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Gli abiti di Cristo (2): La Sacra Tunica di Argenteuil                                    Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

La Sagrada Túnica de Argenteuil. Ostensión de 1984

Si es verdad que toda la vestimenta de Cristo o incluso sus fragmentos están considerados como una reliquia importantísima, la túnica inconsútil, la que no está cosida, que los legionarios se jugaron a los dados porque no podían dividirla, mucho más. Los motivos son obvios: se cita en los Evangelios y forma parte de la pasión de Cristo. Por estos motivos, todos los hallazgos de tejidos que podían, de alguna manera, asociarse con Cristo querían ser identificados como pertenecientes a la túnica inconsútil, y no a otra prenda. La túnica de Tréveris, que hemos descrito en un precedente artículo es, venerada como la túnica inconsútil. Pero su mayor competidora, la de Argenteuil, a diferencia de la de Tréveris, presenta manchas de sangre. Pero empecemos desde el principio. ¿Cómo llegó la túnica a Argenteuil?

En el siglo VI San Gregorio de Tours dijo que la túnica comprada por los fieles fue llevada a Gálata, en Asia Menor, a unas 150 millas de Constantinopla. Allí se custodió en una basílica, en un cofre de madera. Desde esta ciudad fue llevada a Zaphat (Jaffa) para protegerla de los ataques de los persas que hicieron una incursión en Armenia en el año 290 destruyendo todas las iglesias. Más tarde, hacia el 594 fue trasladada solemnemente a Jerusalén por tres patriarcas: Gregorio de Antioquía, Tomás de Jerusalén y Juan de Constantinopla. Después de veinte años fue trasladada a Persia, junto con la Vera Cruz, por el rey de los persas Cosroe II (614). Heraclio consiguió rescatarla y fue transferida, en 627, a Constantinopla, luego a Jerusalén y más tarde de nuevo a Constantinopla.

Aunque con más detalles, la primera parte de la historia de esta reliquia se asemeja a la de la túnica de Tréveris. De hecho, una sola es la túnica inconsútil. Pero después, lógicamente, las historias se separan: desde Jerusalén (o Constantinopla) a Francia o desde Jerusalén a Alemania. Y esto manteniendo la hipótesis de que se trate de la verdadera túnica.

Si la llegada de la túnica a Tréveris desde Palestina, no habiendo otra explicación plausible ni conocida, se hace remontar a Santa Elena (en este caso no podía encontrarse en Gálata en el siglo VI), el viaje de la de Argenteuil es más conocido. Encontrándose la reliquia en Constantinopla entre los tesoros de la corte bizantina, la emperatriz Irene la donó a Carlomagno, junto con otros importantes regalos porque, según algunos historiadores, quería casarse con él. Por lo menos esto es lo que cuenta una tradición. Otra dice que fue un regalo del papa León III a Carlomagno, porque en la lista de reliquias del palacio del Letrán figuraba una túnica, desaparecida después (lee mi artículoLa tabula magna Lateranensis‘).

En este último caso habría que saber cómo llegó al Letrán. Pero digamos que, en cualquier caso, fue un regalo a Carlomagno. Pero, si así fuera, entonces ¿qué túnica fue la que se mostró en 1202 (es decir, antes de la IV Cruzada, cuando la ciudad fue saqueada) al arzobispo de Novgorod, Antonio, en el palacio real de Constantinopla, junto con otras reliquias de la pasión?.

F. Boutewerk (1851): Carlomagno dona la Sagrada Túnica. Basílica de Saint Denis, Argenteuil, pintura mural situada a la izquierda del ‘Altar de la Túnica’

Teodorada, hija de Carlomagno, manifestó el deseo de entrar en el monasterio de Argenteuil, muy cerca de París, que dependía de la famosa abadía de Saint Denis. El emperador, como no podía ser de otra forma, hizo que entrara como abadesa y regaló al monasterio la preciosa reliquia.

Contrariamente a la de Tréveris, esta reliquia pasó por un montón de vicisitudes. En el 856 una invasión Normanda destruyó el monasterio y las religiosas tuvieron que huir, habiendo previamente escondido la sagrada túnica en un muro. Fue hallada en el 1156 por monjes benedictinos que se habían establecido en ese lugar, y la reliquia fue inmediatamente declarada auténtica por el arzobispo Hugo de Rouen en presencia del rey Luis VII.

En 1569 los Hugonotes incendiaron la iglesia, cogieron el reliquiario en la que estaba custodiada y dejaron la reliquia. Por este motivo fue guardada en un cofre de madera. En 1680 María de Lorena donó un magnífico relicario con piedras preciosas que desapareció en 1791, con la Revolución Francesa, cuando el monasterio fue saqueado. La reliquia pudo ser salvada llevándola a la iglesia parroquial de Saint Denis y dos años más tarde, cuando también las iglesias empezaban a ser asaltadas, el párroco dividió la túnica en cuatro partes, con la esperanza de poder salvar por lo menos una de ellas. Una parte, la más grande, la enterró en el jardín y las otras las entregó en custodia a unos feligreses. Al final, lo que no hicieron los legionarios lo hizo el párroco de Saint Denis.

En 1800 los restos hallados eran solo tres. En 1854, bajo petición de papa Pío IX, fue llevado a Roma un trozo pequeño de unos 15 cms. En 1891 fueron recompuestos y cosidos sobre otra túnica de satin blanco todos los trozos hallados.

Hasta el siglo XIV a la reliquia se la llamaba ‘hábito’ o ‘cappa salvatoris’. Después, poco a poco, se impuso el término ‘túnica’ y de esta manera entró en conflicto con la de Tréveris.

Insignia conmemorativa de la ostensión de 1934 de la Sagrada Túnica

La descripción que de ella hacían los habitantes de Argenteuil, antes de que fuera dividida en partes, es que el tejido era de lana, su parte inferior tenía una especie de borde, es decir una parte más resistente, y que era de punto tejida de arriba abajo, sin costuras. La túnica podía llegar hasta debajo de la rodilla, con medias mangas. Las medidas: 1,45 de alto y 1,15 de ancho.

En 1892 expertos franceses realizaron un examen de los restos hallados, entre los cuales unos químicos. El fragmento principal es de 1,22 x 1,10 m. y el segundo más grande de 68 x 43 cms. Falta la parte del cuello y una parte de la delantera; las mangas se han conservado en gran parte, pero están desgastadas en el borde inferior; se han conservado la parte del pecho y de los hombros.

Una vez examinada la prenda, decretaron que podía tratarse de la túnica interior de una persona adulta de sexo masculino. El tejido está compuesto por hilos trenzados de lana de oveja y no presenta costuras. Coincide con las muestras analizadas de tejidos antiguos coptos o hallados en tumbas cristianas de los siglos II y III. La técnica del tejido es oriental (urdimbre en forma de Z), y aún hoy en día existe. Además se han observado cambios de color en algunos puntos que revelarían manchas de sangre.

Parte trasera de la Sagrada Túnica en la que se indican las principales manchas de sangre. A la derecha ampliación del tejido. Imagen de 1934

Manchas de sangre en la parte trasera de la Sagrada Túnica

Los análisis realizados en 1932 y 1934 encargados por el obispo de Versailles confirman que las manchas grandes, reconocibles a los rayos infrarrojos, son de sangre, como ya se observó en 1892.

Estudios más recientes (1998 y 2004) realizados por sindonólogos y científicos del Institut d’Optique de Orsay y del Institut de Génétique Moléculaire de París compararon las manchas de sangre con las de la Sábana Santa de Turín. Estas corresponden a las que se han hallado en la reliquia de Turín, teniendo presente que no se esparce de la misma manera la sangre de un cuerpo parado (como en la Sábana Santa) que la de un cuerpo en movimiento y con una carga en los hombros. Coincide también el grupo sanguíneo, AB, el ADN (fórmula cromosómica de un hombre semita árabe), y hay otras coincidencias.

Cartel pubblicitario para uso de los peregrinos realizado en ocasión de la 0stensión de 1934. Traducción del texto: “A través de Tu Santa Túnica sin costuras, líbranos Sen͂or! (50 días de indulgencias) (La invocación se repite tres veces el viernes después de cada Misa celebrada en el altar de la Santa Túnica en Argenteuil).” Se indica, además, una dirección donde se ruega comunicar los favores milagrosos obtenidos gracias a las oraciones hechas en honor de la Santa Túnica.

Fila de feligreses esperando entrar en la iglesia en ocasión de la ostensión de la Sagrada Túnica en 1934

Esto podría indicar que esta túnica en realidad podría ser la túnica interior que llevaba Cristo cuando subió al Calvario y que las manchas de sangre serían las provocadas por las heridas, causadas por la flagelación. En este caso la de Tréveris podría entonces ser la túnica exterior, aunque durante siglos ha sido siempre considerada como la inconsútil de la pasión y siempre ha sido la más famosa.

En 2003 dos laboratorios diferentes llevaron a cabo la prueba de carbono 14 sobre la túnica: el primero fechó la reliquia alrededor del 600 y el segundo, sobre otra muestra, alrededor del 775. En este caso se trataría de una falsificación medieval. También la Sábana Santa fue sometida a esta prueba que fechó la reliquia al 1300. La prueba del carbono 14 por muchos no es considerada fiable sobre tejidos porque no tiene en cuenta muchos aspectos que podrían alterar el resultado, no último la contaminación de la muestra.

Artículo del Periódico Municipal sobre el robo de la Sagrada Túnica (1983)

Cuando en 1983 se anunció la última ostensión, para 1984, y hasta estos últimos exámenes realizados, hubo un período en que la túnica levantó muchas polémicas sobre todo en la prensa francesa de inspiración socialista. En diciembre de 1983 la reliquia fue ‘misteriosamente’ sustraída de su teca de la basílica de Saint Denis de Argenteuil pero después, debido a las protestas de los feligreses, en febrero de 1984, de nuevo ‘misteriosamente’, reapareció y la ostensión pudo tener lugar. En el 2000, año jubilar, tuvo lugar la última ostensión, pero la túnica no fue sacada de su pequeño relicario en la que normalmente se guarda enrollada. La próxima está prevista para 2034.

Relicario donde se guarda la Sagrada Túnica, enrollada

Pero no terminan aquí las túnicas. Existe otra más, que podríamos llamar ‘túnica fantasma’, de la que hablaremos en un próximo artículo.

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Para saber más:

  1. Rohault de Fleury, Mémoire sur les instruments de la passion de N.S.J.C. – Paris 1870.    2. Huguet, W. Wuermeling, La Sainte Tunique d’Argenteuil face à la science, Paris 2007    3. La Sainte Tunique d’Argenteuil, F. Le Queré, Paris 1997.                 4. Hesemann, Testimoni del Golgota, Cinisello Balsamo 2003