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La “Mensura Christi”

25 sabato Gen 2025

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Antonio de Novgorod, Codice III dei Plutei, Crux Aurea, Crux Mensuralis, Et super vestem meam…, Justiniano, la estatura de Cristo, la medida de Cristo, Longitudo Christi, Mensura Christi, San Juan de Letrán, San Nilo Grottaferrata, Santo Stefano de Bolonia

La “Mensura Christi”  Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– Baldaquino formado por cuatro pequeñas columnas llamado ‘Mensura Christi’. Claustro de la Basílica de San Juan de Letrán, Roma

Es decir, la medida de Cristo, su estatura. Conocer y tener presente este dato, sobre todo para los devotos cristianos, ha sido, durante siglos, de gran importancia. Todo empezó en el siglo VI, en Constantinopla, cuando el emperador Justiniano envió a Jerusalén algunos hombres leales y de confianza para determinar las medidas exactas de Cristo. En base a las que estos hombres le refirieron Justiniano encargó una cruz (conocida como “Crux aurea” o “Crux mensuralis”) alta como Cristo cuyo brazo corto medía la distancia entre sus hombros. La cruz fue recubierta de oro, plata y piedras preciosas y fue colocada en la sacristía de Santa Sofía, junto con otros tesoros.

Fue descrita por diferentes peregrinos, como por ejemplo por Antonio, sucesivamente obispo de Novgorod:

“La preciosa cruz que ahora está conservada en la sacristía [de Santa Sofía] representa la estatura de Nuestro Señor Jesucristo, diligentemente medida en Jerusalén por fieles y dignos de confianza; y por esto fue adornada con piedras preciosas y plata y cubierta de oro, y aún hoy otorga salud, expulsa el mal y ahuyenta a los demonios”.

Desafortunadamente esta cruz desapareció a causa del saqueo de Constantinopla de 1204 por los Cruzados.

¿De dónde tomaron las medidas de Cristo los hombres de Justiniano? La única fuente posible sería la Sábana Santa pero ésta, ¿se encontraba en Jerusalén en ese momento?

Pero también es posible que la necesidad de conocer cuál era la estatura de Cristo no comenzara con Justiniano sino que ya existiera y que éste no hizo más que darle forma. En Jerusalén ya se vendían cintas con la longitud de diferentes partes del cuerpo de Cristo que compraban los peregrinos, y probablemente exportaron en Occidente el uso de los mismos. Aquí la ‘Mensura Christi’ se convirtió en un tema de carácter espiritual, sobre todo a partir del siglo XII, con el fin de mantener el recuerdo de la estatura de Cristo cuando la ‘Crux Aurea’ ya había desaparecido.

En un interesante manuscrito hecho en Génova alrededor de 1293, el ‘Codice III dei Plutei XXV’ de la Colección Médicis y conservado en la Biblioteca Laurenziana de Florencia, encontramos la famosa ‘Mensura Christi’. Bajo la imagen de Cristo resucitado y togado hay una unidad de medida, como una cinta, a partir de la cual se puede calcular su estatura, con una inscripción que recita:

“Haec linea bis sexties ducta mensuram dominici corporis monstrat. Sumpta est autem de Constantinopoli ex aurea cruce facta ad formam corporis Christi”.

(Esta línea multiplicada dos veces seis veces (es decir doce veces) lleva a la medida del cuerpo del Señor. Fue tomada en Constantinopla de la Crux Aurea hecha sobre la forma de Cristo).

La longitud de esta cinta dibujada es de unos 15 cm, lo que llevaría a una estatura de Cristo de unos 180 cm, que es más o menos la estatura que se atribuye a Cristo por diferentes sindonólogos y por la Iglesia Oriental, con pocas diferencias entre ellos.

– Códice manuscrito del siglo XIII donde encontramos una medida que, multiplicada por 12 daría la “Mensura Christi” o estatura de Cristo

Cintas o cordeles que reproducían la estatura de Cristo o una parte de su cuerpo se utilizaban para rezar, o para ser guardados como amuletos o para ser colgados en casa como un guardián que mantuviera alejada toda desgracia, porque mirándolos cada día se evitaba morir de muerte súbita y sufrir daños a causa de incendios, tempestades, etc.  Por lo tanto tenían un valor apotropaico y taumatúrgico, y eran también denominados (Longitudo Christi) la Longitud de Cristo.

Llegados a este punto es importante tener presente que el método que hoy utilizamos para medir, el sistema métrico-decimal, no fue inventado hasta el final del siglo XVIII y eliminó todo lo que había de personal o relativo a una persona con respecto al modo antiguo de medir. Decimos que hemos pasado de un sistema muy ligado al hombre, más personalizado (un brazo, un pie) a uno más aséptico y abstracto, que toma como referencia una pequeñísima parte de la distancia entre el ecuador y el Polo Norte. Además, estas medidas basadas en la vida cotidiana y en la persona, podían variar sensiblemente de una zona a otra de la geografía.

“La Verdadera Longitud de Nuestro Señor Jesucristo”. Cinta de papel (Siglo XV, Alemania). Mühlviertler Schlossmuseum, Freistadt, Austria

Este hecho ha posiblemente contribuido a que la devoción por estas cintas, que con el tiempo se había convertido casi en una superstición, a partir del siglo XVIII empezara a menguar hasta desaparecer casi del todo.1 Una vez eliminado el ‘factor humano’ que creaban la sensación y el misticismo necesarios para hacer creer que la longitud de la cinta podía capturar alguna presencia de Cristo, estas cintas cayeron en desuso.

Esta medida en Occidente se reprodujo de diferentes maneras. Pero tal vez la que llama más la atención es la ‘Mensura Christi’ que hoy podemos ver en el claustro de la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma. Se trata de cuatro columnitas de 1,83 m de alto, sobre las cuales está apoyada una losa de mármol. Sobre esta última volveremos más adelante.

-Rótulo que identifica la ‘Mensura Christi‘, que identifica la foto al principio de este artículo. Claustro de la basílica de San Juan de Letrán, Roma

Hasta finales del siglo XVI, esta particular ‘Mensura Christi’ estaba en la Sala del Concilio del anexo Palacio Lateranense hasta que esta sala fue destruida para dejar espacio al nuevo palacio. Estaba situada en el centro de la sala y servía de fondo al trono papal. Por lo tanto el papa estaba delante de una estructura que reproducía la estatura de Cristo y en cierto sentido se fundía con la misma sugiriendo que Cristo en ese momento se hacía presente en la persona de su representante en la Tierra. Esta estructura era también utilizada en diferentes ritos, como por ejemplo el de pasar bajo ésta antes de unirse a una procesión. En 1588 la ‘Mensura Christi’ fue llevada dentro de la basílica y sucesivamente al claustro.

– Cruz en falso pórfido llamada ‘Crux Mensuralis‘. Abadía de San Nilo, Grottaferrata (Roma)

Otra ’Mensura Christi’, y más precisamente una ‘Crux Mensuralis’ podemos verla en la abadía de San Nilo, en Grottaferrata, a pocos kilómetros de Roma, y fue realizada, en falso pórfido, hacia finales del siglo XIX a partir de las medidas de la Sábana Santa. Esta cruz habría sustituido a otra, más o menos de las mismas medidas, de la que no se conoce el material y que probablemente ya existía en la época de la fundación de la abadía en 1004. Esta cruz habría representado las medidas de Cristo, pero no está claro de dónde las habrían tomado. Habría que preguntarse si los monjes que fundaron la abadía, basilianos, una congregación griego-bizantina que venía de Calabria que en aquél entonces pertenecía al imperio bizantino, no conocieran las medidas de la cruz áurea de Justiniano. Debido a su estado avanzado de deterioro que no permitía establecer las medidas exactas, en 1890 el entonces abad pidió al Cardenal de Turín las medidas de la Sábana Santa y éste envió un dibujo de la misma con las medidas exactas que sirvieron para realizar esta nueva cruz.

Otra medida de Cristo la hallamos en el complejo de ‘Santo Stefano’ de Bolonia2, una columna que habría sido traída de Jerusalén por Petronio, obispo de la ciudad. Según esta columna la estatura de Cristo habría sido de 1,73 m.

– Columna que representa la estatura de Cristo. Cripta de la Chiesa del Crucifijo. Complejo de Santo Stefano, Bolonia

Y ahora volvamos a la losa de mármol apoyada sobre las 4 columnitas de la ‘Mensura Christi’ de San Juan de Letrán. Una inscripción por encima de ésta recita: “Et super vestem meam miserunt sortem” (echaron a suerte sobre mi vestimenta), refiriéndose a una parte del Salmo 22 de la Vulgata, incluida también en el Evangelio de Juan:

“Entonces los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una parte para cada soldado. Y tomaron también la túnica; y la túnica era sin costura, tejida en una sola pieza. Por tanto, se dijeron unos a otros: «No la rompamos; sino echemos suertes sobre ella, para ver de quién será»; para que se cumpliera la Escritura: «Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes»”.(Jn 19, 23-24)

– Letrero que indica che el objeto 165 (Et super vestem meam…) se refiere a la losa de pórfido rojo (objeto 166) visible bajo el baldaquino de la ‘Mensura Christi‘

Normalmente los judíos eran sepultados con su vestimenta, pero en el caso de los condenados a muerte sus vestidos se daban a los soldados. Esta túnica3, siendo inconsútil, no podía ser dividida como hicieron con el resto de la vestimenta, razón por la cual la echaron a suertes. Esta losa de mármol, según el arquitecto Palladio (1508-1580), habría sido la utilizada por los soldados para echar los dados.

Pero la inscripción por encima de la ‘Mensura Christi’ se presta a confusión. De hecho, un rótulo más pequeño indica, en cambio, que los soldados no echaron los dados sobre esta losa de granito, sino sobre otra de pórfido rojo adosada a la pared situada ‘debajo’ de la que está apoyada en la columnitas (ver figura al principio de este artículo).

Según un inventario de reliquias de la basílica de 1518, la losa de granito habría sido el banco de transacciones donde habrían sido contados los treinta denarios, el precio de la traición de Judas. Y poner esta lápida sobre las columnas que indican su medida ha probablemente un valor simbólico: treinta denarios fueron el precio de Cristo y por lo tanto la medida de su valor.

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1.- Llamo la atención sobre el hecho que hasta hace unos pocos decenios se ha mantenido una costumbre por parte de los peregrinos de comprar cintas con la medida de algunas vírgenes de famosos santuarios, y también con la medida de algunas imágenes importantes, como por ejemplo la de la Verónica en Roma, tradición que se ha mantenido durante siglos. Estas cintas se ataban normalmente en la muñeca o se colgaban del cuello con una medalla con la misma  imagen.

2.- Para saber más sobre este complejo aconsejo la lectura de mi artículo “‘Santo Stefano’ de Bolonia, la Jerusalén italiana”

3.- Para saber más sobre la túnica de Cristo invito a la lectura de los artículos: ‘La vestimenta de Cristo (1) – La sagrada Túnica di Tréviris’, ‘La vestimenta de Cristo (2): La Sagrada Túnica de Argenteuil’ y ‘La vestimenta de Cristo (3): La Túnica fantasma

Para saber más: E. Lugli: The Making of Measure and the Promise of Sameness. The University of Chicago 2019

La Corona de Espinas vuelve a Notre Dame

22 domenica Dic 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Corona de Epinas, Fondation de Coubertin, Laurent Ulrich, Notre Dame de Paris, Relicarios, reliquias, Sylvain Dubuisson

La Corona di Spine torna a Notre Dame. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Después de cinco años del incendio que ha devastado la catedral de Notre Dame, ocurrido un triste 15 de abril de 2019, el pasado 8 de diciembre se han vuelto a abrir, de manera solemne, las puertas de la nueva Notre Dame, completamente restaurada, con una suntuosa ceremonia encabezada por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, y a la cual has asistido el presidente Macron y muchos líderes mundiales.

Afortunadamente, en ese terrible incendio las reliquias más preciosas de la catedral pudieron ser salvadas1 y guardadas, hasta la reapertura de la catedral, en una caja fuerte en el Ayuntamiento de París.

Entre estas reliquias, la más preciosa es la Corona de Espinas que ha sido devuelta a su catedral el pasado 13 de diciembre, con una solemne ceremonia presidida por el arzobispo de París con la presencia de los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro y ante unos 2.000 feligreses. La corona, apoyada sobre un cojín de terciopelo, fue llevada en procesión desde el altar mayor hasta su nuevo relicario, situado en la nave derecha.

El relicario ha sido realizado por artesanos de la Fondation de Coubertin de París a partir de un diseño de Sylvain Dubuisson. Se trata de una gran custodia de forma circular, alta casi cuatro metros, engarzada con espinas de bronce y apoyada sobre una estructura de madera de cedro2. Está decorada son 396 cabujones de vidrio grabados con una marca en forma di cruz que reflejan la luz, con en el centro una semiesfera de acero inoxidable azul intenso, que alberga la reliquia, y que destaca sobre el halo de doce círculos concéntricos formados por los cabujones cuadrangulares. Está previsto un sistema de iluminación de fibras ópticas para realzar la reliquia garantizando, al mismo tiempo, su óptima conservación.

El relicario contiene también un clavo de la crucifixión y un fragmento de la cruz, aunque estas últimas dos reliquias no serán expuestas al público.

La Corona de Espinas se expondrá a la veneración pública todos los viernes entre el 10 de enero y el 18 de abril de 2025, que será viernes santo. Después, todos los primeros viernes del mes.

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1.- Las reliquias de los santos patronos de la ciudad, San Denis y Santa Geneviève; la túnica de Luis IX, el rey santo; un presunto clavo de la crucifixión de Cristo y la Corona de Espinas. Ésta, estaba precedentemente conservada en la cercana Sainte Chapelle. En Notre Dame se mostraba a los fieles cada viernes de cuaresma.

2.- Según algunos estudiosos es la madera de la Cruz de Cristo

3.- Para profundizar más sobre la Corona de Espinas puedes leer mi artículo sobre el argumento.

4.- Para profundizar más sobre los Clavos de Cristo, puedes leer mi artículo sobre el argumento.

Y, sin embargo, se mueve… Las reliquias de Galileo Galilei

30 sabato Nov 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Angelo Maria Bandini, Anton Francesco Gori, Basílica de Santa Croce, Copérnico, Galileo Galilei, Gian Gastone de’ Medici, Museo de la Historia y de la Ciencia de Florencia, Museo Galileo, reliquias, Teoría heliocéntrica, Vincenzo Capponi, Vincenzo Viviani, Y sin embargo se mueve

Eppur si muove…. Le reliquie di Galileo Galilei.   Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

El 8 de enero di 1642 murió Galileo Galilei uno de los más grandes científicos de todos los tiempos, después de haber sido obligado en 1633 ante el Tribunal del Santo Oficio a renegar de la teoría heliocéntrica, ya formulada por Copérnico, que sostiene que la Tierra y los planetas giran alrededor del sol.

Su sepulcro monumental está en la Basílica de Santa Croce de Florencia, lugar que alberga las sepulturas de muchos famosos personajes de la cultura y del arte. Galileo dejó escrito en su testamento su expreso deseo de ser sepultado en este lugar, siendo ésta también la voluntad del Gran Duque de Toscana.

Pero, debido a la fuerte oposición e intransigencia de la Iglesia, que aún lo consideraba como un hereje, fue sepultado en Santa Croce, esto sí, pero en un cuartito al lado de la capilla de los Novicios, en la misma basílica. Vincenzo Viviani, su discípulo predilecto, invirtió todos sus bienes, toda su ciencia y el resto de su vida en dar a conocer y perpetuar las obras del maestro y para que le construyeran un mausoleo digno. Éste fue finalmente inaugurado en el 1737, fecha en la que la Iglesia finalmente consintió, aún con ciertas reticencias, a que trasladasen los restos del genio desde el cuartito donde aún se hallaban al nuevo sepulcro. Pero no fue un gesto de reconciliación entre Iglesia y Estado, o entre Curia y Ciencia. Al nuevo sepulcro fueron llevados también los restos de Viviani, que murió en el 1703 sin poder haber visto cumplirse el fruto de su incesante labor.

La ceremonia se desarrolló en presencia de muchos importantes exponentes de la sociedad de la época pero con total ausencia de representantes de la Iglesia que, todavía casi un siglo después de su muerte, seguía considerando las teorías de Galileo como una amenaza al orden preestablecido.

Pero cuando fue abierto el ataúd para el reconocimiento del cadáver, sucedió algo extraño: algunos hombres ilustres allí presentes, es decir Anton Francesco Gori, anticuario florentino, Vincenzo Capponi, marqués y Superintendente de la Academia Florentina, y Antonio Cocchi, médico, literato y primer Masón de la Toscana, “extirparon” del cuerpo de Galileo, utilizando un cuchillo, tres dedos de la mano derecha, o sea pulgar, índice y medio, la quinta vértebra lumbar y un diente, con el fin de guardarlos para sí.

Esto demostraba cuánto fuera apreciado y estimado Galileo en los ambientes cultos de la época, hasta tal punto que a menos de un siglo de su muerte ya se había convertido en un mito, un ‘monstruo sagrado’ de la ciencia y por consiguiente se consideraba que sus reliquias tenían un gran valor simbólico.

– Sepulcro de Galileo. 1737 . Basílica de Santa Croce, Florencia

El dedo medio, sustraído por Gori, pasó, alrededor de 1760, a Angelo Maria Bandini, quien lo hizo exponer en la biblioteca Laurenziana de la que era director. En 1841 fue trasladado a la Tribuna de Galileo en el Museo de Física e Historia Natural de Florencia y finalmente, en 1927, al el Museo de la Historia y de la Ciencia, donde se encuentra actualmente.

– Dedo medio de Galileo
 – Relicario en madera con las reliquias de Galileo: los dedos índice y medio de la mano derecha y un diente. Está coronado por un pequeño busto de Galileo. Museo Galileo, Florencia
-Quinta vértebra lumbar de Galileo. Universidad de Padua

La vértebra cogida por el Doctor Cocchi llegó en 1823 a la Universidad de Padua, donde Galileo había enseñado durante veinte años, y donde está actualmente expuesta. El pulgar, el índice y el diente, cogidos por el marqués Capponi pasaron por diferentes manos hasta que en 1905 se perdió su rastro. Fueron descubiertos fortuitamente en 2009 en una subasta pública. Se puso a la venta un extraño relicario de madera, rematado por un busto en miniatura, también de madera, que contenía una ampolla de vidrio con dos dedos y un diente. El comprador, un coleccionista florentino, se dio cuenta de la semejanza del pequeño busto con Galileo y sospechó de lo que podía tratarse. Una vez adquirido, se puso en contacto con la Superintendencia del Patrimonio Histórico que, después de muchos estudios, confirmó que se trataba de los restos perdidos de Galileo. Ahora están expuestos junto con el dedo medio y al resto de otros objetos de Galileo, en el Museo de la Historia y de la Ciencia de Florencia, rebautizado en el 2010 con el nombre de Museo Galileo, en una sala dedicada al gran científico, la Sala VII, “El nuevo mundo de Galileo”. Reporto, a continuación, el texto que describe esta sala:

“La sala dedicada al científico pisano constituye el corazón del Museo Galileo. Aquí están expuestos los únicos dos catalejos que nos han llegado; la lente objetiva del catalejo con el cual, en enero de 1610, el científico observó por primera vez los satélites de Júpiter; el compás geométrico y militar que puso a punto en los años paduanos; ejemplares de otros instrumentos ideados por él y modelos didácticos para ilustrar los resultados fundamentales adquiridos en sus investigaciones de mecánica. A lo largo del eje central de la sala se encuentra el busto de mármol esculpido por Carlo Marcellini por encargo de Cósimo III de Médicis. Se observan, además, algunas reliquias del Galileo santo laico de la ciencia: el pulgar, el índice y el dedo medio de la mano derecha, además de un diente, extirpados del cuerpo de Galileo en el momento de la traslación de sus restos al sepulcro monumental de Santa Croce”.1

– Museo Galileo, Florencia. Sala VII: El nuevo mundo de Galileo
-Relicarios con tres dedos y un diente de Galileo. Museo Galileo, Florencia

Pero si Galileo pudo tener una sepultura más digna después de casi un siglo desde su muerte se debió sobre todo al empeño del último de los Médicis, Gian Gastone quien, aconsejado por un grupo de influyentes intelectuales, estaba decidido a limitar el poder y la injerencia de la Iglesia a través de la laicización del Estado. Y también fue gracias a la influencia de la masonería, que llegó a la Toscana en 1735, que impulsó una modernización de la cultura y de la ciencia manteniendo una neta posición anticlerical. Por lo tanto, sepultar con todos los honores al ‘hereje’ Galileo significaba enviar un claro mensaje de desvinculación del poder de la Iglesia por parte del poder del Estado, además de rendirle homenaje, no solo por su gran contribución a la ciencia sino también por ser símbolo y mártir de la libertad de pensamiento. Como también lo era el gesto, por parte de los eruditos, de adueñarse de una práctica religiosa, la de la veneración de las reliquias, confiriéndole nuevos significados y diferentes valores.

Pero las verdaderas reliquias de Galileo, los verdaderos tesoros, son los instrumentos creados por él y sus obras que hablan de sus teorías y de sus descubrimientos.

Galileo fue rehabilitado por la Iglesia tan solo el 31 de Octubre del 1992, cuando Juan Pablo II anuló la condena infligida por el Santo Oficio al científico, es decir después de 360 años desde que fue condenado ‘al silencio’.

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1.- En el Museo Virtual de Galileo es posible ver todos los objetos expuestos en la Sala VII, con explicaciones y vídeo.

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Para saber más: A. Castronuovo. A indicare astri: Il dito di Galileo; en: Ossa, cervelli, mummie e capelli. Macerata 2016

También puede interesarte: Leonardo: en busca del ADN del genio

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Tras las huellas de los apóstoles: las reliquias de San Felipe

25 venerdì Ott 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Reliquie

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Basílica SS XII Apóstoles, Esmirna, Hierapolis, Martyrion, reliquias, San Felipe

Sulle orme degli apostoli: le reliquie di San Filippo. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– San Felipe. G. Mazzuoli (1643-1725) – Basílica de San Juan de Letrán, Roma

Felipe era originario de Betsaida, por lo tanto era galileo, pero como Andrés, tenía un nombre griego. Nació hacia el año 5 y tal vez estuviera casado y con hijos. Fue el que condujo Bartolomé a Jesús. Una de las veces en las que se cita en el Evangelio es en el momento de la multiplicación de los panes y de los peces.

“Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ‘¿De dónde compraremos pan para que coman estos?’ Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco’”. (Jn 6, 5-7)

Debido a este episodio del Evangelio, en la iconografía a veces se le representa con un trozo de pan en la mano, y otras veces con la cruz, el instrumento de su martirio.

Según la tradición, habría predicado en Escitia (parte de la actual Ucrania), Lidia y sobre todo en Frigia (parte de la Turquía asiática), donde pasó los últimos años de su vida y donde fue martirizado, crucificado bocabajo, como Pedro, en el año 80.

La tradición había situado su sepultura en Hierapolis, actual Pamukkale donde, de hecho fue hallada en el 2011 por una expedición arqueológica italiana guiada por el Prof. Francesco d’Andria, entre los restos de una basílica del siglo V de tres naves, en la parte central del templo. Una típica tumba romana del siglo I que se encuentra en el lugar donde surgía una necrópolis romana. En las paredes del pequeño edificio hay muchos grafitis con cruces. Un sello de bronce de aproximadamente un cm de diámetro, presente en el Museum of Fine Arts de Richmond en los Estados Unidos y que procede de Hierapolis, avala la hipótesis de la atribución a Felipe de esta tumba.

En el sello, que servía para autentificar el pan de San Felipe que se distribuía a los peregrinos, aparece la imagen de un santo con una inscripción que reza ‘San Felipe’ y alrededor del borde un trisagio en griego1. La figura del santo está representada entre dos edificios: el de la derecha está cubierto por una cúpula, y representa el Martyrion octogonal, del que hablaremos más adelante; el de la izquierda, con el tejado a dos aguas, es la basílica, con una lámpara colgada en la entrada, e indica el sepulcro del santo.

– Tumba de San Felipe, Hierápolis
– A la izquierda, la tumba de San Felipe, que estaba situada en el centro de una basílica de tres naves, de la que aun pueden verse los restos – Hierápolis
– Sello de bronce que servía para autentificar el ‘Pan de San Felipe’ – Museum of Fine Arts, Richmond, USA

A pocos pasos de la tumba ha sido localizado el Martyrium. Hoy quedan solo unas pocas ruinas de un edificio octogonal construido en el V ó VI siglo sobre el lugar en el que fue martirizado el apóstol. Estaba abierto en todos sus lados pudiendo los peregrinos circular libremente por todo el edificio y estaba considerado un santuario de sanación. Pero no solo venían a buscar curaciones, sino también a encontrar conforto moral e inspiraciones. Hacia la mitad del siglo V fue transformado en iglesia con la construcción de un synthronon2, una cúpula centralizada y el cierre de los ambientes que antes estaban abiertos mediante el estrechamiento de las aperturas y la colocación de puertas. Desafortunadamente hacia finales del siglo V hubo un incendio que provocó la progresiva expoliación del lugar. Sucesivamente, hacia el siglo X, se construyeron dos capillas y viviendas precarias entre las partes no destruidas del santuario.

– Martyrium de San Felipe – Vista aérea
– Martyrium de San Felipe – Hierápolis
– Reconstrucción del Santuario del Martyrium

La tumba, en el momento del hallazgo, estaba vacía, porque los restos del apóstol, ya desde el sigo VI, están en Roma, junto con los de Santiago el menor3, en la iglesia de los Santos XII Apóstoles, donde hoy se veneran en la cripta bajo el altar mayor, custodiados en un sarcófago de mármol. De hecho, la Iglesia los festeja juntos, el 3 de mayo.

– Basílica de los Santos XII Apóstoles, Roma
– Sarcófago que contiene las reliquias de los apóstoles Felipe y Santiago el Menor. Basílica de los Santos XII Apóstoles, Roma

Las reliquias, o por lo menos parte de éstas, fueron llevadas a Roma desde Constantinopla alrededor del 560, al tiempo de los papas Pelayo (556-561) y Juan (561-574), y colocadas en la primitiva basílica, dedicada a estos dos apóstoles, construida como exvoto por la liberación de Roma de los Godos. No tenemos noticias de cómo fueron llevadas desde Hierapolis a Constantinopla.

Las reliquias, fueron descubiertas de nuevo en 1973 en la misma iglesia, bajo el altar mayor. Pero tuvieron que cavar para encontrarlas. Apareció un pequeño lóculo que contenía una caja con muchos fragmentos de huesos, algunos dientes, otro material óseo y tejidos con trazas de color púrpura, todo bajo una losa de mármol frigio probablemente del siglo VI. Gracias a los pocos huesos que quedaron íntegros el estudio de los restos reveló que pertenecían a dos personas de sexo masculino, uno de constitución más robusta (Santiago) y el otro (Felipe), de constitución más menuda. Hasta ese momento en la misma basílica se veneraba un relicario con el pie intacto de Felipe y otro relicario con el fémur de Santiago, reliquias que se demostraron compatibles con las encontradas posteriormente.

En 2017, una delegación de Frailes Menores Conventuales, que están al cargo de la basílica de los Santos XII Apóstoles de Roma, ha entregado dos reliquias insignes del apóstol Felipe a dos iglesias de Esmirna, simbolizando, de esta manera, el ‘retorno’ de San Felipe a Turquía.

Además de las citadas, reliquias de este apóstol se encuentran también en otras iglesias de Roma y de otros lugares. Por ejemplo, un brazo del apóstol llegó a Florencia en 1205 por voluntad del patriarca de Jerusalén Mónaco, de origen florentina. Y se encuentra en la catedral.

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1.- La oración del trisagio es: « Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros»

2.- Estructura semicircular que en las iglesias paleocristianas estaba situada en el ábside, o detrás de ésta, y estaba reservada al clero.

3.- Para las reliquias de Santiago el Menor remito a la lectura del artículo “Le cabezas de Santiago el Mayor y Santiago el Menor: pero ¡qué confusión!!”

También te podrían interesar:

Las reliquias de San Pedro, de San Pablo, de San Juan Evangelista, de Santiago el Mayor, de San Tomás, de San Andrés, de San Mateo, de San Bartolomé, de Simón y Judas Tadeo y Las cabezas de Santiago el Mayor y Santiago el Menor: pero qué confusión!!

La ‘Mensa Christi’

22 domenica Set 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Curiosità

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Lago Tiberíades, Mensa Christi, Mesa de Cristo, Nazareth, Pesca milagrosa, Primado de San Pedro, San Pedro, Tabgha

La Mensa Christi.   Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

La Mensa Christi, o Mesa de Cristo, es un bloque de piedra calcárea sobre la cual, según la tradición, cenó Cristo con los apóstoles después de su resurrección, después del episodio de Emaús. Se encuentra en una iglesia de nombre homónimo en el barrio árabe de Nazareth, muy cercana a la iglesia de la Anunciación.

– Iglesia de la ‘Mensa Christi’ en Nazareth

En la segunda mitad del siglo XVIII los franciscanos construyeron una capilla que posteriormente se convertiría en la actual iglesia en 1861, que fue restaurada en ocasión de las celebraciones del segundo milenio. Sobre la roca, que actualmente se utiliza como altar, pueden observarse numerosos grafitos dejados por los peregrinos. Un letrero en latín explica de lo que se trata y una pintura en la pared posterior representa la escena.

– Interior de la iglesia de la ‘Mensa Christi’ en Nazareth
– Inscripción situada en el interior de la iglesia de la “Mensa Christi” en Nazareth1
– Iglesia de la “Mensa Christi”, Nazareth (interior). Cuadro que reproduce la escena

Para visitar esta iglesia hay que pedir la llave al guarda que suele estar por los alrededores.

– Iglesia del Primado de San Pedro a orillas del lago Tiberíades

Pero ésta no es la única ‘Mensa Christi’. De hecho, en Tabgha, a orillas del lago Tiberíades, a 3 Km de Cafarnaúm, encontramos otra, en la Iglesia del Primado de Pedro. Esta pequeña iglesia custodia una gran roca que sería, según la tradición, el lugar donde los discípulos comieron con Jesús después de su resurrección, siendo ésta la tercera vez que Jesús se manifestaba a los discípulos tras su muerte. La iglesia fue construida por los franciscanos en 1993. También esta roca es llamada la ‘Mensa Christi’, como reza un letrero apoyado sobre la misma. Pero este lugar es más recordado porque aquí fue donde Jesús propició la segunda pesca milagrosa y otorgó el Primado a Pedro confirmándolo como cabeza de la Iglesia, con la expresión «Apacienta mis corderos» «Pastorea mis ovejas», como se describe en el evangelio de Juan (Jn 21, 1-23), aunque ésta no era la primera vez que dio el encargo al apóstol, que por este motivo cambió su nombre de Simón a Pedro2. 

– Interior de la iglesia del Primado de San Pedro con la ‘Mensa Christi’

Excavaciones arqueológicas realizadas en 1969 confirmaron que bajo la iglesia del Primado se encuentran las ruinas de dos santuarios, uno del siglo IV y otro del siglo V, destruidos en el siglo XIII. Ambos tenían en el centro una roca llamada por los peregrinos ‘Mensa Christi’, que hoy sigue siendo venerada como la mesa utilizada por Cristo y los apóstoles para la comida después de la pesca milagrosa.

A mi juicio, los dos lugares, más que ofrecer una evidencia histórica, pretender recordar momentos clave de la vida de Cristo o, mejor dicho, de su vida después de la muerte, según describen los evangelios.

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1.- Sacellum hoc in quo lapis asservatur super quem christum cum discipulis comedisse continua tenet traditio temporum injuria et vetustate collapsum (Esta capilla, en la que se conserva la piedra sobre la que Cristo comió con sus discípulos, mantiene una tradición continuada, deteriorada por los tiempos y derrumbada por la edad).

2.- “Yo te digo que tú eres Pedro. Sobre esta piedra edificaré mi iglesia y las puertas de los dominios de la muerte no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. (Mt 16, 18-20)

Relicarios fantásticos: El relicario de Bimaran

23 venerdì Ago 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español, Arte

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Arte del Gandhara, Azes, Brahama, Buddha, Charles Masson, Estupa 2, Indra, Relicario de Bimaran

Reliquiari fantastici: Il reliquiario di Bimaran    Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

– Relicario de Bimaran. En primer plano la imagen de Buda, a la izquierda Brahma y a la derecha Indra

Mide solo 7 cm de diámetro, es de oro, se encuentra en el British Museum y está considerado como una obra maestra del arte griego-budista del Gandhara.

Este pequeño relicario, de valor inestimable, se remonta al siglo I a.C., y no solo es importante en sí mismo por ser el ejemplo mejor conservado de la orfebrería de la India antigua, sino también porque presenta una de las más antiguas imágenes de Buda que se conocen en la zona del Gandhara.

– Estupa nº 2 de Bimaran. Dibujo de C. Masson, 1841

Fue hallado en 1834 por el arqueólogo Charles Masson en el estupa nº2 de Bimaran, cerca de Jalalabad, actual Afghanistan oriental, en el antiguo Gandhara. Junto con el relicario fueron halladas 4 monedas del rey indoescita Azes II, pero atribuidas al rey Indoescita Kharahostes o a su hijo Mujatria quien las mandó acuñar con el nombre de Azes, que han contribuido a la datación del objeto.

– Flor de loto grabada en el fondo del relicario

Sus dimensiones son: 7 cm de alto x 6,7 de diámetro, y ha sido realizado completamente en oro y decorado con granates. Se representa al Buda rodeado por las divinidades hindúes Brahma e Indra, y por bodhisattvas. Es una sucesión de dos grupos idénticos: Brahama-Buda-Indra, y los dos bodhisattvas. En total ocho figuras en alto relieve, repujadas. La mirada y la postura de las divinidades hindúes se dirigen a Buda. La base del objeto está decorada con la representación de una flor de loto con ocho pétalos que ocupa toda su superficie. Estas representaciones tienen una fuerte influencia del arte helenístico, como demuestran las posturas de los sujetos enfrentados, la vestimenta de tipo griego, y otros detalles. Los sujetos están representados bajo arcos apuntados, denominados caitya, que descansan sobre pilastras. El espacio externo entre los arcos está ocupado por un hansa, palabra sanscrita que identifica a un pato indio, considerado como un ave sagrada, además de ser utilizado como símbolo decorativo.

– Relicario de Bimaran, la vasija de esteatita y los objetos que contenía. Exposición British Museum

Este relicario, desafortunadamente hallado sin la tapa, se encontraba dentro de una vasija de esteatita, con inscripciones que indicaban que contenía algunas reliquias de Buda, pero éstas no pudieron ser identificadas cuando la vasija fue hallada en el siglo XIX. Se encontraron, en cambio, cuatro monedas, como ya se apuntó antes, algunas perlas y piedras preciosas y semipreciosas. Inicialmente, las reliquias que podían contener este tipo de relicarios eran restos físicos, por ejemplo huesos del mismo Buda o de sus discípulos más importantes. Más tarde podían ser de todo tipo, por ejemplo fragmentos de vestimenta de algún sacerdote importante, piedras preciosas u otras cosas.

– Relicario de Bimaran. En primer plano el dios Indra, que mira hacia Buddha quien está a la izquierda de la imagen. A la derecha, uno de los dos bodhisattvas.

En el arte del Gandhara, el Buda del relicario de Bimaran está considerado como la primera imagen conocida de Buda. La región de Gandhara (norte del actual Pakistan y este de Afghanistan) fue un importante punto de encuentro de varias influencias artísticas, y donde nació la escuela griego-budista. Varios siglos después de la expedición de Alejandro Magno en el Gandhara, en el 327 a.C., la influencia del arte griego y romano seguía siendo importante. Muchas esculturas revelan una mezcla de estilos orientales y occidentales. Pero este sincretismo no solo se limitaba al campo artístico, sino también al religioso, como demuestra este relicario en el que importantes divinidades hindúes están representadas junto a Buda, probablemente interactuando o rezando juntas.

Es la imagen más antigua fechable de Buda bajo forma humana y la más grande. Antes de esto Buda estaba representado de forma simbólica, como las huellas de los pies o un trono con un parasol. El budismo nació alrededor del VI-V siglo a.C. pero llegó a la zona del Gandhara hacia la mitad del II a.C. desde el valle del Ganges donde predicó Buda y desde donde se empezaron a construir los primeros estupas y monasterios.

Por el valor intrínseco, histórico, artístico y religioso este relicario está considerado como uno de los objetos más importantes del British Museum, y sin duda del arte universal.

Las reliquias de Mártioda

29 sabato Giu 2024

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Antonia Hurtado de Mendoza, besloten hofjes, Juan de Necolalde, Legión Tebana, Museo de Bellas Artes de Vitoria, Reliquias de Mártioda, Santa Úrsula


Le reliquie di Mártioda.   Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

El Museo de Bellas Artes de Vitoria (España), entre mayo 2021 y junio 2022 expuso una curiosa colección de reliquias, tras un trabajo de restauración que duró unos seis años. Estas reliquias se encontraban en la iglesia de San Juan Evangelista de la localidad de Mártioda, en la provincia de Álava. Desde abril de 2023 forman parte de la colección permanente de dicho museo, y están expuestas en la capilla del Palacio Augustín Zulueta, sede del mismo.

La colección se compone de 17 cráneos y fragmentos de otros huesos, todos adornados con lujosos tejidos bordados y encajes. Se trataría nada menos que de una parte de las reliquias de los mártires de la legión Tebana y de las de algunas de las 11.000 vírgenes que formaban el séquito de Santa Úrsula. El primer martirio tuvo lugar en Suiza en el siglo III. Se trataba de una legión romana guiada por soldados cristiano-coptos procedentes de Egipto al mando de San Mauricio. Fueron enviados al Norte-Europa para someter a las poblaciones locales, y fueron martirizados porque se negaron a matar a las poblaciones convertidas al cristianismo. El segundo martirio tuvo lugar en Colonia en el siglo V, a manos de los Hunos. El cortejo de vírgenes que formaba parte del séquito de Santa Úrsula, volvía de una peregrinación a Roma, y las jóvenes prefirieron dejarse matar antes que perder la virginidad1. Mientras las reliquias de Santa Úrsula y las 11.000 vírgenes se encuentran casi totalmente en Colonia, en la Cámara Dorada (Goldene Kammer), las de los mártires de la Legión Tebana pueden encontrarse en monasterios e iglesias de toda la cristiandad. Sin embargo, a pesar de su atribución a estos mártires, también existe la posibilidad que fueran halladas en una necrópolis de la misma época, práctica ésta bastante frecuente.

La atribución a los mártires de la Legión Tebana y a las vírgenes del séquito de Santa Úrsula se debe a los diferentes papiros manuscritos que acompañan a la mayoría de las piezas. Esta colección de reliquias pertenecieron a la familia de los Hurtado de Mendoza, originaria de la homónima localidad vasca (Mendoza, Álava), y que a lo largo de los siglos ha prestado servicio a la corte de los Habsburgo, sobre todo en el campo diplomático. Antonia Hurtado de Mendoza y Salvatierra, Señora de Mártioda, vivió en Bruselas hacia la mitad del siglo XVI con su marido Juan de Necolalde, comerciante vasco e inspector de las armas de las fortalezas de Flandes. Se llevarían consigo estas reliquias a su retorno en patria2.  Hay que tener en cuenta que las reliquias en general se consideraban objetos de gran valor por lo que reyes y nobles querían poseerlas, ya que su cercanía proporcionaba, además de prestigio, protección. Otra cosa es saber cómo esta familia entró en posesión de las mismas. Podría haber sido una tentativa de ‘rescate’, para ponerlas a salvo de su probable destrucción por parte de los reformistas que cuestionaban la veneración de las mismas. De hecho hubo un gran movimiento de reliquias que viajaron desde el norte hacia el sur de Europa donde la Contrarreforma se había convertido en un baluarte de defensa de la verdadera fe, siendo el rey Felipe II de España su mayor paladín.

– Inventario de los bienes que llevó Juan de Nicolalde a su retorno en patria2

Independientemente de las reliquias en sí, lo que más llama la atención son los relicarios. De hecho, muy diferentes a los que estamos acostumbrados a ver. Hechos en Flandes, están realizados con ricos tejidos del siglo XVII, bordados con hilos de oro y plata, y diferentes entre sí. En algunos casos las calaveras llevan una suerte de mascarilla que cubre nariz y boca, o casi toda la cara, junto con una especie de aureola, ambas ricamente bordadas. En otros casos hay otros adornos añadidos alrededor del cráneo, que a veces recuerdan un portal de una iglesia o los ‘jardines cerrados’ (bestolen hofjes en holandés), un género artístico flamenco que reproduce jardines en miniatura evocando el paraíso celeste donde residen estos mártires. En otros más, los huesos están en parte forrados de tejido y luego pintados. Se trata probablemente de un caso único de tipos de ‘relicarios’ o de ‘embellecimiento’ de reliquias.

Un panel informativo explica las diferentes fases del proceso de restauración, mostrando cómo se presentaban antes del mismo. Se ha tratado de aportar la mínima intervención posible respetando la integridad histórica, física y estética. Exámenes, como la datación al radiocarbono 14, rayos X o sigilografía, demuestran que los relicarios son de los siglos XVI-XVII, siendo algunos huesos del siglo III. El estudio antropológico efectuado sobre el conjunto de los huesos revela que pertenecieron principalmente a individuos de sexo masculino entre los 21 y 55 años de edad (aunque algunos huesos son femeninos) y las características de los cráneos son compatibles con el tipo euroafricano-mediterráneo, presente tanto en las poblaciones del norte de África como en el Sur de Europa.

– La reliquia antes de su restauración

Lamentablemente, como ya hemos mencionado, de momento no solo no es posible saber cómo la familia Hurtado de Mendoza entró en posesión de las mismas, sino que tampoco de dónde provienen.

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1.- Ambos acontecimientos están tratados en sendos artículos en esta misma publicación. Para saber más sobre el martirio de la Legión Tebana aconsejo la lectura de “Relicarios fantásticos: el Jarrón de San Martín”; para la historia de Santa Úrsula y las 11.000 vírgenes: “Santa Úrsula y las 11.000 vírgenes”.

2.- Inventario de los bienes que llevó Juan de Necolalde, entre los cuales podemos leer: “Oratorio. Doce cabezas de santos, las seis de los tebeos y las otras seis de las once mil vírgenes puestos en sus nichos con vidrio por frente de cada nicho.

La Piedra Negra

27 lunedì Mag 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Abraham, Al-atim, Al-higr Ismail, betilos, Cármatas, circunvalación, Dhul Hijjah, hajj, Islamismo, Ka’ba, kiswa, La Meca, Mahoma, Maqam Ibrahim, Masjod al-Haram, Medina, Piedra Negra, reliquias, tawāf

La Pietra Nera          Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Se encuentra en la esquina oriental de la Ka’ba, un edificio cúbico, situado en el centro del patio de la gran mezquita de La Meca, la Masjod al-Haram. Se trata de una piedra de color negro, de unos 30 cm de diámetro, engarzada en un marco de plata, que sirve para mantener juntas las piezas, y que tiene el aspecto de una gran pupila. Pero hubo un tiempo en que todo ello formaba un único bloque, antes de que el impacto de una piedra lanzada desde una catapulta durante el asedio de la ciudad de La Meca por parte de las tropas Omeyas, en el 663, provocó su ruptura en diferentes pedazos.

Pero éste no ha sido el único daño que ha sufrido la Piedra a lo largo de los siglos. En el 930 fue sustraída por la secta de los Cármatas y fue devuelta en el 952 previo pago de un rescate. Fue profanada varias veces y hasta cubierta de excrementos.

Todos los años, en la fecha señalada, recibe millones de peregrinos1 quienes, siguiendo los rituales prestablecidos, giran alrededor de la Ka’ba en sentido antihorario. Esta deambulación es denominada tawāf, o circunvalación. En el transcurso de la misma los fieles hacen una pequeña parada delante de la Piedra Negra para besarla, y si la gran muchedumbre no lo permite, la señalan en sus siete tránsitos (o vueltas) con el brazo extendido. Recordemos que la peregrinación (Hajj) a La Meca, se realiza entre el octavo y el décimo-tercer día del Dhul Hijjah, el último mes del calendario islámico, y debe hacerse por lo menos una vez en la vida del creyente, porque es uno de los cinco preceptos de la religión musulmana. Existe una tradición según la cual la Piedra Negra sería el ojo de un ángel que controla quiénes son los peregrinos que cumplen con esta obligación. En realidad esta peregrinación quiere evocar la que hizo Mahoma durante su segunda peregrinación después de la Hégira2.

– La Piedra Negra visible en el ángulo oriental de la Ka’ba

La piedra existe desde tiempo inmemorial. La tradición dice que era la única piedra que quedaba de la ‘Casa Antigua’ hecha por Allah en la tierra, que fue salvada del Diluvio Universal por Noé y recuperada por Abraham quien construyó, junto con su hijo Ismael, la Ka’ba, como santuario para conservarla. Siempre según esta tradición, la piedra inicialmente era blanca y con los siglos, poco a poco, se puso negra porque los fieles, al besarla, le transferían sus pecados. Cuando se acabe el mundo la piedra volverá a su estado original y a su lugar de origen. Además, la piedra habría sido situada por el profeta Mahoma en el 605 en el ángulo este de la Ka’ba, a metro y medio de altura, donde aún se encuentra.

– El Kiswa, lona negra de seda bordada en oro que cupre la Ka’ba, y la puerta de oro, en el lado sur-este de la Ka’ba

La Ka’ba mide 15,2 metros de alto, 10,7 de ancho y 12,2 de largo y el edificio descansa sobre una base de mármol de unos 30 cm. Está cubierta por una lona de seda negra (el kiswa) con frases bordadas en oro que reproducen versículos del Corán. Hasta 1927 se tejía de nuevo cada año en Egipto siendo un regalo del rey de este país. Pero a partir de esa fecha se hace en Arabia Saudita por una fábrica exclusiva. Pesa unos 800 kg y cuesta unos 4 millones de euros. La lona se renueva cada año y la vieja se corta en pedazos de diferentes tamaños con los que se obsequian personas importantes y organizaciones del mundo musulmán, o se utilizan para decoran edificios o embajadas. Se accede en el interior de la ka’ba por una puerta de oro, de unos 300 kg, situada en el lado sur-oeste de la misma, a 2,3 metros del suelo. El pavimento es de mármol y piedra calcárea y el techo está sujeto por tres pilastras de madera. En el interior, la única decoración está constituida por lámparas votivas y alfombras. El acceso a la Ka’ba solo está reservado a los custodios de la misma y a los miembros de la familia real de Arabia Saudita.

La veneración de la Piedra Negra no se debe al objeto en sí sino por el hecho de que fue tocada por Mahoma. De hecho, la religión islámica no admite ni santos, ni imágenes u objetos de devoción porque solo Allah es digno de veneración. Pero hace una excepción con lo que se refiere a Mahoma, sus huellas, algunos restos de su cuerpo, y ésta es también una de las razones de desacuerdo entre las dos principales corrientes: sunitas y chiitas3.

Muchas son las teorías sobre el origen de esta piedra, entre las cuales que se trate de un meteorito, basándose en el hecho de que sea de origen extraterrestre, como manda la tradición. La hipótesis que la Piedra Negra sea un meteorito, aun siendo la más aceptada, no es la única. Otra teoría sostiene que se trata de un ágata y otras que sea de origen magmático. Y seguimos hablando de teorías, porque nunca ha sido posible analizar la piedra, ya que tratándose de un objeto sagrado, se consideraría como una profanación. Pero en 2021 la piedra fue sometida a una larga sesión fotográfica a altísima resolución que revela que ésta, a pesar de su nombre, no es propiamente negra, sino rojo muy oscuro con vetas amarillentas.

-La Piedra Negra fotografiada en alta resolución (49 mil píxeles)

Lo que sí está claro es que forma parte de una de las tantas piedras que se veneraban en la antigüedad, aunque sea ésta la más famosa. Estas piedras sagradas, que reciben el nombre genérico de betilos4, eran particularmente veneradas por la poblaciones semitas occidentales y meridionales, además de otros lugares, porque estaban consideradas, como su nombre indica, como la morada de la divinidad.

Por lo tanto el culto a la Piedra Negra no lo introdujo Mahoma: ya existía por parte de las poblaciones preislámicas en un lugar donde ya estaba considerado sagrado. Y Mahoma, como también hizo la religión cristiana en la conversión de los pueblos paganos, capitalizó a su favor un culto ya existente, llevando a cabo una transición, aunque no siempre indolora, desde el politeísmo de los pueblos autóctonos a la nueva religión. En este caso el intento de poner en acto un cambio en las creencias religiosas provocó un desequilibrio social y político entre las tribus amigas de la zona de La Meca que derivó en una abierta hostilidad hacia aquél que declaraba haber recibido una revelación de un dios único e indivisible. La situación llegó a tal punto que Mahoma se vio obligado a emigrar, y en el 622 alcanzó con sus secuaces Medina, donde el ambiente no le era hostil.

-‘Al-atim’, el murete semicircular que delimita el Al-higr Ismail, espacio próximo a la Ka’ba donde estarían sepultados Ismael, un hijo de Abraham, y su madre Agar, la esclava y concubina de Abraham. A la izquierda es visible la Maqam Ibrahim
– La Maqam Ibrahim, o estación de Abraham
– Huellas de Abraham, en el interior de la Maqam Ibrahim

La peregrinación a La Meca es el momento más importante en la vida del creyente musulmán, porque conduce al lugar donde todo empezó, donde nació el Profeta, el Sancta Sanctorum. La visita comprende también otros dos espacios presentes en el patio de la mezquita, a poco pasos de la Ka’ba: el lugar donde estarían sepultados Ismael y su madre Agar y el oratorio de Abraham. El primero es un murete semicircular de mármol blanco de 90 cm de alto y 1,5 m de largo llamado al-atim, que delimita un espacio llamado al-higr-Ismail. El segundo, llamado Maqam Ibrahim, es una especie de edículo donde está custodiada una piedra sobre la cual estarían impresas las huellas de los pies de Abraham.

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1.- Hombres vestidos de blanco, envueltos en una suerte de sábana

2.-  (del diccionario de la RAE) ‘Era musulmana’: «El 15 de julio de 622, día de la huida de Mahoma a Medina, señaló el comienzo de la hégira» (Informaciones [Arg.] 1990). Procede de una voz árabe que significa ‘huida’, pues fue la huida de Mahoma de La Meca a Medina el acontecimiento que se tomó como punto de partida para el cómputo de la era musulmana.

3.- Para profundizar más sobre las reliquias del Islam remito a la lectura de mi artículo ‘Athar, la huella de Mahoma’.

4.- El término betilo,  (en latino “Baetylus”, y griego “Baitylos”) deriva del ebreo Beith-El que significa “Casa de Dios”. La adoración del betilo es lamada “Litolatría”.

La gruta de la Natividad

28 domenica Apr 2024

Posted by Nicoletta De Matthaeis in Artículos en español

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Basílica de la Natividad, Belén, Gruta de la Natividad, Gruta de los Inocentes, Gruta de San Jerónimo, Gruta de San José, Iglesia de Santa Catalina, Puerta de la Humildad, San Jerónimo

La grotta della Natività. Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Es uno de los lugares más sagrados de la cristiandad donde, según la tradición, la Virgen María dio a luz a un niño destinado a fundar una nueva religión. Ha sido tal la trascendencia de este evento que la fecha de nacimiento de este niño ha sido sucesivamente tomada como punto de referencia para la reforma del calendario, de modo que a partir de este acontecimiento, todas las fechas pasan a denominarse ‘antes o después de Cristo’ dando lugar a la ‘era cristiana’, adoptada gradualmente en el curso de los siglos y en la cual nos encontramos.

La gruta de la Natividad se encuentra en Belén (actualmente Cisjordania, Palestina), a pocos kilómetros de Jerusalén. Hacia la mitad del siglo II San Justino, originario de Flavia Neapolis, la actual Nablus (Palestina), se hizo eco de una tradición local que afirmaba que en este lugar había nacido Jesús. Este hecho habría sido también confirmado por el antiquísimo apócrifo llamado Protoevangelio de Santiago (siglo II) y repetido por Orígenes (siglo III). Basándose en esta tradición el emperador Constantino, alrededor del año 330, mandó construir una basílica sobre la gruta. Como todos los lugares sagrados ligados a Cristo en Tierra Santa, éste está custodiado por diferentes comunidades religiosas o Iglesias, en particular está compartido por la Iglesia Ortodoxa, la Apostólica Armenia y la Católica (Franciscanos), pero también, con una presencia menor, por los ortodoxos sirios y coptos.

– Basílica dela Natividad, Belén. Interior

No queda mucho de la primitiva basílica que fue saqueada y destruida durante la sublevación de los samaritanos en el año 529. Una vez restablecida la paz, la primitiva iglesia paleocristiana fue ampliada por Justiniano. Es la que se mantiene hasta hoy, con pocas diferencias. Es de planta basilical con 5 naves y 44 columnas, con capiteles corintios de mármol blanco. En el pavimento hay algunas trampillas que permiten ver el antiguo mosaico de la primitiva basílica constantiniana. Los restos de mosaicos aún visibles en las paredes son de la época de las cruzadas, del siglo XII. El techo es del siglo XVII, sucesivamente reparado en el siglo XIX. El acceso a la basílica es posible a través de una pequeñísima puerta, llamada ‘Puerta de la Humildad’, que obliga a entran agachado y de uno en uno. La entrada original, de más de 5 metros de alto, fue redimensionada para evitar que se entrara a caballo, como inicialmente hacían califas y emperadores. Desde 2012 la basílica de la Natividad pertenece a la lista de lugares patrimonio mundial de la humanidad de la UNESCO. En 2013 se empezaron las obras de restauración que terminaron en 2020.

– Puerta de la Humildad. Basílica de la Natividad, Belén. Pueden verse claramente las marcas de la primitiva puerta.

Pero la basílica de la Natividad forma parte de un complejo más grande que comprende, además de la misma basílica y la Gruta de la Natividad, la Iglesia de Santa Catalina, adyacente, desde la cual se tiene acceso a otras grutas subterráneas y que son comunicantes, incluida la Gruta de la Natividad: la Gruta de San José, la Gruta de los Inocentes y la Gruta de San Jerónimo. La iglesia de Santa Catalina fue construida en la edad media y comprende el convento de los franciscanos. Es la iglesia parroquial de la comunidad católica de rito latino. Forman parte del complejo también el convento de los griegos-ortodoxos y el monasterio armenio. Las tres comunidades disponen de un acceso directo tanto a la basílica como a las grutas.

– Gruta de la Natividad, Belén. Altar bajo el cual está la estrella que indica el punto exacto del nacimiento de Jesús.

Pero volvamos a la Gruta de la Natividad. Se accede por dos escaleras situadas a ambos lados del altar mayor de la Basílica de la Natividad. La gruta tiene forma de triángulo, de pequeñas dimensiones (12,3 m x 3,5), con las paredes de roca que apenas pueden verse debajo de los pesados tapices o cortinas. Lo primero que llama la atención es una estrella de plata de 14 puntas encrustada en el pavimento, con un altar detrás, que indicaría el lugar exacto donde nació Jesús. Está adornada con una inscripción que dice: “Hic de Virgine Maria Jesus Christus natus est”. La estrella fue colocada en 1717 por voluntad de los católicos, retirada por los griegos ortodoxos en 1847 y pocos años después vuelta a poner. Por encima de la estrella cuelgan quince lámparas pertenecientes a las tres Iglesias que custodian este santo lugar: seis de la Iglesia Griega, cinco de la Armenia y cuatro de la Católica Romana. También las cincuenta y tres lámparas que iluminan la gruta en su conjunto están repartidas entre estas tres Iglesias.

– Gruta de la Natividad, Belén. A la derecha de la imagen, el nicho donde María habría recostado al niño en un pesebre.

A pocos pasos desde el punto del nacimiento, en un nicho, se encuentra el lugar donde se cree que estaba el pesebre, donde María puso al niño nada más nacer, y en frente está un pequeño altar dedicado a los Reyes Magos, con un cuadro que representa una escena de la Epifanía. En realidad es una cavidad en la roca, que hoy está recubierta de mármol y anteriormente lo estaba de plata.

La Gruta de la Natividad se comunica con las otras grutas. Un pequeño túnel lleva a la de San José, ahora convertida en una capilla donde se conservan restos de un arco pre-constantiniano de los siglos I-II. Según la tradición, es en esta gruta donde un ángel habría aparecido a San José para decirle que huyera con la familia porque corrían un gran peligro, lo que les llevó a emprender su huida a Egipto.

– Gruta de San José, bajo la basílica de la Natividad. Belén

En la gruta posterior a la de San José se abre otra estancia subterránea dedicada a los Inocentes que fueron asesinados por orden de Herodes I el Grande y, en una sala adyacente existía un osario común que se remonta a los primeros siglos, como demuestran los huesos encontrados en este lugar. Según algunas tradiciones, aquí habrían sido depositados los cuerpos de los inocentes que no pudieron escapar de la masacre.

La Gruta de San Jerónimo recibe su nombre porque, según la tradición, aquí vivió San Jerónimo gran parte de su vida y fue donde tradujo la Biblia del hebreo y del griego al latín, la famosa ‘Vulgata’, que se convirtió en la oficial en la Iglesia de Occidente. Se encuentra bajo la iglesia de Santa Catalina y se comunica con las precedentes. En realidad San Jerónimo vivió en un monasterio que él mismo fundó, cerca de la basílica, desde el 386 hasta su muerte, en el 420.

– Gruta de San Jerónimo, bajo la basílica de la Natividad. Belén

La Gruta y la Basílica de la Natividad están considerados como uno de los lugares más santos y más emblemáticos del cristianismo y por este motivo son visitadas cada año por millones de peregrinos, a pesar de la difícil situación política de la zona. Las tres comunidades que están al cargo de este lugar compiten entre sí para demostrar su esmero en protegerlo, conservarlo y mantenerlo. Tanto, que a veces exageran y a menudo se han producido disputas, como en un famoso 29 de diciembre de 2009.

El 29 de diciembre es el día dedicado a la limpieza de la basílica. En esa ocasión, religiosos de las tres Iglesias se disponían a limpiar el suelo y las paredes después de haberse puesto de acuerdo sobre el número de personas destinadas para llevar a cabo dicha tarea: seis por cada comunidad. Pero a medida que procedía al trabajo, otros armenios y otros griegos-ortodoxos se iban sumando, queriendo cada grupo ser el más numeroso. Hasta que se podían contar cincuenta armenios y cincuenta griegos-ortodoxos por lo que la ‘reunión’ se convirtió en una verdadera pelea, con la intervención de la policía, rotura de lámparas y otros objetos, algunos heridos y dos religiosos con la pierna rota ingresados en el hospital.

Esto provocó el cierre temporal de la basílica con centenares de peregrinos fuera, muchos de los cuales, no pudiendo volver otro día, vieron esfumarse el sueño de su vida de visitar la Gruta donde nació Jesús.

¡Hay amores que matan!

La Corona Férrea

26 martedì Mar 2024

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Catedral de Monza, Corona Férrea, Coronación reyes de Italia, De obitu Teodosii, Familia Zavattari, Gregorio Magno, Orden de los Humillados, reliquias, Sagrado Clavo, San Ambrosio, Santa Elena, Teodolinda, Teodorico, Yelmo de Costantino

La corona ferrea  – Puoi leggere quest’articolo in italiano cliccando qui

Es probable que no exista en el mundo una corona tan cargada de historia, leyenda y misterio como la Corona Férrea. Una corona que simbolizaba que el poder regio que otorgaba a quien con ella era coronado era de origen divino, por su conexión con la pasión de Cristo. Representaba, al mismo tiempo, la continuidad con el Imperio Romano, por ser el punto de unión entre la crucifixión y el emperador Constantino. Nada menos. Y todo esto porque, hasta hace muy poco tiempo (1993) se creía que el aro metálico que se encuentra en el interior de la Corona Férrea estaba hecho a partir de un clavo de la crucifixión fundido.

Por este motivo la Corona Férrea fue utilizada durante siglos para la coronación de numerosos soberanos, como muchos reyes de Italia, entre los cuales Carlomagno (800), Berengario I (920), Enrique IV (1081), Federico Barbarroja (1154), Carlos IV (1355), Carlos V de Habsburgo (y Primero de España, 1530), Francisco I (1792), Ferdinando I de Austria (1838) y Napoleón (1805). Este último se colocó él mismo la corona pronunciando la famosa frase “Dios me la ha dado y ¡ay de aquél que me la quite!”. La coronación se desarrollaba generalmente en Milán, en la basílica de San Ambrosio, salvo en algunas ocasiones en la que tuvo lugar en Monza o en Pavía, y de forma excepcional en otras ciudades. Como la de Carlos V que fue en Bolonia, en la basílica de San Petronio. Sin embargo, ningún rey de los Saboya se coronó con ella. Ésta tan solo fue expuesta en Roma en ocasión de las exequias de Victor Emanuel II (1878) y de Humberto I (1900).

– San Miguel Mayor, Pavia. En la nave central fue coronado con la Corona Férrea Federico Barbarroja
– Punto en la nave central de San Miguel Mayor de Pavía donde fue coronado Federico Barbarroja
– Coronación de Napoleón como re de Italia (1811-1814) Gaetano M. Monti. Pinacoteca de Brera, Milán

Según la tradición transmitida (o creada) por San Ambrosio a través de su famosa oración fúnebre por la muerte de Teodosio el Grande (de obitu Teodosii) del año 395, la emperatriz Elena, madre de Constantino, descubrió en Jerusalén la Vera Cruz1  y los clavos de la crucifixión2. La emperatriz utilizó uno de estos clavos para hacer el bocado3 (o freno) del caballo de su hijo, para asegurarle protección en batalla, y otro lo mandó engarzar en una corona-diadema:

«De uno clauo frenum fieri praecepit, de altero diadema intexuit; unum ad decorem, alterum ad deuotionem uertit»4.

(«De un calvo recabó un bocado, el otro lo engarzó en una diadema; uno para que sirviera de ornamento, el otro como piedad religiosa»)

Ahora sabemos que el aro metálico no es de hierro sino de plata, por lo que se desmontaría la secular tradición de la conexión entre la corona, el clavo de la crucifixión y el yelmo de Constantino. ¿O no?

En ausencia de documentación, se han formulado varias hipótesis sobre el origen de este precioso objeto, algunas corroboradas por el análisis del carbono-14 según el cual algunas partes de la corona se remontarían al V-VI siglo y otras serían datables entre el 690 y el 975.

La corona está formada por 6 placas de oro y plata altas 53 mm, decoradas con gemas, y unidas entre ellas con unas bisagras. Tiene una circunferencia de 48 cm y un diámetro interior de 15 cm.

– La reina Teodolinda. Capilla de Teodolinda o Zavattari. Catedral de Monza

Según algunas hipótesis la diadema de Constantino habría sido traída a Italia por el mismo Teodosio y sucesivamente enviada a Constantinopla por Odoacro, a la caída del Imperio Romano de Occidente, junto con otras ornamenta palatii. Pero el emperador bizantino Anastasio I Dicoro, la habría devuelto a Teodorico (493) que la habría reclamado para él. Éste la habría enganchado a su yelmo (kamelaukion). Existe también una tradición según la cual el papa Gregorio Magno habría donado el clavo a Teodolinda, reina de los Longobardos, que mandó construir la catedral de Monza, quien lo hizo encrustar en una corona que ella misma habría encargado.

La corona estaba normalmente custodiada en la catedral de Monza que, por el privilegio de albergar la corona, fue declarada ciudad regia, propiedad directa del emperador. Pero algunas vicisitudes hicieron que la corona, en 1248, fue dada en prenda a la Orden de los Humillados, como garantía de un fuerte préstamo para pagar un impuesto extraordinario de guerra. Fue recuperada en 1319. Sucesivamente fue trasladada a Aviñón, durante la cruzada papal contra los Visconti, donde permaneció desde 1324 a 1345.

– Catedral de Monza

Con sus medidas actuales, la Corona Férrea es demasiado pequeña para poder ser utilizada sobre la cabeza de una persona adulta. Los estudios sobre la simetría de las placas y decoración de las gemas, además de revelar que ha habido varias intervenciones de restauración/sustitución en diferentes épocas, demuestran claramente que faltan algunas placas, que en origen habrían sido ocho, o según otros estudios, nueve, teniendo por lo tanto un diámetro adecuado para su función. Las placas que faltan habrían sido sustraídas durante el período en el que la corona permaneció bajo la custodia de la Orden de los Humillados. De hecho, sólo los documentos sucesivos al 1300 la describen como ‘pequeña’, y para las coronaciones que hubo desde aquél momento en adelante se tuvo que recurrir a una suerte de ‘soporte’, o cubrecabeza, en forma de cono para poder ser llevada.

La identificación del aro metálico interior con el clavo de Cristo, que habría sido añadido para ayudar a mantener juntas las placas tras el robo, probablemente se remonta al siglo XVI, y más precisamente a la época de San Carlos Borromeo, quien fue también quien relanzó la veneración del ‘Sacro Morso’ (el bocado sagrado)3. A principios del siglo XVIII, a pesar de la absoluta falta de pruebas de que en la corona hubiera un clavo de la crucifixión, las autoridades eclesiásticas autorizaron la veneración de la misma como reliquia, tan solo basándose en una tradición secular.

– Medallón con la efigie de Constantino el Grande (315)

Pero volviendo al origen de la Corona Férrea, recientes estudios de Valeriana Maspero5, indicarían que ésta habría realmente sido la diadema de Constantino basándose, entre otras cosas, en un medallón del año 315 con la efigie de Constantino llevando la corona enganchada al yelmo. Pero la investigadora va más allá: habiendo constatado la existencia de pequeños agujeros en el borde de algunas placas, concluye que éstos habrían sido utilizados para que en ellos pudieran pasar unos enganches metálicos, necesarios para sujetar la corona al yelmo. Y estos enganches podrían haber sido recabados del sagrado clavo. Cuando los bizantinos desengancharon la diadema del yelmo para enviarla a Teodorico, se quedaron, además de con el yelmo, también con los enganches, o aritos. Avala esta hipótesis el hecho de que durante los análisis científicos se han hallado en estos agujeros unos residuos ferrosos. Los análisis realizados con el carbono-14 que datan la corona no antes del siglo V, probablemente no habrían llegado hasta el cuerpo primitivo de la corona, que ya desde la época de Teodorico sufrió varias intervenciones de adaptación, además de las, numerosas, de restauración y sustitución posteriores de partes perdidas o dañadas, como antes indicado.

Pero los enganches podían también ser utilizados para suspender o colgar la corona, teniendo en este caso también la función de corona votiva.

– Capilla de Teodolinda o Zavattari. En el tabernáculo del altar mayor está custodiada la Corona Férrea.
– Altar mayor de la capilla de Teodolinda. en el tabernáculo abierto (fondo rojo) se entrevé la Corona Férrea

La corona aún está en la catedral de Monza, y puede ser admirada en la capilla de Teodolinda o Zavattari, decorada con frescos del siglo V por el taller de la familia Zavattari. A finales de 1800 el Rey Humberto I comisionó un altar relicario destinado a contener el precioso objeto y en el interior de la capilla se colocó el sarcófago de la reina. En 2015 se concluyó la restauración, que tuvo una duración de 6 años, que ha devuelto su original esplendor a las 45 escenas que narran la historia de Teodolinda, obra maestra de la pintura gótico-lombarda.

—

1.- Véase el artículo “Historia de la Vera Cruz, de Antoniazzo Romano”

2.- Lee también “Dónde están los verdaderos clavos de Cristo?”

3.- Está actualmente en el Duomo de Milán. Para saber más aconsejo la lectura del artículo “El bocado del caballo de Constantino”

4.- da Sancti Ambrosii mediolanensis episcopi [c. 340-397] De Obitu Theodosii – oratio in “Patrologiae” cursus completus Series prima – Accurante Jaques Paul Migne Patrologiae T. XVI – S. Ambrosii tomi secundi Parisiis, Excudebat Vrayet 1845

5.- V. Maspero, La corona ferrea. La storia del più antico e celebre simbolo del potere in Europa, Monza, 2003. – V. Maspero, “Alla ricerca del Sacro Chiodo. La ricostruzione dell’elmo diademico di Costantino”, en Arte Cristiana, fasc. 823, vol. XCII (julio-agosto 2004), pp. 299-310

La Corona Férrea es el sujeto de una película de 1941 de Alessandro Blasetti, con el título homónimo, que puede verse abriendo este enlace.  https://www.youtube.com/watch?v=ETLjUr6KdJU

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