimonianze di catacombe paleocristiane in Puglia, e sono tra le poche esistenti nell’Italia meridionale, oltre quelle di Napoli e Siracusa. Furono scoperte negli anni ’50 e si trovano su terrazzamenti di un costone roccioso sopra il torrente Lamapopoli. Il grande insediamento cimiteriale comprende ipogei autonomi, familiari e collettivi (almeno 15 identificati finora), scavati a diverse quote e ingressi, senza collegamenti interni. Sono differenziati per estensione, caratteristiche planimetriche e modalità di occupazione funeraria. È stato possibile finora approfondire l’indagine in cinque nuclei, mentre gli altri rimangono solo parzialmente visibili e percorribili. Vi si trovano decorazioni policrome e iscrizioni funerarie, alcune appena tracciate su intonaco fresco, tra cui monogrammi cristologici (come il Chi-Rho). L’area è collegata anche a una necropoli subdiale (sepolcri sopra terra) di età romana, attiva fino a età tardoantica. Diverse campagne di scavo sono state realizzate fra il 2016 ed il 2022 per la messa in sicurezza, restauro e futura apertura al pubblico. Attualmente non sono visitabili.

Catacombe di Sant’Antioco –  Sant’Antioco (Cagliari, Sardegna)

– Tomba di Sant’Antioco. Catacombe di Sant’Antioco, Cagliari

Utilizzate fra il II ed il VI secolo, dedicate al martire Antioco e si trovano nella piccola isola di Sant’Antioco, sudest della Sardegna. Sono il risultado del riutilizzo di preesistenti ipogei punici (IV-VI sec. a.C.) collegati fra di loro per creare un cimitero comunitario cristiano. Si accede alle catacombe dalla Chiesa. Si compongono di vari ambienti o camere. Il primo presenta un’abside e una volta appoggiata su sei colonne, con un sarcofago nel centro, attualmente trasformato in altare, che risulterebbe essere la tomba di sant’Antioco, attualmente vuota poiché nel 1615 il corpo del martire fu rimosso su indicazione dell’arcivescovo di Cagliari Francisco de Esquivel e attualmente si trovano in parte nella basilica sovrastante, e in parte a Cagliari ed altri luoghi. La tomba originale fu quindi distrutta in quell’occasione e fu poi ricostruita secondo le dimensioni della precedente. Un secondo ambiente, retrosanctos, si apre dietro il primo, ed era il luogo dove venivano sepolti i personoggi più eminenti della comunità cristiana che desideravano essere sepolti vicino al martire. Altri ambienti comprendono tombe altomedievali, arcosoli decorati con iscrizioni cristiane, affreschi e una rara tomba a baldacchino, databile tra il V e il VI sec. d.C., tradizionalmente indicata come il luogo in cui Sant’Antioco morì prima che fosse arrestato dai soldati romani. Un’antica tradizione ritiene che fosse un medico originario della Mauritania, esiliato in Sardegna dall’Imperatore Adriano per la sua attività di evangelizzazione che nonostante ciò continuò nel suo esilio. Il cristianesimo in Sardegna si diffuse precocemente, anche grazie ai damnati ad metalla, individui che vennero condannati ai lavori forzati nelle miniere dell’isola e anche nella zona del Sulcis-Iglesiente, fin dal II secolo d.C.  Nei secoli, intere generazioni hanno tramandato la devozione verso il Santo, rendendo questi luoghi il fulcro della cristianità in Sardegna. Oltre ai vari ambienti cristiani, nelle catacombe di Sant’Antioco esiste anche una parte pagana, dove sono presenti tombe intatte non utilizzate dai cristiani, con nicchie in cui erano posti anche gli effetti personali del defunto. I corpi erano solitamente seppelliti in una cassa di legno, avvolti da un lenzuolo. Le catacombe sono aperte al pubblico e sono l’unico complesso di questo tipo ancora visitabile in tutta la Sardegna.

Catacombe di Santa Vittoria – Monteleone Sabino (Rieti, Lazio)

– Affresco che rappresenta Santa Vittoria. Museo del Santuario di Santa Vittoria. Monteleone Sabino, Rieti.

Sono la parte storicamente ed archeologicamente più rilevante del santuario di Santa Vittoria, la chiesa patronale di Monteleone Sabino, e allo stesso tempo le più catacombe significative della Sabina. L’accesso è nella navata centrale della chiesa, attraverso una stretta porta. Sono databili tra il III e il V secolo. Questo ipogeo rurale, legato al culto della martire Sabina, è un esempio di cristianizzazione delle aree interne del Lazio. I numerosi loculi, arcosoli e cubiculi sono situati nelle diverse gallerie ricavate nel banco tufaceo e l’estensione complessiva dell’area è di circa 40 metri. L’architettura funeraria è particolare, essendo caratterizzata da ampie nicchie in mattoni e una serie di tombe costruite una sull’altra su vari piani paralleli. In alcuni ambienti si conservano ancora affreschi paleocristiani e iscrizioni latine. Secondo la tradizione Santa Vittoria, la patrona del paese, fu vittima delle persecuzioni di Decio (253 d.C.) e fu sepolta in questo luogo. Nella prima saletta all’interno si conserva un sarcofago marmoreo bianco, nel quale la tradizione vuole fossero deposte i resti della santa. Secondo una leggenda del V secolo (e quindi molto posteriore al martirio) Vittoria, col solo sostegno della sua fede, liberò la zona di Trebula Mutuesca1 da un drago che terrorizzava la popolazione, e a seguito di questo prodigio gli abitanti della città divennero cristiani. La notizia indusse un funzionario imperiale a tentare di convertire la giovane al culto di Diana e, di fronte al suo rifiuto, la condannò a morte. Le catacombe sono aperte al pubblico e visitabili solo con guida autorizzata e prenotazione.

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  1. – Nome dell’antica città romana situata sul territorio occupato oggi da Monteleone Sabino

Leggi anche: Le catacombe: Origine, sviluppo e declino, Le catacombe; Morfologia, Le catacombe: iconografia ed epigrafia; Le catacombe: il culto dei martiri; Le catacombe: Le catacombe di Roma; Le catacombe nel mondo

Prossimo articolo: Le catacombe del mondo

Le catacombe (5): Le catacombe di Roma

11 giovedì Set 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Arte, Reliquie, Storia

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Catacombe cristiane, Catacombe dei Santi Marcellino e Pietro, Catacombe di Domitilla, Catacombe di Priscilla, Catacombe di San Callisto, Catacombe di San Sebastiano, Catacombe di Sant’Agnese, Catacombe di Vigna Randanini, Catacombe ebraiche, Ipogei degli Aureli, Ipogeo di Via Dino Compagni, Ipogeo di Via Livenza

– Tre giovani nella fornace. Cappella greca, II secolo – Catacombe di Priscilla

Nel sottosuolo di Roma esistono una sessantina di catacombe, delle quali la grandissima maggioranza cristiane. Nientedimeno che 150 – 170 km di gallerie distribuite su piú livelli, fino a 4 o 5 in alcuni casi. Il periodo di utilizzo fu dal II al V secolo.

Quelle di certa o probabile attribuzione alla comunità cristiana rappresentano circa il 90% del totale e sono poste sotto la custodia e l’autorità della Pontificia Commissione di Archeologia Sacra, in ottemperanza a quanto stabilito nel 1929 dai Patti Lateranensi tra lo Stato Italiano e la Santa Sede. Solo poche sono aperte al pubblico. Si svilupparono lungo le principali vie consolari, fuori le mura, secondo le consuetudini e le leggi che imponevano, per motivi igienici, di seppellire all’esterno delle aree abitate.

È importante tenere presente che le catacombe non presentano uniformità né nelle dimensioni né nella morfologia, poiché queste caratteristiche sono soprattutto condizionate dalle diverse fasi del loro sviluppo: le piú antiche hanno ben poco in comune con le ampie catacombe che, tra il IV e il V secolo, divennero i cimiteri ufficiali della Chiesa di Roma.

Le cinque più importanti aperte al pubblico sono quelle di Priscilla, di San Callisto, di San Sebastiano, di Domitilla e di Sant’Agnese. Molto interessanti sono anche quelle dei Santi Marcellino e Pietro, aperte i fine settimana o su prenotazione. Un buon numero sono visitabili su richiesta per motivi di studio, molte altre, invece, sono inaccessibili.

Qui di seguito daremo alcuni cenni sulle sei citate, con il link al sito ufficiale di ciascuna di esse per maggiori approfondimenti.

Catacombe di Priscilla

– Criptoportico – Catacombe di Priscilla

Le catacombe di Priscilla, sulla via Salaria, sono il piú antico dei cimiteri cristiani di Roma. Devono il nome a una ricca romana che offrí terreni alla comunità cristiana. Sono famose perché albergano, fra altre importanti pitture, la piú antica immagine della Vergina Maria un affesco della prima metà del III secolo che raffigura la Vergine con il bambino, con vicino un profeta (Balaam o forse Isaia) che indica una stella. Tre ipogei anteriori alla liberalizzazione del culto formano il nucleo primitivo di questo cimitero, fra i quali la Cappella Greca (con diversi ornamenti e varie scene bibliche) e il Criptoportico. Quest’ultimo è costituito da una serie di pilastri che sorreggono delle volte a crociera che appartennero ad una villa del I o II secolo. Molto interessante è anche il ‘cubiculo della Velatio’ con diverse scene bibliche. Nel corso del IV secolo la catacomba assume grandi dimensioni e diviene uno dei più importanti cimiteri della comunità cristiana.

Catacombe di San Callisto

– Pane e pesce eucaristico. Cripta di Lucina, III secolo – Catacombe di San Callisto

Si trovano sulla Vía Appia Antica e sono tra le piú grandi e le piú importanti di Roma, con circa 20 km di gallerie su diversi livelli. In esse trovarono sepoltura decine di martiri e sedici pontefici.  Prendono nome dal diacono Callisto che, all’inizio del III secolo, fu preposto da Papa Zefirino all’amministrazione del cimitero e così le Catacombe di San Callisto divennero il cimitero ufficiale della Chiesa di Roma. La Cripta dei Papi è il luogo più sacro ed importante di queste catacombe e la cripta di Santa Cecilia, patrona della musica, forse il piú emotivo, con la famosa statua1, di Stefano Maderno del 1599, della giovane romana martirizzata.

Catacombe di San Sebastiano

– Statua di San Sebastiano, 1671 – Giuseppe Giorgetti – Basilica si San Sebastiano fuori le mura

Questo luogo, che era un avvallamento per estrarre pozzolana, ha dato origine al nome di ‘catacombe’2, che prima si chiamavano cimiteri. Inoltre, queste catacombe sono legate alla memoria dei santi Pietro e Paolo3, ricordati soprattutto dai circa seicento graffiti, risalenti alla seconda metà del III secolo, con invocazioni ai due apostoli e con ripetute memorie di refrigeria svolti in loro onore. Il nome viene dalla basilica, eretta sul cimitero, e ricorda il martirio di San Sebastiano. Il sepolcro del santo venne posizionato al centro di una grande cripta e diventò presto oggetto di venerazione. Le sue spoglie, dopo vari spostamenti, sono in una cappella della basilica, sotto l’altare a lui intitolato, dove possiamo anche ammirare la statua del suo corpo giacente realizzata nel 1671 da Giuseppe Giorgetti, uno dei migliori alunni di Bernini.

 Catacombe di Domitilla  

– Amore e Psyche. Ipogeo dei Flavi, III secolo, catacombe di Santa Domitilla

Si trovano nei pressi della via Ardeatina e prendono il nome da Flavia Domitilla, nipote dell’imperatore Domiziano, fine I secolo d.C., che cedette il terreno. È la più vasta di Roma insieme a quella di San Callisto. Nella sua fase iniziale accolse non solo sepolture cristiane, come lo dimostrano alcuni ipogei pagani, come l’ipogeo dei Flavi con il cubicolo di Amore e Psyche, del III secolo, con dipinti relativi a questo mito. I martiri associati a questa catacomba sono i soldati Nereo e Achilleo, ricordati nella basilica omonima4 e le cui reliquie si trovano nell’altare maggiore. Nella basilica, che forma un unico complesso con le catacombe, possiamo ammirare magnifici affreschi e mosaici.

Catacombe di Sant’Agnese   

– La magnifica chiesa paleocristiana di Sant’Agnese fuori le mura. Nel catino absidale il mosaico ricorda la martire e l’affresco al di sopra dell’arco una scena del suo martirio

Le catacombe di Sant’Agnese (nelle quali fu sepolta la martire omonima), risalgono agli inizi del III secolo. Si trovano sulla via Nomentana, zona che già dai secoli primo e secondo era ricca di sepolture. Inseme alla basilica del VII secolo semi-ipogea intitolata alla martire, al mausoleo di Santa Costanza (figlia di Costantino il grande), e i resti di una grande basilica cruciforme di epoca costantiniana (secolo IV) costituiscono un eccezionale complesso archeologico-artistico, chiamato Sant’Agnese fuori le Mura. Le reliquie della giovanissima martire si trovano in una cripta in corrispondenza con l’altare maggiore della basilica, nel cui catino absidale possiamo ammirare un magnifico mosaico dedicato alla martire. Queste catacombe sono piú raccolte, ma molto suggestive, e inoltre poco turistiche.

Catacombe dei Santi Marcellino e Pietro 

– Daniele nella fossa dei leoni – III-IV sec. – Catacombe dei Santi Marcellino e Pietro

Le Catacombe dei Santi Marcellino e Pietro sulla Casilina, note anche come Catacombe di Sant’Elena o Catacombe di San Tiburzio, si svilupparono tra il II e il III secolo d.C. L’ingresso si trova presso la chiesa dei Santi Marcellino e Pietro ad Duas Lauros che, insieme al mausoleo di Sant’Elena5, ad una basilica imperiale oggi sepolta, e ai resti di un antico sepolcreto appartenuto agli Equites Singulares (la guardia del corpo personale dell’imperatore), formavano un complesso chiamato “Ad duas lauros” (“ai due allori”), forse a causa della presenza di due alberi di alloro nei pressi del sito. Oggi questo complesso monumentale, di straordinario valore, è composto dalle catacombe, dal mausoleo di San’Elena e dalla chiesa. I Ss. Marcellino e Pietro, l’uno presbitero e l’altro esorcista, furono martirizzati all’epoca delle persecuzioni di Diocleziano e poi sepolti in queste catacombe presso il martire Tiburzio, figlio di Cromazio prefetto di Roma. I corpi dei due santi rimasero nella cripta sotterranea fino all’anno 826, quando furono rimossi e trasportati in Germania, dove ancora si venerano.

Catacombe ebraiche e ipogei semipagani

– Lapide sepolcrale – Catacombe di Vigna Randanini

Le catacombe ebraiche a Roma rappresentano una testimonianza straordinaria della comunità ebraica nella città eterna.  Rispetto ad altre catacombe della città queste sono state scoperte relativamente di recente. Questi cimiteri hanno in generale la stessa forma di quelli cristiani. Si distinguono tuttavia per i simboli giudaici tracciati sulle lastre tombali (candelabro a sette braccia, corno dell’unzione, ecc.). Inoltre nella maggioranza dei casi i loculi, ossia le tombe, sono disposti in modo perpendicolare alla galleria. Le iscrizioni sono in greco e in latino; rarissime quelle in ebraico. Il periodo di utilizzo fu fra il II ed il IV secolo.

Fra queste, forse la piú importante è quella di Vigna Randanini6, nella zona dell’Appia Antica, scoperte verso la fine del XIX secolo. Sempre nella stessa zona, ci sono quelle di Vigna Cimarra. Altre catacombe si trovano nella zona della Via Casilina, nella Vigna Apolloni, e altre ancora sono quelle di Monteverde, vastissime, e poi quelle di villa Torlonia, in Via Nomentana, le ultime ad essere state scoperte (1919).

Vi sono anche importanti ed interessanti ipogei, generalmente privati, perché furono di proprietà di una o piú famiglie, con pitture che in alcuni casi sono ispirate all’ecletticismo delle varie sette gnostiche, alcune di queste molto potenti nella Roma del III secolo. Fra questi citiamo l’ipogeo degli Aureli, in Viale Manzoni. Poi quello di piú recente scoperta (1956) l’Ipogeo di via Dino Compagni, conosciuto anche come ‘Catacombe di Via Latina’, un complesso funerario sotterraneo di età tardo-antica, con decorazioni miste cristiane e pagane, con piú di 100 affreschi, chiamato anche la Sistina del sottosulo romano. Per ultimo, citeremo l’Ipogeo di Via Livenza, con interessantissimi affreschi con simbologie che rivelano sincretismo tra elementi cristiani e pagani.  

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1.- Si tratta di una copia. L’originale è nella basilica omonima a Trastevere così come le spoglie della martire, inizialmente sepolta nelle catacombe.

2.- La teoría piú accettata è che il termine derivi dal greco ‘katà’, sotto, presso, e ‘kymbe’ avvallamento, cavità, quindi ‘presso l’avvallamento’.

3.-  I corpi di San Pietro e San Paolo furono trasferiti dalle loro rispettive sepolture e nascosti temporaneamente in questo cimitero nel 258 sotto la persecuzione di Valeriano. Per ulteriori approfondimenti invito alla lettura dei segunti articoli: Le reliquie di San Pietro e Le reliquie di San Paolo

4.- Questa chiesa, intitolata ai martiri Nereo e Achilleo è anche detta ’in fasciola’, ossia, ‘benda’ in latino. Ricorda quando San Pietro scappò dal carcere Mamertino per uscire dalla città. La grossa catena che gli era stata messa intorno alla caviglia aveva lasciato una ferita sulla quale aveva posto una benda. Quando arrivò nei pressi della zona che ora occuapano le Terme di Caracalla, che allora ancora non esistevano, la benda si sciolse e cadde. Sarebbe stata raccolta da una matrona romana che l’avrebbe conservata a casa sua. Questa casa cominciò subito a chiamarsi Titulus fasciole e, nel IV secolo, sullo quello stesso luogo venne costruita l’attuale chiesa intitolata ai martiri Nereo e Achilleo, detta appunto ‘in fasciola’, dove è ancora conservata questa reliquia.

5.- L’imperatrice Elena, Sant’Elena, fu la madre dell’imperatore Costantino, e si convertì al cristianesimo. Invito alla lettura dell’articolo “Sant’Elena: le peripezie delle spoglie di un’imperatrice” e anche “’Storia della Vera Croce’ di Antoniazzo Romano”. Quest’ultimo narra come Elena scoprì la Vera Croce.

6.- Le catacombe di Vigna Randanini solo visitabili su richiesta. Le altre sono inaccessibili o visitabili son con un permesso speciale.

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Leggi anche: Le catacombe; origine, sviluppo e declivo; Le catacombe: morfologia; Le catacombe: iconografia ed epigrafia; Le catacombe: il culto dei martiri; Le catacombe d’Italia; Le catacombe nel mondo

Prossimo articolo: Le catacombe del mondo

San Luis de los Franceses: ¡más allá del desmembramiento!

23 mercoledì Lug 2025

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Acropolium, Cardinal Lavigerie, Carlos de Anjou, Catedral de Monreale, Luis IX de Francia, Margarita de Provenza, Mos Teutonicus, Museo Nacional de Cartago, Octava Cruzada, Padres Blancos, reliquias, Saint Denis, Sainte Chapelle, San Luis de los Franceses, Séptima Cruzada

San Luigi dei Francesi: altro che smembramento!!  Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Luis IX (1214-1270) fue un rey muy religioso, probablemente el más piadoso y devoto de todos los reyes de Francia. Es conocido, entre otras cosas, por haberse llevado a casa la Corona de Espinas y otras preciadas reliquias, y por haber mandado construir un templo digno para conservarlas: la Sainte-Chapelle, una obra sublime del arte gótico1.

Pero también fue protagonista de la Séptima y la Octava Cruzada. La Séptima Cruzada fue el resultado de una promesa que hizo el rey si sanaba de una grave enfermedad que sufrió en 1244, ya que justo ese año Jerusalén volvió a caer. Partió en 1248, llegando por mar a Egipto. Sin embargo, en 1250 fue hecho prisionero por los musulmanes, quienes lo retuvieron durante un mes, y fue liberado gracias a que su esposa, la reina Margarita de Provenza, pagó un alto rescate. Tuvo que regresar a casa sin haber logrado los objetivos esperados. No satisfecho, algunos años después lo intentó de nuevo: en 1269 partió para la Octava Cruzada. Esta vez decidió cambiar de estrategia: aconsejado también por su hermano Carlos de Anjou, en ese momento rey de Nápoles y Sicilia, desembarcarían en Túnez, donde reunirían las tropas y fondos necesarios para luego dirigirse a Egipto de manera más segura. Lo que no sabían era que en Túnez había una epidemia de disentería, y el mismo rey Luis IX fue contagiado, muriendo en pocos días. Fue en Cartago, el 25 de agosto de 1270.

– San Luis en su lecho de muerte. Les Chroniques de France ou de Saint-Denis, entre 1332 y 1350. Mahiet, Maître du Missel de Cambrai – Royal 16 G VI – f. 444v. British Library

Ahora el problema era cómo repatriar el cuerpo del rey, que por tradición debía ser sepultado en la iglesia de Saint-Denis en París, lugar destinado al descanso eterno de los reyes de Francia, como también era la voluntad de su hijo y sucesor, Felipe III el Atrevido. No era un problema menor, teniendo en cuenta que el viaje era larguísimo. Carlos de Anjou, por su parte, deseaba que fuera sepultado en la catedral de Monreale, en Sicilia (además muy cerca de Túnez), y así aumentaría su prestigio, al poder presumir de tener un santo más en su reino, que además era de su misma sangre. Y sí, todos desde hacía tiempo daban por hecho que Luis IX sería santificado.

 – Capilla dedicada a San Luis, erigida sobre la colina de Byrsa, Cartago, donde murió el rey. Fue demolida en 1950

Vista la diferencia de opiniones y las dificultades materiales para transportar el cuerpo tal cual, llegaron a un acuerdo de compromiso: para Francia, los huesos; para Monreale, las vísceras y la carne. En cuanto al corazón, hablaremos de él más adelante. Entonces tuvieron que recurrir al ‘Mos Teutonicus’, literalmente la “Costumbre Germánica”, que se utilizaba en Europa en la Edad Media justamente para transportar higiénicamente los cuerpos de personas de alto rango que morían lejos de su patria, mientras que los ingleses y franceses preferían la embalsamación. El proceso consistía en desmembrar el cuerpo, separar las vísceras y el corazón, y hervir los pedazos en agua y vino durante varias horas hasta que la carne se separara fácilmente de los huesos. Tanto la carne como los órganos internos podían ser enterrados de inmediato o conservados en sal, como la carne animal, si también se deseaba transportarlos2.

 – Ex catedral de Cartago, Túnez, ahora centro cultural, conocida con il nombre de Acropolium

Así que los huesos de nuestro devoto rey, bien limpios y relucientes, comenzaron el viaje hacia París, escoltados por una gran comitiva real. El 14 de noviembre de 1270 desembarcaron en Trapani para continuar el largo viaje que, atravesando el estrecho de Messina, debía recorrer toda Italia y parte de Francia. El cortejo fúnebre llegó a París el 21 de mayo de 1271. Los restos de Luis IX fueron expuestos en la catedral de Notre Dame y el 23 de mayo de 1271 se celebró el funeral en Saint-Denis.

 – Estatua del rey Luis IX. Museo Nacional de Cartago (Túnez)

Si ya antes de morir era ‘vox populi’ que el soberano sería canonizado, los milagros ocurridos durante el largo viaje de regreso a Francia no hicieron más que reforzar la idea generalizada de que realmente era un santo. De hecho, estos milagros comenzaron ya con la llegada de los restos a Sicilia —de los cuales la Santa Sede reconoció dos—, luego ocurrieron otros tres en el norte de Italia, y empezaron a multiplicarse en Saint-Denis. Pero a pesar de las fuertes presiones ejercidas tanto por la corona francesa como por diversas órdenes religiosas y el pueblo, la tan esperada canonización tardó 27 años, y fue anunciada solemnemente por Bonifacio VIII el 4 de agosto de 1297, y sancionada definitivamente el 25 de agosto, aniversario de su muerte. Un año después, el 25 de agosto de 1298, en Saint-Denis, en una ceremonia presidida por el rey Felipe IV (Felipe el Hermoso, hijo de Felipe III), los huesos del santo fueron depositados en un cofre relicario y colocados detrás del altar.

– Cenotafio del rey Luis IX. Museo Nacional de Cartago, Túnez

En la Edad Media, las reliquias eran consideradas grandes tesoros y muy a menudo se utilizaban como obsequios e incluso para sellar alianzas. Felipe el Hermoso envió muchas reliquias de su abuelo, grandes o pequeñas, a varias iglesias de Francia, sobre todo a la Sainte-Chapelle, donde en 1305 envió casi todo lo que quedaba de ellas, incluido el cráneo (importantísimo), a pesar de la oposición de los monjes de Saint-Denis, que no pudieron hacer nada frente a la imposición del papa, que avalaba la decisión del rey. Los monjes tuvieron que conformarse con los dientes y la mandíbula, y para dar un poco más de importancia a las reliquias que les quedaban, mandaron construir un hermoso relicario que fue inaugurado solemnemente en 1307. Con el paso de los años, muchas partes de los huesos fueron donadas en pequeños fragmentos, también por reyes posteriores, a diversos monarcas europeos —como por ejemplo a Carlos IV (gran coleccionista de reliquias3)— o a monasterios de diferentes congregaciones religiosas. Así continuó hasta la Revolución Francesa, y las pocas reliquias que quedaban fueron dispersadas o destruidas. Solo se salvaron las que se conservaban en Saint-Denis y, naturalmente, las de Monreale.

– Altar dedicado a Luis IX, donde fueron depositadas las vísceras del rey. Catedral de Monreale, transepto izquierdo

En cuanto al corazón, hubo quienes sostenían que había sido llevado a París junto con los huesos y luego a Notre Dame junto con el cráneo; otros, en cambio, creían que había permanecido en la catedral de Monreale junto con las vísceras, en el altar dedicado al santo, situado en el transepto izquierdo. Luego, en 1803, se encontró en la Sainte-Chapelle una caja de plomo que contenía otra caja, en forma de corazón, con un corazón humano envuelto en una tela de lino, que fue atribuido inmediatamente al santo. Sin embargo, el hallazgo no fue hecho público. Se mandó hacer otra caja de estaño y el corazón fue devuelto al lugar donde se había encontrado, ya que la situación política aún no era “favorable”. Algunas décadas después, en 1843, durante unos trabajos, la caja fue hallada de nuevo. Esta vez se realizaron investigaciones minuciosas, pero se demostró que el corazón encontrado no podía atribuirse al rey.

– Relicario que contenía las vísceras del rey Luis IX. Tesoro de la catedral de San Vicente de Paúl y Santa Oliva, Túnez. el relicario, alto 2,20 m., es de bronce dorado. Los dos ángeles sostienen una miniatura de la Sainte Chapelle, que custodiaba las reliquias del rey.

Las vísceras (y por tanto también el corazón), como se mencionó antes, fueron llevadas a Monreale por Carlos de Anjou y permanecieron allí hasta 1860, cuando Garibaldi y sus Mil desembarcaron en Sicilia y expulsaron al último rey Borbón, Francisco II de las Dos Sicilias. Este se llevó consigo las preciosas vísceras durante su exilio por Europa: Roma, Múnich, Bélgica, Francia, Austria… Murió en el Tirol austriaco en 1894. Sin embargo, dejó las reliquias al cardenal Lavigerie, fundador de los Padres Blancos, con el deseo de que fueran llevadas a su catedral de Cartago, de modo que regresaran al lugar desde donde el rey partió hacia su última morada. Las vísceras del rey, a las que el cardenal añadió una pequeña parte del cráneo, fueron colocadas en un magnífico relicario realizado por un orfebre de Lyon y llevadas de nuevo a Túnez por el mismo Lavigerie.

– Relicario que contiene las vísceras y un fragmento del craneo del rey Luia IX. Catedral de Versailles

Esta catedral, dedicada a San Luis y construida entre 1884 y 1890, desde 1964 ya no está destinada al culto y actualmente se utiliza como sala para conciertos y otras actividades culturales; también es conocida con el nombre de Acropolium. No lejos de la catedral ya existía una capilla dedicada al rey santo, construida en 1845 en la colina de Byrsa, en el lugar donde murió. La capilla fue edificada con el propósito de celebrar la memoria del rey cada 25 de agosto, fecha de su muerte, y también como lugar de oración para los marineros franceses. La capilla fue definitivamente cerrada en 1943 y demolida en 1950. Pero el recuerdo de este rey está siempre muy presente en Túnez. De hecho, en el jardín del Museo Nacional de Cartago, que se encuentra junto a la catedral, en el lugar que anteriormente ocupaba el seminario de los Padres Blancos, se puede ver el cenotafio de San Luis y también una estatua dedicada a él.

 – Catedral de Monreale. Altar de plata de Luigi Valadier (1771). San Luis IX es el primero de la izquierda, seguido por San Castrense, San Pablo, San Pedro, San Benito de Nursia y Santa Rosalía.

En 1964, las reliquias del rey fueron llevadas a la iglesia de Santa Juana de Arco de Túnez, donde permanecieron hasta 1985, año en el que el arzobispo de la ciudad las donó al obispo de Saint-Denis, quien las depositó en el oratorio episcopal. En 1999, las reliquias realizaron otro viaje: fueron llevadas a Saint Louis, Misuri, para ser expuestas a la veneración de los fieles estadounidenses. En 2011 fueron trasladadas a la catedral de Saint Louis de Versalles, parroquia originaria del rey, donde se encuentran actualmente.

El valioso relicario, que quedó vacío en Túnez desde 1996, está expuesto en el tesoro de la catedral de San Vicente de Paúl y Santa Oliva, la actual catedral católica de Túnez.

En la catedral de Monreale, el recuerdo del rey santo está siempre presente, no solo con el ya mencionado altar del transepto izquierdo a él dedicado y con una de las estatuas del altar mayor que representa a este rey, sino también porque cada 25 de agosto se celebran actos en sufragio de San Luis IX, Rey de Francia, en conmemoración de su muerte.

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1. Invito a la lectura del artículo “La corona de Espinas y la Sainte Chapelle”

2. El Mos teutonicus fue abolido por el papa Bonifacio VIII en 1300 mediante su bula De sepulturis

3. Invito a la lectura del artículo ‘Los soberanos coleccionistas de reliquias’

4. Según el sitio oficial de la Catedral de Monreale, las reliquias del rey (las vísceras y el corazón) se encontrarían en una caja-relicario dentro del altar de la capilla que le está dedicada.

Para saber más:

–  J. Le Goff, “Nous irons à Jérusalem!” Saint Louis sur son lit de mort à Tunis, 1270 , en : P. Gueniffey, Les derniers jours des rois, Perrin, Paris 2014

–   V. Lucherini, Smembrare il corpo del re e moltiplicare le reliquie del santo: il caso di Luigi IX di Francia, en: CONVIVIUM. – ISSN 2336-3452. – I:1(2014), pp. 88-101.

Le catacombe (1) – Origine, sviluppo e declino

09 venerdì Mag 2025

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Antonio Bosio, catacombe, Giovan Battista de Rossi, Incursioni barbare a Roma, martiri, papa Pasquale I, papa Zefirino, Persecuzioni

– Catacombe di Commodilla, IV secolo

Le catacombe cominciarono ad essere così chiamate nel III secolo d.C. sotto Diocleziano. E fu precisamente in occasione della sepoltura di San Sebastiano, dopo il suo martirio. Infatti fu portato in un cimitero fra il secondo ed il terzo miglio della Via Appia che precedentemente era un avvallamento usato dai romani per estrarre pozzolana.

Quindi pare che il termine derivi dal greco ‘katà’, sotto, presso, e ‘kymbe’ avvallamento, cavità, quindi ‘presso l’avvallamento’. Però è pure vero che ‘kymbas’ vuol dire anche piccole barche. Quindi in quei paraggi doveva esserci una qualche rappresentazione di due o più barchette. Forse un’osteria con quest’insegna. Il termine, pertanto, potrebbe significare ‘presso le barchette’.

Precedentemente si usava il termine cimitero (applicabile sia ai cimiteri sotterranei che a quelli sopra terra), dal greco ‘koimētérion’ (dormitorio) derivato dal verbo ‘koimáō’, ossia “dormire”, “riposare”, per sottolineare il fatto che per i cristiani la sepoltura è solo un momento temporaneo, in attesa della resurrezione finale.

In ogni caso il termine ‘catacombe’, che poi è stato applicato a tutti i cimiteri sotterranei cristiani e non, ha origine proprio in questo luogo della Via Appia, nelle catacombe prima ricordate per la memoria degli Apostoli Pietro e Paolo1 e poi definitivamente chiamate di San Sebastiano, che sono quasi adiacenti alle famose catacombe di San Callisto.

Catacombe ebraiche di Vigna Randanini, Roma
– Catacombe ebraiche di Villa Torlonia, Roma, II secolo – Affreschi con simboli ebraici

Ma facciamo un passo indietro perché è bene ricordare che questi cimiteri sotterranei non erano stati creati dai cristiani né essi ne facevano un uso esclusivo. Ne esistono anche di altre religioni. I primi ad usarli a Roma furono gli ebrei, perché rispondevano anche alla necessità di questa religione, come quella cristiana, di inumare i defunti perché rifiutavano la cremazione. Immediatamente dopo il primo periodo delle origini cristiane vi fu una netta separazione tra i sepolcreti ortodossi e quelli eretici. Ciò risulta evidente dalla presenza di affreschi o iscrizioni che escono dal ciclo iconografico che comunemente si ritrova nelle catacombe.

Ci sono anche i cimiteri sotterranei, chiamati sincretistici, appartenuti a pagani che accolsero dèi di altre religioni, oppure cristiani ancora inquinati di paganesimo. E poi ipogei più o meno vasti creati dagli Etruschi, dai Sabini e dagli stessi Romani, per restare nell’ambito romano e laziale.

– Catacombe di San Callisto, II secolo

Le catacombe erano anche la soluzione all’elevato costo dei terreni e la gran densità della popolazione, e ciò fu possibile perché a Roma il suolo è fatto soprattutto di tufo, un materiale molle, facile da scavare. Roma era quindi circondata da questi cimiteri (che ormai la città ha incorporato), perché la legge proibiva le sepoltura dei defunti dentro il recinto urbano. Molti terreni fuori porta furono comprati da persone danarose convertite al cristianesimo e poi destinati a cimiteri. Le catacombe furono poi usate anche come luogo per celebrare i riti funebri, gli anniversari dei martiri o, durante le persecuzioni, per celebrare l’eucarestia. I romani le conoscevano benissimo, anche se la ricca filmografia holliwoodiana, che ha origine in antiche credenze popolari, ci ha fatto credere che le catacombe erano un luogo segreto, dove i cristiani si nascondevano.

Le catacombe (o cimiteri con questa tipologia) si svilupparono soprattutto a Roma, circa sessanta, e altrettante nel Lazio. Ma ne esistono anche in altre città italiane e della conca del Mediterraneo, soprattutto dove ci sono terreni tufacei, cioè centro e sud Italia e nelle isole. Ma anche in altri paesi. In Italia, le catacombe si trovano soprattutto al sud, dove la consistenza del terreno è più tenace e, allo stesso tempo, più duttile allo scavo. La catacomba più a nord si trova nell’isola di Pianosa. Altre catacombe si trovano in Toscana (Chiusi), Umbria (presso Todi), Abruzzo (Amiterno, Aquila), Campania (Napoli), Puglia (Canosa), Basilicata (Venosa), Sicilia (Palermo, Siracusa, Marsala e Agrigento), Sardegna (Cagliari, S. Antioco). Nella conca del Mediterraneo, i cimiteri sotterranei più a sud si trovano in Nord Africa, soprattutto ad Hadrumetum in Tunisia.

– Catacombe dei Santi Marcellino e Pietro, II secolo

I cristiani cominciarono a usarle a partire dal II-III secolo d.C. con il pontificato di Papa Zefirino (199-217), che affidò al diacono Callisto, futuro pontefice, il compito di sovrintendere al cimitero ufficiale della Chiesa romana sulla via Appia, dove sarebbero stati sepolti i pontefici del III secolo. Prima di questa data, venivano seppelliti in cimiteri comuni, usati anche dai pagani, oppure in terreni privati intorno a sepolcri di famiglia di cristiani abbienti che poco a poco furono ampliati ad altri cristiani di famiglie più modeste. A questo periodo si riferiscono i nomi di alcuni cimetri o catacombe che ricordano i proprietari, i benefattori, come le catacombe di Priscilla o di Domitilla. I cimiteri sopra terra, o subdiali, occupavano un’area ben definita e recintata sotto la vigilanza e cura di un custode. I corpi, di regola, venivano orientati ad est. Le tipologie di sepolture potevano essere di diverso tipo: da quelle più lussuose (sarcofagi) a quelle più modeste, come i semplici monoliti.

Si può credere che fin dall’origine i cimiteri fossero messi in relazione con i luoghi di riunione presenti all’interno della città (domus ecclesiae), come avvenne certamente nel sec. IV, quando furono costituiti i titoli2. Nel sec. III, essendo divenuto grandissimo il numero dei cristiani, fu necessario avere dei cimiteri comuni, che furono sempre più grandi. I cimiteri privati continuarono tuttavia ugualmente, e restarono in uso anche durante le persecuzioni di Valeriano e Diocleziano, quando quelli comuni furono confiscati.

– Basilica di Santa Pudeziana, Roma, costruita sulla casa del senatore Pudente, che si trova nove metri sotto la basilica. Questa casa divenne una ‘domus ecclesiae‘ nel I-II sec e succesivamente uno dei 25 titoli di Roma, il ‘Titulus Pudenti‘. Secondo la tradizione, San Pietro fu ospitato in questa casa
– Basilica di Santa Pudenziana. Mosaico absidale

Le catacombe come cimiteri vennero usate fino al V secolo, quando la Chiesa ritornò a seppellire esclusivamente sopra terra o nelle basiliche dedicate a martiri importanti. Questo cambiamento concorda con la libertà di culto decretata nel 313 con l’Editto di Costantino, e soprattutto col trionfo definitivo del cristianesimo nel 394, dopo le leggi di Teodosio3. Sui cimiteri furono allora costruite in Roma delle basiliche, o si trasformarono in chiese le cripte sotterranee.  Da questo momento in poi, e fino all’800 circa, le catacombe cominciarono ad essere considerate come dei luoghi santi, autentici santuari dove i cristiani potevano visitare le tombe dei martiri uccisi durante le persecuzioni.

Nel VI secolo i papi Vigilio e Giovanni III restaurarono le catacombe dopo i danni causati dalla guerra greco-gotica. Altri lavori di restauro furono effettuati dai papi Adriano I e Leone III in seguito all’incursione dei Longobardi di Astolfo del 756 e quella dei Saraceni dell’846, che provocarono gravissimi danni, aggravati anche dal “lavoro” dei saccheggiatori4. Gli ultimi lavori di restauro furono un ultimo sforzo per conservare questi cimiteri per celebrarvi gli anniversari dei martiri. Sono ancora visibili molteplici graffiti, appartenenti a questo periodo, di preghiere o ricordi di riti compiuti, incisi da pellegrini sugli intonaci delle cripte. Ma il popolo romano aveva già perduto l’abitudine di frequentare i cimiteri sotterranei, e gli sforzi dei papi a nulla valsero. Poco a poco venivano trasportati in città vari corpi dalle catacombe, soprattutto di papi. Poi, nell’anno 817, papa Pasquale I, ordinó la traslazione intramoenia di 2.300 corpi santi che si trovavano nelle basiliche cimiteriali e nelle catacombe fuori le mura aureliane, per evitare la possibile profanazione da parte dei barbari che da tempo minacciavano l’assalto alla città di Roma, come già aveva fatto Astolfo, re dei Longobardi, a Pavia. Questi corpi santi furono quindi sistemati nelle chiese.

– Catacomba Anonima di Via Anapo, II secolo

Una volta tolti i corpi e le reliquie dalle catacombe, queste vennero abbandonate, salvo poche eccezioni. La vegetazione, le frane ad altro spesso ostruirono le entrate delle stesse e, con il tempo, se ne persero le tracce. Nel Medioevo nessuno sapeva più dove fossero. La scoperta casuale di una nuova catacomba intatta (quella oggi denominata Anonima di Via Anapo), avvenuta sulla via Salaria il 31 maggio 1578, fu salutata pertanto come un evento straordinario. Il rinvenimento provocò un risveglio di interessi tra gli studiosi dell’epoca, ma anche dei cosiddetti “corpisantari”, “operai spacializzati” che sottomisero la catacombe ad un sistematico saccheggio, in cerca soprattutto di reliquie di martiri.

Antonio Bosio5 (1575-1629) diede un grande impulso allo studio delle catacombe di Roma che furono oggetto di un’esplorazione sitematica. I suoi studi vennero ripresi e continuati da altri studiosi, soprattutto da Giovan Battista De Rossi6 (1822-1894) che è considerato il fondatore dell’archeologia cristiana. Nel 1852 Papa Pio IX creò, per una idea di Giovan Battista De Rossi, la Pontificia Commissione di Archeologia Sacra per “custodire i sacri cemeteri antichi per curarne preventivamente la conservazione, le ulteriori esplorazioni, le investigazioni, lo studio, per tutelare inoltre le più vetuste memorie dei primi secoli cristiani, i monumenti insigni, le Basiliche venerande, in Roma, nel suburbio e suolo romano e anche nelle altre Diocesi d’intesa con i rispettivi Ordinari”.

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  1. I corpi di San Pietro e San Paolo furono trasferiti dalle loro rispettive sepolture e nascosti temporaneamente in questo cimitero nel 258 sotto la persecuzione di Valeriano. Per ulteriori approfondimenti invito alla lettura dei segunti articoli: Le reliquie di San Pietro e Le reliquie di San Paolo
  2. Il titolo (titulus) indicava originariamente la tabella (di marmo, legno, metallo o pergamena) che, posta accanto alla porta di un edificio, riportava il nome del proprietario. Questo perché le prime adunanze dei cristiani si attuavano all’interno di edifici privati (domus ecclesiae). I tituli privati comprendevano, oltre alla sala cultuale e ai locali annessi per usi liturgici, anche l’abitazione privata. Successivamente nacquero i tituli di proprietà della comunità, che conservavano il nome del fondatore o del donatore della casa. (fonte Wikipedia)
  3. Editto di Tessalonica. Editto che dichiara il cristianesimo come religione ufficiale dell’impero, proibendo l’arianesimo e i culti pagani https://it.wikipedia.org/wiki/Editto_di_Tessalonica
  4. Questi saccheggiatori fornivano di reliquie soprattutto monasteri tedeschi. Sul contrabbando di reliquie del periodo post carolingio invito alla lettura dell’articolo: Deusdona: il più famoso ladro di reliquie di tutti i tempi
  5. A. Bosio. Roma sotterranea. Opera Postuma. Roma 1710
  6. G.B. De Rossi- La Roma sotterranea cristiana. Roma 1867; Bullettino di Archeologia Cristiana dal 1863; Inscripciones christianes urbis Romae VII saeculo antiquiores, 1861.

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 Leggi anche: Le catacombe: morfologia; Le catacombe: iconografia ed epigrafia; Le catacombe: il culto dei martiri; Le catacombe di Roma; Le catacombe d’Italia; Le catacombe nel mondo

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Tras las huellas de los apóstoles: las reliquias de Simón y Judas Tadeo

24 giovedì Apr 2025

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Catedral de Pienza, Judas Tadeo, reliquias, Simón el Zelote, Suanir

Sulle orme degli apostoli: le reliquie di Simone e Giuda Taddeo   Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

La Iglesia los celebra juntos el 28 de octubre, y quizás sean dos de los apóstoles menos conocidos. Según la tradición, eran hijos de Alfeo1 y de María de Cleofás, por lo que no sólo eran hermanos, junto con Santiago el Menor, sino también primos de Jesús.

Simón era llamado también el Zelote o el Cananeo, para distinguirlo de Pedro. Ambos epítetos derivan de la misma palabra, del arameo qen’ana, que significa “el entusiasta” o, posiblemente, “el zelote”. Algunos creen que este nombre hace referencia a su carácter, mientras que otros piensan que perteneció a la secta de los Zelotes, que luchaban contra Roma, aunque esto no está confirmado por las fuentes.

Toda la información sobre este apóstol es extremadamente controvertida e incierta. Se dice que sucedió a Santiago el Menor como obispo de Jerusalén del año 62 al 107, cuando sufrió el martirio bajo el emperador Trajano en Pella, a la increíble edad de 120 años (!!), donde se había refugiado para escapar de la Segunda Guerra Judaica. Según el Martirologio Romano y la Leyenda Dorada, predicó en Egipto, Mesopotamia y luego en Persia junto con San Judas Tadeo, donde ambos sufrieron el martirio en Suanir (aunque en este caso, en el año 70). Según otras fuentes, el lugar del martirio habría sido Armenia o el Cáucaso oriental. Fue crucificado, pero en la iconografía suele representarse con una sierra, ya que, según otras tradiciones, éste habría sido el instrumento de su martirio: lo habrían aserrado por la mitad.

– Simón – Francesco Moratti 1710 aprox. – Basílica de San Juan de Latrán, Roma

Excepto su cabeza, que se encuentra en la catedral de Pienza (Toscana), y algunas otras reliquias en diversas iglesias, el resto de sus restos, junto con los de Judas Tadeo, se encuentran desde 1605 en la Basílica Vaticana, en el transepto izquierdo, bajo el altar que desde 1963 está dedicado a San José.

Anteriormente, los restos de ambos apóstoles estaban en Venecia, en la basílica que les fue dedicada. Según la tradición, en 1438, un fraile franciscano de Lanciano (Chieti, Italia) viajó a Venecia para venerar las reliquias de los dos santos y aprovechó la oportunidad para llevarse consigo parte de ellas: la cabeza y un antebrazo de Simón y una tibia de Judas. Cuando el robo fue descubierto, el Dogo de Venecia exigió su devolución al obispo de Chieti, quien se negó. Se intentó recuperarlas por la fuerza, lo que llevó a la intervención del rey de Nápoles, Fernando, quien ordenó poner fin a las hostilidades. A Venecia no le quedó más remedio que reconocer la nueva propiedad de las reliquias. Excepto la cabeza de Simón, que está en Pienza, como se mencionó antes, las otras dos reliquias todavía se encuentran en Lanciano, en el convento de San Agustín.

En cuanto a Judas, no debe confundirse con Judas Iscariote. Judas también es llamado Tadeo, que significa “el magnánimo”. Era agricultor y, posiblemente, el esposo de las bodas de Caná, donde Jesús realizó su primer milagro al convertir el agua en vino.

– Judas Tadeo – Lorenzo Ottoni, 1712 aprox. – Basílica de San Juan de Letrán, Roma

Judas habría sido misionero en Judea, Galilea, Samaria e Idumea, y luego se trasladó a Arabia, Siria y Mesopotamia. Se habría encontrado con el apóstol Simón el Zelote en Persia, donde evangelizaron juntos. En la ciudad de Suanir, alrededor del año 70, tras provocar la ira de los sacerdotes paganos, quienes instigaron al pueblo contra ellos, fueron asesinados a golpes de maza. Según otras versiones, fueron decapitados con una espada o una alabarda. En la iconografía, Judas suele representarse con un libro, símbolo de la palabra de Dios que predicó con tanta pasión, o con una alabarda o una maza. Fueron sepultados en Babilonia. Es evidente la gran diversidad de versiones sobre la vida y muerte de estos dos apóstoles, especialmente en cuanto a los lugares y fechas relacionados con Simón.

– Martirio de Simón y Judas Tadeo – Stephan Lochner, detalle, 1435-1440 – Städelsches Kunstinstitut, Frankfurt

La devoción a San Judas Tadeo está más extendida en el resto del mundo que en Italia, especialmente en Polonia, donde el nombre Tadeusz es muy común. En cualquier caso, San Judas Tadeo es conocido como el santo patrón de los casos desesperados, sin remedio, de lo imposible. Se dice que este poder especial proviene de una tradición del siglo XVIII, como una forma de reparar el agravio sufrido por el santo, quien durante siglos fue confundido con el otro Judas, el traidor. Incluso en el origen de los hechos, cuando se anunció que Judas había traicionado a Jesús y luego se había suicidado, en un principio se creyó que se trataba de este Judas.

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1.- Según la tradición, Alfeo era hermano de San José

2.- María de Cleofás era una de las ‘Tres Marías’: María de Cleofás, María Salomé (madre de Santiago el Mayor y de Juan) y María Magdalena.

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Il pastorale di San Canio, una reliquia con carattere

06 domenica Apr 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Curiosità, Reliquie

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Acerenza, Acheruntia, Bastone di San Canio, Francesco Saluzzi, Reliquie, San Canio

La cattedrale di Acerenza, un bellissimo borgo medievale in provincia di Potenza, conserva una reliquia molto particolare: il pastorale, ossia il bastone, o il baculum, del vescovo San Canio, che in alcune occasioni ‘reagisce’ a seconda di chi gli sta di fronte, sfidando le leggi della fisica.

Prima di ritornare su questo, vediamo prima per sommi capi che era San Canio. San Canio era un vescovo di Cartagine vissuto nel III secolo d.C. Durante la persecuzione di Diocleziano fu torturato e condannato alla decapitazione, ma riuscì a salvarsi grazie ad un forte nubifragio che mise in fuga i carnefici, cosa che approfittarono i suoi seguaci per farlo fuggire, riuscendo a raggiungere la costa campana. In questa zona, soprattutto Atella (attuale S. Arpino, Caserta), compì numerosi miracoli. Morì di morte naturale e le sue spoglie furono traslate nel 799 ad Acerenza, nella chiesa metropolitana, dove furono molto ben nascoste per evitarne la profanazione durante l’invasione dei saraceni e solo nel 1080 furono ritrovate e traslate alla nuova cattedrale che da quel momento fu posta sotto la protezione del santo, così come la diocesi.

– Altare di San Canio nella cattedrale di Acerenza. Nella parte sinistra dell’altare è situata l’apertura da cui è visibile il bastone di San Canio

Ma il vero protagonista del luogo, che attrae a tanti fedeli è il pastorale. Si trova all’interno di un sarcofago di pietra incorporato nell’altare della cappella centrale del deambulatorio della cattedrale, e fin dal primo momento la sua presenza farà diventare il luogo un punto di riferimento importante per la storia civile e religiosa del sud d’Italia.

– Pastorale visibile attraverso l’apertura dell’altare

Il baculum di San Canio ha una lunghezza di circa 150 cm., un diametro di 5, è grezzo e nodoso, senza il classico ‘riccio’ (non come è rappresentato nel simulacro del santo, vedi figura). Poggia su una superficie accidentata e ruvida ed è visibile attraverso una piccola apertura circolare praticata nell’altare, a mo’ di oblò, e chiusa da uno sportellino. Come dicevamo, la reliquia ha il potere di reagire, a seconda della persona che gli sta di fronte. Si avvicina o si allontana dall’apertura, in modo che può essere toccata quando si avvicina o quasi scomparire alla vista quando si allontana, o rimanere a metà strada. Alcuni sostengono che questo dipende dalla purezza d’anima di chi lo osserva, manifestando la sua benevolenza o disapprovazione.

– Cattedrale di Acerenza
-Acerenza. La cattedrale domina il paese e il paesaggio

Nel corso dei secoli sono stati attribuiti a questa reliquia eventi straordinari, e in alcune occasioni, ‘lievita’, come si può leggere nel registro dei visitatori che hanno assistito al fenomeno. Uno di questi accadde il 30 maggio 1779 e i giorni seguenti, ed è meticolosamente dettagliato e documentato da atto notarile, dal notaio di Acerenza Francesco Saluzzi, insieme ad un altro prodigio, un po’ meno famoso, che è quello della fuoriuscita dai marmi del sarcofago della cosiddetta ‘manna’, liquido di proprietà terapeutiche. La notte fra il 30 e il 31 maggio, dopo aver aperto lo sportellino, al lume di candela si poté osservare come la reliquia ‘lievitava’. La notizia si diffuse immediatamente in tutta la città, facendo riversare in chiesa una gran folla di gente che poterono osservare come il bastone rimanesse a mezz’aria. Dopo circa tre ore il sacro bastone venne visto, altrettanto miracolosamente, calare verso il basso, e ciò alla presenza di un prelato materano, che proprio in quei giorni si trovava al seguito di mons. Francesco Zunica, arcivescovo di Acerenza e Matera. Il prelato “tramortì a terra” dallo spavento. Era nota la competizione e gelosia fra le due sedi arcivescovili e il notaio (guarda caso!) non si fece scappare neanche una virgola del turbamento e la meraviglia del prelato materano. La fede e la costanza dei devoti di San Canio, in quella circostanza, sembrarono esser premiate attraverso altre due manifestazioni soprannaturali: la fuoriuscita dal sarcofago del santo e dal volto del suo simulacro della “santa manna” e la caduta di una inaspettata dolce pioggia “che fu di grande utilità alla raccolta” al posto della temuta tempesta precedentemente preannunciata.

– Acerenza

Acerenza, l’antica Acheruntia descritta da Orazio, sorge su di una collina che gode di un panorama fantastico e la cattedrale occupa una posizione imponente al centro di questo bellissimo borgo. Merita senza dubbio una visita. E chi lo sa, forse facendo una visita a San Canio potremmo essere gratamente sorpresi ….

La febbre dell’Arca di Noè

11 sabato Gen 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Pellegrinaggi, Reliquie, Storia

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Anomalia dell’Ararat, Ararat, Arca di Noè, David Fasold, Diluvio Universale, Durupinar, Epopea di Gilgamesh, Fernand Navarra, Ron Wyatt, Utpanishtim

– Le storie dell’Arca di Noè. Affresco di A. Luini, 1556. Chiesa di San Maurizio, Milano

“Allora Dio disse a Noè: «È venuta per me la fine di ogni uomo, perché la terra, per causa loro, è piena di violenza; ecco, io li distruggerò insieme con la terra. Fatti un’arca di legno di cipresso; dividerai l’arca in scompartimenti e la spalmerai di bitume dentro e fuori.[ …..] Ecco io manderò il diluvio, cioè le acque, sulla terra, per distruggere sotto il cielo ogni carne, in cui è alito di vita; quanto è sulla terra perirà. Ma con te io stabilisco la mia alleanza. Entrerai nell’arca tu e con te i tuoi figli, tua moglie e le mogli dei tuoi figli. Di quanto vive, di ogni carne, introdurrai nell’arca due di ogni specie, per conservarli in vita con te: siano maschio e femmina. [….] Quanto a te, prenditi ogni sorta di cibo da mangiare e raccoglilo presso di te: sarà di nutrimento per te e per loro». Noè eseguì tutto; come Dio gli aveva comandato, così egli fece.” (Gen 6, 13-22)

“Nel settimo mese, il diciassette del mese, l’arca si posò sui monti dell’Ararat.” (Gen 8,4)

Per secoli si sono succedute spedizioni al Monte Ararat alla ricerca del suo tesoro nascosto: l’Arca di Noè. Questo monte, in realtà un vulcano, alto più di 5.000 metri, si trova ai confini tra l’Armenia e la Turchia. Oggi appartiene a quest’ultima ma aveva sempre fatto parte dell’Armenia storica, che si estendeva dal Sud del Caucaso fino ai monti del Tauro. Però la Bibbia dice che l’arca si posò sui monti dell’Ararat, al plurale. E in realtà sono due, il grande e piccolo Ararat (in armeno il Masi e il Sis), ma la Bibbia potrebbe solo indicare la zona.  

– Il Grande e il Piccolo Ararat

Esploratori di ogni epoca sono andati alla ricerca del relitto e di alcuni di loro ne sono giunte le testimonianze. Beroso il Caldeo sacerdote, astronomo e storico babilonese, nel 275 a.C. ha scritto circa le abitudini dei pellegrini che scalavano l’Ararat per ‘grattare via la pece dalle pareti dell’Arca per farne amuleti,’ e descrive l’Arca visibile sul Monte Ararat. Lo stesso racconta Flavio Giuseppe, storico ebreo del primo secolo, nel suo libro “La storia dei giudei”. La tradizione vuole che l’imperatore bizantino Eraclio abbia tentato il viaggio nel VII secolo. Tra le testimonianze più celebri c’è quella di Marco Polo riportata nel suo racconto “Il Milione” del 1299, dove narra che all’epoca c’erano moltissime visite all’arca. Molti di questi pellegrinaggi sono stati più recentemente sostituiti da viaggi di esploratori e da spedizioni scientifiche.   

– Il Diluvio Universale. Michelangelo Buonarroti. Cappella Sistina

Ma è esistito davvero il Diluvio Universale? Quello che in passato veniva accettato come un fatto storico poi, per mancanza di evidenze scientifiche, passò ad essere considerato un racconto o un mito. Ma adesso entra di nuovo in gioco la storicità del fatto: forse non fu esattamente un diluvio, ma potrebbe essere stato un disastro naturale, a livello locale o mondiale.

Ecco le teorie principali: lo scioglimento del ghiacciaio Laurentide nel nono millennio a.C. con aumento del livello del Mar Nero con conseguente grande inondazione;  una grande esondazione del Tigri e dell’Eufrate che annegò tutto il mondo conosciuto; grandi caverne sotterranee collegate e piene d’acqua fortemente compresse sotto uno spessore di 10 miglia dalla crosta terrestre che eruppero improvvisamente provocando una reazione a catena ed eruzioni similari in molti altri punti del mondo, inondando la terra dal basso verso l’alto (teoria delle idroplacche); scioglimento di una glaciazione intorno al 9.500 che provocò un maremoto a scala mondiale, che tutte le culture avrebbero chiamato ‘diluvio’.

Non a caso il Diluvio Universale ha dei parallelismi in altre culture. Più di 200 miti ci parlano di un diluvio o di grandi catastrofi, alcuni anteriori e altri posteriori al nostro diluvio, provocati da divinità per punire l’iniquità degli uomini. Ma fu nell’epopea di Gilgamesh (secondo-terzo millennio a.C.) dove si parla per la prima volta di un diluvio.

– Tavoletta di argilla con scrittura cuneiforme dove viene descritto il Diluvio Universale, trovata nella bibliteca del palazzo di Ninive. British Museum, Londra

La scoperta nel 1844 dei ruderi del palazzo di Ninive, capitale dell’Assiria, porta con sé il ritrovamento di migliaia di tavolette d’argilla scritte con scrittura cuneiforme. Nel 1872 vengono decifrate e una di queste narra la storia del Diluvio. L’arca descritta era di forma circolare, come un coracle molto grande, della quale vengono riportate anche le misure. A poco a poco tutte le tavolette sono decifrate e così è stato possibile ricostruire l’epopea di Gilgamesh, il poema più antico del mondo, di mille anni anteriore all’Iliade, contenuta in dodici di queste tavolette.

Gilgamesh era re della città sumera di Uruk, in Mesopotamia, intorno al 2.750 a.C.,  il quale, dopo aver perso il suo grande amico Enkidu va in cerca di un rimedio contro la morte. Ricorre al saggio Utpanishtim, che gli racconta che gli dei lo salvarono dal diluvio universale, insieme a sua moglie, e gli concessero l’immortalità. E per questo motivo non poteva essere concessa di nuovo.

– Utpanishtim sull’Arca. Una delle tavolette dell’Epopea di Gilgamesh

Il Diluvio è presente, in un modo o nell’altro, nella storia di tutte le civilizzazioni. Questo è il motivo principale che porta a dedurre che non si tratta solo di un racconto letterario ma anche di un resoconto di un qualche fenomeno naturale. Citeremo solo alcuni di questi racconti.

Vaivasvata Manu è per gli indiani il progenitore della razza umana. È avvisato da un pesce che l’umanità sarà distrutta da un diluvio e quindi deve costruire un’arca per salvare sé stesso e la sua famiglia. Nella letteratura greco-romana Deucalione e sua moglie Pirra emulano Noè e si salvano dal diluvio. Ricevono poi l’ordine da Zeus di ripopolare la terra lanciando pietre indietro che diventano uomini e donne. Nella mitologia incaica si racconta che il dio Huiracocha inonda la Terra per distruggere una razza di giganti. Nel continente americano una leggenda degli indios Mapuche racconta di come un uomo, la moglie e i figli sopravvivono a un diluvio mentre il resto degli uomini si trasformano in pesci.

– Vaisvasvata Manu e Saptarishi. Miniatura del 1890

E adesso veniamo ai punti salienti degli ultimi due secoli che riguardano la possibile scoperta dell’Arca.

Nel 1840, l’ultima eruzione dell’Ararat causa un gigantesco terremoto creando una grande crepa in un burrone che provoca lo spostamento di un ghiacciaio facendo sì che la ‘possibile’ arca scompaia nel ghiaccio.  

Nel 1876 l’avvocato e politico britannico James Bryce sale sul monte Ararat e afferma di aver trovato un pezzo di legno lavorato, lungo circa 1,20 m. dello spessore di 20 cm, che aveva tutti i requisiti per essere una parte dell’arca.

Nel 1916, Vladimir Rosskowizky, un esploratore russo, assicura di aver trovato, a 4.000 m di altitudine sul Monte Ararat, un’imbarcazione seminterrata sotto il ghiaccio. Lo zar Nicola II invia quindi una spedizione che conferma che la scoperta corrisponde all’Arca. Si prendono campioni e foto che furono considerati prove definitive. La Rivoluzione Sovietica pone fine al regime zarista e le prove scompaiono per sempre.

Nonostante la salita sul Monte Ararat abbia bisogno di un permesso speciale, dovuto soprattutto al fatto che la maggior parte del tempo è ghiacciato (ma anche, in alcuni periodi, per la situazione geopolitica), questo non ha scoraggiato, dopo la Seconda Guerra Mondiale, molti esploratori e spedizioni.

– Prima foto aerea del l’Anomalia dell’Ararat’

Nel 1949 un aereo spia della Forza Aerea degli Stati Uniti, mentre fa una mappatura della zona dell’Ararat, fotografa una struttura a 4.650 m, nel sito archeologico di Durupinar, a 29 Km dal Monte Ararat, quella che poi sarà chiamata “l’Anomalia dell’Ararat”. Ma la foto non fu divulgata perché ritenuta segreta, come molte altre prese posteriormente in altre occasioni, nei decenni successivi, sia da un aereo che da un satellite.

Nel 1955, Fernand Navarra, un alpinista francese, tira fuori dal fondo di un crepaccio profondo ventiquattro metri un pezzo di legno lavorato. Cosciente che le autorità non gli avrebbero permesso di portarselo via lo fa a pezzi e lo porta via di nascosto. I pezzi sono esaminati da varie università ma non si è potuto stabilire che appartenessero all’arca, nonostante la loro antichità.  

– Formazione geologica a forma di barca. Sito archeologico di Durupinar

Nel 1965 un aviatore turco fotografa quello che si credeva fosse l’impronta di un’imbarcazione fra due campi di ghiaccio sull’Ararat. Quest’ ‘impronta’, è uguale a quella già fotografata dal satellite, chiamata ‘l’Anomalia dell’Ararat’, che ancora non era stata pubblicata. Si tratta di una formazione geologica inusuale a forma di foglia o barca, le cui misure son abbastanza simili a quelle descritte nella Bibbia1.

del 1974, due gruppi vanno sul monte Ararat per filmare dei documentari sulle ricerche dell’arca. Entrambi i gruppi asseriscono di avere visitato il luogo dove Fernand Navarra trovò il legno, ma non trovano nulla che possa provare in modo conclusivo la presenza dell’arca di Noè.

A questo riguardo è interessante sottolineare la notevole mancanza di fiducia e cooperazione tra i gruppi partecipanti alle ricerche. Navarra racconta che, quando il suo gruppo tornava dall’Ararat con il legno reputato di provenienza dell’arca, incontrarono altri due gruppi diretti al monte. Navarra racconta che il suo gruppo non rese gli altri partecipi della propria scoperta. Era evidente lo spirito di rivalità.

– Ron Wyatt a Durupinar

Nel 1977 Ron Wyatt2, vede una foto del sito di Durupinar e decide di fare una spedizione che sarà ripetuta nel 1985 insieme a David Fasold (ex ufficiale della Marina Mercantile americana) e al geofisico Baumgardne. Con l’aiuto di un radar rilevano una grande struttura sotterranea a forma di barca e credono di aver trovato l’arca pietrificata oltre ad una trave di legno coperta di resina e bitume, anch’essa pietrificata. Trovano dei peli di color rosso ed escrementi di animali. E anche delle grosse pietre, che poi chiamò ‘ancore’3 , che sarebbero servite a mantenere ferma l’arca. Le misure della struttura coincidono con quelle dell’arca della Bibbia.  

– Teoria delle ancore di David Fasold
– David Fasold con una pietra-ancora

Nel 1995 vengono finalmente pubblicate le foto de “l’Anomalia dell’Ararat” e questo ravviva la febbre dell’arca.

Nel 2010, dei ricercatori evangelici cinesi e turchi assicurano di aver trovato una parte importante dell’imbarcazione, a cui l’esame del carbonio 14 le avrebbe assegnato un’antichità di 4.800 anni. Però presto venne dimostrato che se trattava di un montaggio fraudolento.   

Nel 2022-23 una spedizione di scienziati di università turche e americane assicurarono di aver trovato i resti dell’Arca di Noè a Durupinar. Analizzano circa 30 campioni di roccia e terreno trovati in una concrezione della grande struttura a forma di nave, e i risultati rivelano che hanno circa 5.000 anni di antichità. Trovano anche segni di attività umana fra il 5.500 ed il 3.000 a.C. Però mancano ulteriori studi per avallare quest’ipotesi.

Non solo, ma è stato ultimamente accertato che la formazione di Durupinar è una roccia del tutto naturale, e che la sua forma, che fa pensare ad un’imbarcazione, è del tutto casuale. Questo non toglie che è evidente che una sorta di diluvio o catastrofe naturale deve essere avvenuta, ma gli scienziati non sono ancora d’accordo su quale esattamente, e come. Mentre alcuni sostengono la possibilità di un’inondazione su larga scala, altri puntano a eventi più localizzati.

Quindi, fino a quando non ci saranno evidenze inconfutabili, le supposte prove che ‘dimostrano’ il ritrovamento dell’Arca di Noè non hanno per il momento valore scientifico.

Nonostante ciò, la passione e la curiosità degli studiosi non si sono affievolite, spinti dalla speranza di scoprire il gran tesoro nascosto.

– Centro visitatori nel Parco Nazionale dell’ Arca di Noè, che include il sito di Durupinar. Si trova sulle colline a est della città di Dogubabyazit

A questo punto sembra chiara l’unica verità emersa finora: nel villaggio di Dogubabyazit, ai piedi del monte Ararat, una generazione di pastori, guide montane, lavoratori e politici si sta arricchendo con gruppi di scienziati, scalatori o pellegrini alla ricerca di una prova tangibile della famosa imbarcazione.

—

1.- La Bibbia indica quale erano se misure dell’Arca: 300 cubiti di Lunghezza = 150 metri, 50 cubiti di larghezza = 25 metri e 30 cubiti di altezza = 15 metri.

2.- Wyatt, di religione avventista, lasciò la sua professione di infermiere-anestesista per dedicarsi all’archeologia biblica. Fu un “archeologo dilettante” che dedicò gran parte della sua vita a questa sua passione. Si dice che fra le decine di oggetti o siti da lui scoperti, ci sia anche l’Arca dell’Alleanza.

3.- Sono pietre a forma oblunga che Wyatt mise in piedi, come se fossero monoliti. Fasold ipotizzò che fossero ancore o pesi usati per stabilizzare l’arca mentre galleggiava, fra l’altro perché presentano dei fori nella parte superiore che potrebbero essere serviti per far passare una corda, essendo tipiche nelle imbarcazioni antiche.

La Corona di Spine torna a Notre Dame

16 lunedì Dic 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in reliquiari, Reliquie

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corona di spine, Fondation de Coubertin, Laurent Ulrich, Notre Dame de Paris, reliquiari, Reliquie, Sylvain Dubuisson

La Corona de Espinas vuelve a Notre Dame. Puedes leer este artículo en español abriendo este enlace

Dopo cinque anni dall’incendio che ha devastato la cattedrale di Notre Dame, avvenuto un triste 15 aprile 2019, l’8 dicembre scorso si sono riaperte solennemente le porte della nuova Notre Dame, completamente restaurata, con una spettacolare cerimonia guidata dall’arcivescovo di Parigi Laurent Ulrich e alla quale hanno assistito il presidente Macron e molti leader mondiali.

Fortunatamente in quel terribile incendio le reliquie più preziose delle cattedrale poterono essere salvate1 e conservate, fino alla riapertura della cattedrale, in una cassaforte nel municipio di Parigi.

Fra queste reliquie, la più preziosa è la Corona di Spine che è stata riportata nella cattedrale lo scorso 13 dicembre, con una solenne cerimonia presieduta dall’arcivescovo di Parigi, la presenza dei Cavalieri dell’Ordine del Santo Sepolcro e dinanzi a 2.000 fedeli. La corona, appoggiata su un cuscino di velluto, fu portata in processione dall’altare maggiore al suo nuovo reliquiario, situato nella navata di destra.

Il reliquiario è stato realizzato da artigiani della Fondation de Coubertin di Parigi su disegno di Sylvain Dubuisson. Si tratta di una grande custodia circolare, alta quasi 4 metri, incastonata di spine di bronzo e appoggiata su una struttura di legno di cedro2 . È decorata con 396 cabochon di vetro impressi con un marchio a forma di croce che riflettono la luce, con al centro una semisfera in acciaio inossidabile blu intenso, che ospita la reliquia, che stacca sull’alone dei dodici circoli concentrici formato dai cabochon quadrangolari. Il tutto prevede un sistema di illuminazione a fibre ottiche per valorizzare la reliquia garantendone, al tempo stesso, una conservazione ottimale.

Il reliquiario ospita anche un chiodo della crocifissione e un frammento della croce, sebbene queste ultime due reliquie non saranno esposte al pubblico.

La Corona di Spine sarà esposta alla venerazione pubblica tutti i venerdì fra il 10 gennaio ed il 18 aprile 2025, che sarà Venerdì Santo. Poi, tutti i primi venerdì del mese.

—

1.- Leggi anche: Notre Dame de Paris, le reliquie salvate

2.- Secondo alcuni studiosi, è il legno della Croce di Cristo

3.- Per un approfondimento sulla corona di spine puoi leggere il mio articolo sull’argomento

4.- Per un approfondimento sui chiodi di Cristo, puoi leggere il mio articolo sull’argomento

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